martes, 5 de julio de 2011

Las Fundaciones de Santa Teresa

Santa Teresa nace en Ávila el 28 de marzo de 1515. Sus padres son Alonso Sánchez de Cepeda y Beatriz Dávila y Ahumada. Muere el 4 de octubre de 1582, en Alba de Tormes.
Ingresa en el convento de La Encarnación de Ávila y allí pasa gran parte de su vida. Descontenta de la relajación de la Regla, mitigada por el Papa en 1432, decidió renovar la Orden para volver a la austeridad, la pobreza y clausura, bases del espíritu carmelitano. Encuentra mucha oposición, pero su fe en la Providencia hace que en los momentos más difíciles, encuentre siempre quien ponga remedio, pudiendo llevarse a cabo la gran obra.
Así acierta a pasar por Ávila el Padre General, quien le concede licencia para fundar monasterios de la Regla primitiva, en abril de 1567. También tiene apoyos del Obispo, que más tarde pasará a regir la diócesis de Palencia.

El primer monasterio que funda es el de San José de Ávila, en 1562. Esta fundación no aparece en el libro de Las Fundaciones que empieza a escribir en 1573, a instancias del jesuita P. Ripalda y que concluye con la fundación del monasterio de San José y Santa Ana, en Burgos, poco antes de su muerte, en 1582.

Muchos de estos monasterios están puestos bajo la advocación de San José, de quien la santa era muy devota. El año de 1539, estando gravemente enferma, dada por muerta, fue curada milagrosamente, precisamente el día de la festividad de este santo.

En 1567, funda en Medina del Campo el monasterio de San José. En el libro describe todos los pormenores de esta fundación, los trabajos que le cuesta y cómo se van resolviendo gracias a la ayuda de personas importantes, que en cualquier lugar encuentra. Y sobre todo a la Divina Providencia, que nunca la abandona. Así, siempre llegan al lugar "sin blanca", pero aunque sea pasando muchas penalidades, deja a las monjas razonablemente instaladas. Normalmente suele alquilar una casa en la que instalan el Santísimo y se dice la primera Misa. Después, una vez que se han solucionado los primeros problemas, intenta comprar una casa que acomode. Quiere fundar monasterios de pobreza, sin renta, allí donde es posible que las monjas puedan vivir de limosnas. Esto no siempre es posible, ya que en los poblados pequeños y pobres el Concejo no autoriza porque va a ser gravoso para el Municipio. Ahí no queda otra solución que fundarlo de renta.

Después de Medina del Campo funda en Malagón (Toledo) el monasterio de San José, gracias a su amiga Dª Luisa de la Cerda, que cede una casa.
De allí pasa a fundar en Valladolid el monasterio de la Concepción de Nuestra Señora del Carmen.
Por estas fechas muere Beatriz Óñez, en olor de santidad y le dedica un capítulo a la vida y muerte ejemplar, dentro de la Regla, para edificación espiritual de las hermanas carmelitas.

En 1568, comienza la Reforma de los frailes Descalzos con San Juan de la Cruz y algún otro que tenían las mismas inquietudes de Teresa.

En Toledo tiene lugar otra fundación, el monasterio de San José.
En 1569, funda en Pastrana de monjas y de frailes, con la ayuda de la Princesa de Éboli. Cuando esta dama queda viuda, entra al convento, pero sin vocación. Se lleva allí a sus doncellas e intenta llevar la vida que llevaba fuera alterando el espíritu del monasterio, de pobreza, clausura y obediencia. Por todo esto las monjas abandonan el monasterio, aunque pasado un tiempo volverán.

Continúa la fundación de San josé en Salamanca y después, en 1571 La Anunciación de Alba de Tormes, a ruegos de Teresa de Laiz, quien no teniendo hijos y después de muchas oraciones tuvo una visión en la que se le anunciaba que eran otros los hijos que se le concederían. Así compraron la casa que había visto en sus sueños, cediéndola para que se instalasen allí las monjas, la misma en la que murió la Fundadora y en la que reposa su cuerpo.

En 1572 estalla la discordia entre los frailes Calzados y los Descalzos, siendo presos o desterrados los más influyentes de los Reformados. Santa Teresa tiene que pasar unos años sin salir del convento y sin poder fundar, hasta 1574 en que, ya calmados los ánimos, vuelve con más ímpetu, en Segovia con el de San José del Carmen.
En 1575, en Beas de Segura (Jaén), San José del Salvador.
En 1575, en Sevilla, con la ayuda de su hermano, que regresa de las Indias,funda San José del Carmen.
En Caravaca, en 1576 el de San José. Después en Villanueva de la Jara. En 1580, Nuestra Señora de la Calle, en Palencia. En 1581, en Soria, el de la Santísima Trinidad, terminando con el de San Jo y Santa Ana, en Burgos, en 1582.

La nueva Regla es muy austera; dormían en jergón y, a veces, sobre paja en el suelo; ayunaban, se abstenían de comer carne; vestían ropas de sayal y calzaban sandalias o alpargatas.
Hacían los viajes en carros por aquellos caminos, polvorientos o embarrados, con sol abrasador, con lluvia, con vientos, con nieve, parando en posadas y a veces bajo un puente. Santa Teresa siempre estuvo delicada de salud y muchas veces tenía calenturas pero Dios le daba fuerzas y la salud cuando era necesaria para los fines que se proponía.

En todos sus escritos, Teresa transmite con espontaneidad su experiencia personal, veinte años de sequedad de espíritu. Pero, a partir de los 41 años tiene experiencias místicas, que son consideradas como obra del demonio. La Inquisición la tiene siempre en el punto de mira.
La experiencia transmitida por la Santa se basa en la oración como medio de relacionarse con Dios y sentir su unión.
Los distintos grados de la oración los compara con el agua que sale de un pozo y hay que acarrearla con cubos, riego mediante una noria, riego a través de una acequia y riego mediante la lluvia que viene del cielo, es el último grado en el que el alma alcanza la plena unión con Dios.
"Vida es vivir de forma que no se tema la muerte ni todos los sucesos de la vida y estar con esta ordinaria alegría que ahora todas traéis..."
El libro de Las Fundaciones lo escribe con fines didácticos para las prioras y las monjas y a ellas va destinado para que comprendan la Obra, que ha sido voluntad de Dios, ella se considera sólo un instrumento. Les ruega pidan en sus oraciones por todos los benefactores que Dios ha puesto en su camino para ayudarla en todos los trabajos. Termina siempre los capítulos con una oración.