viernes, 18 de septiembre de 2015

2oª Edición de las Edades del Hombre

    Las Edades del Hombre es una magna exposición que cada año organiza la Fundación Las Edades del Hombre, en colaboración con la Junta de Castilla y León y entidades religiosas de la Comunidad. Este año, 2015, con motivo de celebrarse el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, se ha ubicado en Ávila y Alba de Tormes, cuna y tumba de la Santa, respectivamente. Todo gira alrededor de la vida y obra de la Doctora Mística. Santa teresa de Jesús, maestra de oración, es el lema elegido para esta 20ª edición.

    En Alba de Tormes esta exposición se ha instalado en la Basílica. Este templo, de estilo neogótico, empezó a construirse en 1898, bajo el episcopado del P. Cámara. Era una ambiciosa obra -como lo atestigua una maqueta- cuya finalidad era acoger a los numerosos peregrinos que, ya por entonces, venían a visitar el sepulcro de la santa andariega. En un momento se agotaron los recursos económicos y quedó paralizada la obra. Después se han habilitado las capillas laterales que albergan cada una de las fundaciones teresianas. Últimamente se han hecho algunas obras, en ladrillo rojo , para cubrir los ábsides. Estos cerramientos desentonan totalmente con el dorado de la piedra de Villamayor de la construcción primitiva. Esta parte de los ábsides es la que alberga la exposición..

    Se puede visitar de forma individual, o bien en grupos, en visita guiada, que es la mejor manera de comprender el significado de todo lo allí expuesto.

    Empieza el recorrido con una serie de cuadros que nos van describiendo la vida de la Santa, empezando por la huida de la casa paterna con su hermano Rodrigo para ir a tierras de moros para ser martirizados. A la salida de Ávila, en el puente del río Adaja, son encontrados por su tío que los conduce nuevamente con los padres. Hay otro lienzo en el que se ve a los hermanos en el huerto familiar construyendo ermitas con piedras y palos que enseguida se les caían. Así nos vamos adentrando en la vida de la joven Teresa, en el convento de Gracia adonde la ingresó su padre y, donde al lado de una buena monja, parece que empieza en ella a despertarse la vocación religiosa. Después, el convento de La Encarnación. Inquietudes de Teresa. No le gusta el ambiente mundano y de desigualdad existente en el monasterio y pretende la reforma para volver a la antigua regla del Carmelo, más estricta. Van apareciendo personajes que la ayudan en su tarea y otros que, por el contrario, no ven con buenos ojos que una mujer quiera cambiar las normas.

    Hay una parte dedicada a las Fundaciones, desde el convento de San José, en Ävila hasta el de Burgos, ya en 1582, poco antes de su muerte, pasando por Toledo, Salamanca, Alba de Tormes, Beas de Segura, Segovia, Sevilla, Caravaca de la Cruz,Malagón, Pastrana, Soria, Palencia...
Junto con San Juan de la Cruz funda el convento de carmelitas descalzos de Duruelo, emprendiendo la reforma de la rama masculina de la Orden.
En San Juan de la Cruz, así como en San Pedro de Alcántara y otros grandes santos de la época encontrará Teresa la comprensión y apoyo en tantas dudas y dificultades como tuvo que soportar a lo largo de su vida.
Tuvo grandes colaboradoras, fieles y emprendedoras sin las cuales no habría podido realizar semejante obra. Mariana de San José fue su amiga y, en los últimos tiempos, secretaria y enfermera. Ana de Jesús que publicó la obra teresiana en Ambers adonde fue a fundar, siendo gobernadora de Los Países Bajos, Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II, gran protector de la Santa. No podemos olvidarnos de Ana de San Bartolomé, Luisa de la Cerda, Doña Guiomar y de tantos otros personajes que influyeron en su vida. En la muestra podemos ver retratos de todos ellos.

    Para documentar la faceta de Teresa Mística hay numerosas esculturas y pinturas que nos la presentan en oración, sus arrebatos místicos y, sobre todo, de la Transverberación. Podemos contemplar el único cuadro que le fue pintado en vida por Juan de las Miserias, del que no quedó muy satisfecha puesto que, según su opinión, la había pintado fea y legañosa. También se puede ver la primera obra escultórica que la representa, después de la canonización.

    Teresa escritora. Hay un recorrido por toda su obra escrita, universalmente reconocida: El libro de la Vida, Las Fundaciones, Camino de perfección y Castillo interior o Las Moradas.También su obra poética. El estilo de Teresa es sencillo, con gracia,"escribe como habla". Aunque dice que escribe por obediencia a sus superiores y a Dios, lo cierto es que hay una gran vocación literaria. Ya desde pequeña le gustó mucho leer vidas de santos pero también , al igual que su madre, fue muy aficionada a las novelas caballerescas.
En vida tuvo problemas con la Inquisición y si se libró de los castigos fue gracias a los buenos valedores que siempre tuvo, aunque enemigos tampoco le faltaron, pues en su siglo era mucha temeridad que una mujer se pusiera a escribir y opinar sobre temas que entonces eran exclusivos de los hombres.
Después de su muerte publica sus obras Fray Luis de León, en Salamanca, y en Amberes su fiel Ana de Jesús. Sus manuscritos se encuentran en la Biblioteca del monasterio de El Escorial, mandados recoger por Felipe II, su gran admirador.
La literatura epistolar fue muy abundante. Se calcula que escribió unas 15.000 cartas de las cuales se conservan unas 500. La Universidad de Salamanca la declaró Doctora "honoris causa" y, más tarde, la Iglesia, Doctora Mística.
Fue declarada, también, con Santiago,  patrona de España pero Compostela no estuvo muy de acuerdo con esta decisión y elevó una protesta. De ahí viene el dicho "revolver Roma con Santiago".

    En la exposición está presente el proceso de beatificación  y la Bula de la canonización con el respectivo estandarte que obra en poder del convento de La Anunciación, de Alba. Fue canonizada junto a San isidro, San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier y el italiano San Felipe de Neri. En el estandarte se ve al Papa y al cardenal que hace la petición, junto con otros personajes de la Curia. A la derecha figura la efigie de la nueva santa y, debajo, miembros de la Orden Carmelitana.

    Todas las obras expuestas proceden de la clausura de muchos conventos carmelitas, de numerosas iglesias, catedrales y museos que han prestado sus tesoros para que sean contemplados por los muchos peregrinos que este año visitan el sepulcro y Las Edades del Hombre en este singular aniversario de su nacimiento. Todo ello nos ayuda a poner imagen a esta faceta de Teresa, maestra de oración.

    Antes de salir del recinto se nos invita a hacer un descanso y contemplar un vídeo en el que, tomando como hilo conductor El Libro de la Vida, se recrean los momentos más emblemáticos de su existencia terrenal.  

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Museo Carmelitano "Carmus"

    Es una visita que no puede perderse el peregrino que se acerca a visitar el sepulcro de Santa Teresa, en Alba. Quedará impresionado por la cantidad de obras de arte que alberga, todas ellas antes en clausura y hoy, gracias al museo, pueden ser contempladas por el público. Está ubicado en el convento de las MM. Carmelitas.

    Este monasterio fue fundado por Teresa de Jesús en 1571 a petición del matrimonio Francisco Velázquez y Teresa Laíz, que no teniendo hijos y habiendo suplicado a Dios se los concediese, la esposa tuvo una visión junto a un pozo en la que se le aseguraba que tendrían otra clase de hijas.
Francisco Velázquez era ecónomo del Duque de Alba, de cuantiosa fortuna, a veces, le hacía préstamos al noble. Donaron su casa y otras próximas para que se instalaran las carmelitas descalzas, fundando el convento de La Anunciación. Fue quizás el único que desde el principio contó con buenas instalaciones.
La puerta de entrada al convento presenta un arco de medio punto y encima figura el escudo de la Orden. A la iglesia se accede por un pórtico de columnas de granito y rejas de hierro. La portada está bellamente esculpida en varios cuerpos. Encima de la puerta figuran los escudos de los fundadores y el de la villa de Alba. En el cuerpo central está la escena de la Anunciación y en el tímpano, Dios Padre. Por encima una cartela lleva inscritos los nombres de los fundadores y la fecha de la fundación. La iglesia tuvo que ser ampliada, prolongando la nave central y creando un crucero con altares en ambos brazos. Se creó también una cúpula con pechinas y linterna, para dar luz. En el centro del altar mayor se halla situado el sepulcro que contiene los restos de la Santa. Debajo de lo que fue el coro está el lugar donde fue enterrada, nos lo recuerda un sepulcro blanco. Con vistas desde la iglesia se encuentra la celda de su muerte y en el mismo muro el sepulcro de Juana de Ahumada, hermana de Teresa, de Juan de Ovalle, su cuñado y de un sobrino, hijo de ambos. Este matrimonio vivía en Alba, frente al convento , en cuyo solar se edificó el primer templo dedicado a San Juan de la Cruz y el monasterio de carmelitas descalzos. En el lateral derecho está el sepulcro de los fundadores, que antes estuvo en el centro de la nave. Está esculpido en piedra de Villamayor, con policromías. Hay otro sepulcro vacío.

    Pero pasemos al museo y sorprendámonos visitando sus numerosas salas.
Lo primero que encontramos es una colección de estandartes de distinta procedencia, muchos de gran valor, en terciopelo de seda y bordados profusamente. Estos estandartes los traían las peregrinaciones y lo dejaban como ofrenda a la Santa. También se encuentra entre ellos el de la Canonización.
Hay salas en las que se expone pintura de calidad, de distintas épocas y autores, cuadros de pasajes de la vida de Teresa de Jesús, como el curioso del Paroxismo, cuando la dieron por muerta y estuvo a punto de ser enterrada. Hay otros cuadros de Cristo y de santos, todos de motivo religioso, como no podía ser menos.
En las salas de escultura podemos ver joyas como un precioso busto de la Soledad, con los objetos de la Pasión. Hay también Cristos esculpidos en marfil. Llama la atención un Nazareno guatemalteco, con preciosas vestiduras, venido de Roma, obsequio del Papa León XIII. Sorprende la colección de Niños-Jesús, vestidos. Era, según nos explicaron, una afición de la Santa y, por donde iba, llevaba estas pequeñas esculturas, símbolo de la humanidad y fragilidad de Cristo.
En las salas de orfebrería se pueden contemplar piezas maravillosas, de enorme valor como una virgen mejicana con el manto bordado con hileras de perlas. Custodias, cálices, expositores y toda serie de objetos de culto en metales preciosos.Así mismo joyas, regalos de personas devotas  para ornato en las procesiones, etc.Pero lo que más atrae la atención del visitante es el birrete del Doctorado, confeccionado con joyas donadas por damas importantes.Es de oro y lleva incrustadas piedras preciosas. Es una pieza que por su elevado valor apenas se utiliza. Hay arquetas de taracea con incrustaciones de marfil. Todo lo que allí se expone es de enorme valor.
Otra sala está dedicada a los ornamentos sagrados. Aquí se pueden ver juegos de ternos, confeccionados con valiosas telas, bordados en oro y sedas de hermosos colores. Los ternos constan de tres prendas: casulla, dalmática y capa pluvial. Todas las piezas están confeccionadas en distintos colores, según la liturgia. La tela de uno de estos ternos es de un traje de un duque que lo donó para este fin. Se puede ver un trozo del rico paño sobre el cual estuvo el cuerpo de la Santa después de su muerte. Este paño ha sido utilizado como regalo a las distintas personalidades que han pasado por el convento, entregándoles un trozo como reliquia. El último fue entregado a Juan Pablo II en su  visita en 1982. Hay también paños de altar, finamente bordados.
Una sala está destinada al Rincón del Convento.y en ella podemos ver distintos enseres que utilizaban las monjas en su vida diaria: cacharros de cocina, braseros, tinajas...y, sobre todo, sencillas máquinas con las que las carmelitas se fabricaban sus zapatillas, hilaban o tejían para confeccionarse la ropa. Todo se hacía en el convento.
Por la escalera del Duque, que antes estaba tapiada, y que tiene acceso al exterior,subimos al camarín donde se encuentra el sepulcro y las reliquias del brazo y el corazón, protegido por una reja con tres cerraduras. El camarín es una sala abovedada, con pinturas al fresco en el techo y cuadros en las paredes, amén de lámparas votivas, en plata, colgando del techo..
El sepulcro es de mármol gris, con adornos dorados. En la parte superior hay una escultura de dos ángeles, en mármol blanco. Es un regalo de Fernando VI y de su esposa. En el interior hay una arqueta de plata, -en cuyo interior se encuentran los restos- con una cerradura en cada ángulo. Las llaves están una en posesión de la comunidad de Alba,otra del General de la Orden y las otras dos las tiene la Casa de Alba. De forma que no se podía abrir sin estar reunidas todas las llaves. En la actualidad, se cree que existen copias para que se pueda hacer la limpieza cuando sea necesario.
En esta planta hay una sala en la que se exponen gran cantidad de pinturas, sobre cobre, de diversos motivos. Es muy interesante esta colección.
Por la escalera del Duque se baja a otra sala similar a la del camarín en la que los frescos, según catas, se hallan recubiertos por una capa de pintura.
Desde la planta baja se llega a la celda en la que murió la Madre Teresa un 4 de octubre de 1582. La celda, que sería una más del convento, sencilla y sin adornos, actualmente es una capilla, con altar y pinturas en el techo y paredes. Hay una sencilla cama con la Santa, representando su muerte..
Esta zona se convirtió en un pequeño museo donde se exhiben recuerdos de Teresa y de su compañero San Juan de la Cruz: cartas, objetos de uso cotidiano, retratos de la Santa, familiares y colaboradores. Allí se encuentran los retratos de los fundadores, ella con hábito de monja pues de otra manera no podría estar en el convento su efigie. Con entrada por la iglesia hay otra sala, con un altar con el ara de losa de pizarra sobre la que colocaron el cadáver de Teresa. El suelo está recubierto de tarima pero debajo está el antiguo cementerio donde se enterraba a las monjas. Allí está enterrado uno de los duques de Alba, con una losa que lo atestigua pero permanece oculta al público.

Teresa de Jesús, la Santa de Ävila fue beatificada el año 1614 y canonizada en 1622.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Iglesia de San Juan y Exposición de Venancio Blanco, en Alba de Tormes

    La iglesia de San Juan está situada en el corazón de la Villa, en un lateral de la Plaza Mayor. Data de finales del siglo XII y es uno de los monumentos más representativos del arte mudéjar de Castilla y León, arte que irradió a otros municipios de la zona como Coca de Alba, Pedrosillo de Alba, Gajates, Macotera...

    Es característica la construcción en ladrillo de los tres ábsides, con ladrillos esquinados, arquillos ciegos y algunos adornos trilobulados, todo muy sobrio. De los tres ábsides sólo están exentos el de la parte sur y parte del central ya que el resto, desgraciadamente, llevan adosadas unas edificaciones adyacentes. La parte visible tiene unas columnas en piedra arenisca con capiteles labrados, con motivos vegetales o animales, lo mismo que en el atrio que da acceso al templo, de época posterior, así como la torre, barroca, edificada en tiempos muy  posteriores a la primitiva edificación. Salvo los ábsides, el resto de la fábrica es construcción de pizarra, como todos los edificios antiguos de la Villa por ser abundante este material en la zona.
El interior de la iglesia es amplio con tres naves de igual altura separadas por dos arcos, quedando una planta de salón. La cubierta, a dos aguas, es de madera y ha sido reconstruida.En el atrio y en el pavimento interior abundan las losas de pizarra que nos hablan de anteriores enterramientos. También hay sepulturas de familias importantes como la de Villacepellín, en el ábside sur y otras adosadas al muro norte como la del clérigo Diego de Carmona.
Esta iglesia ha quedado convertida en museo y allí han ido a parar piezas artísticas procedentes de otros templos ya desaparecidos como San Miguel, la ermita de la Virgen de la Guía y de Santiago que, aunque existente, está dedicada actualmente a otros eventos culturales.
Allí podemos contemplar cuadros de gran mérito como una Magdalena de autor anónimo y una tabla con Cristo atado a la Columna, obra de Vicente Maçip. También podemos ver un Calvario, en madera, en muy mal estado. Es de transición del románico al gótico y apareció emparedado en la iglesia de Santiago.También hay que destacar una preciosa talla gótica de la Virgen de la Guía, procedente de la ermita de su nombre. En la parte opuesta a los ábsides se ha colocado un retablo manierista, que estuvo en la cabecera. En él figuran las imágenes de los santos San Juan Bautista y San Juan Evangelista, ambos titulares del templo, y otra Virgen del Rosario. Es obra de Juan de Montejo que, a su vez, esculpió los relieves de La Anunciación en la portada del convento de las MM. Carmelitas.
Pero, sin lugar a dudas, la joya de la iglesia-museo es un apostolado románico-bizantino, en piedra policromada. Está compuesto por trece esculturas sedentes: Jesús en el centro, de mayor tamaño,con los símbolos de pastor (báculo) y de rey (cetro); los apóstoles, a los lados, tienen en las manos un libro o un rollo escrito, símbolo de las Sagradas Escrituras. Este conjunto escultórico hoy está en el ábside central pero, seguramente, procede del atrio. Ha estado expuesto en algunas de las ediciones de Las Edades del Hombre.  Al lado hay una Virgen sedente con el Niño sobre su regazo. Es del mismo estilo que el apostolado y todos tienen la característica de presentar rasgos orientales.
Es de destacar también un púlpito, en piedra policromada en el que va esculpido el escudo de la Villa con el puente, las estrellas y los banderines, lo que hace pensar que esta iglesia estuvo muy ligada al Concejo.

    La iglesia, por sí sola, bien merece una visita pero además este año alberga una magnífica exposición de escultura sacra del artista salmantino Venancio Blanco.

   Venancio Blanco nació en Matilla de los Caños del Río, en 1923. A los 8 años se trasladó a vivir a Robliza de Cojos. De esos años recuerda el artista las dehesas, los toros y las tallas en madera policromada de la iglesia, así como el trato con las gentes sencillas del lugar. En los talleres de Matilla y Robliza comenzó la afición por lo que después sería su profesión, observando a los artesanos cuando trabajaban el hierro y la madera. A los 14 años, gracias a una beca, pudo estudiar en Salamanca, en la Escuela Elemental del Trabajo y, por la noche, en la Escuela de Artes y Oficios. Después, gracias a un premio, pudo viajar a Italia y, gracias también a otra beca, pudo estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Alternó su taller con la función docente. Su material es el bronce y el artista asegura que es escultor porque aprendió a fundir.
En la actualidad tiene 92 años pero sigue activo.

    Las Edades del Hombre ha programado en el incomparable marco de la iglesia medieval una extraordinaria exposición de arte religioso con obras pertenecientes a la Fundación Mafre. Estas obras son esculturas vanguardistas en bronce, fundido a la cera perdida.
Podemos empezar la visita por una Anunciación. contemplar una Virgen con el Niño, que lo sostiene en una forma poco corriente, separado de su cuerpo, como presentándolo a los fieles. Hay una Piedad, también "sui géneris" y un Calvario impresionante en el que Cristo dirige la mirada hacia el ladrón no arrepentido, ya muerto. La Santa Cena es una escultura monumental que comprende a Jesús en el centro, rodeado de los once apóstoles. Fuera de la mesa aparece también Judas que sale de la escena cabizbajo y apretando algo entre las manos. Es un conjunto impresionante. Podemos admirar, también, una custodia muy vanguardista. La música está representada por dos obras, esculturas de ángeles, uno con una guitarra y otro con un acordeón. Hay otra obra dedicada a la música barroca, de carácter abstracto. Encontramos también esculturas que representan a santos emblemáticos como San Sebastián, atado a un árbol, y los  místicos San Francisco de Asís, con pajaritos y San Juan de la Cruz, ambos con la sobriedad que los caracteriza. No podía faltar una obra dedicada a Santa Teresa y ahí está una escultura, semejante a la que se encuentra en la entrada de la Basílica, su obra en Alba, aunque ésta de la exposición es de menor tamaño.
Pero la escultura más importante de las expuestas se titula Cristo vuelve al Padre. Es de grandes dimensiones y representa a Jesús en el momento de la Resurrección, cuando un ángel le invita a levantarse del sepulcro y está en ese momento semiincorporado. Lleva en el pecho , junto a su corazón el libro de los Evangelios. El abdomen permanece hueco. Es una obra que conmueve al espectador. Es su último trabajo y no había sido expuesta anteriormente.
Es una magnífica exposición que no dejará a nadie impasible y que es necesario visitar.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

V Festival de Música Antigua, en Alba de Tormes

    Siguiendo la tónica de años anteriores, el Ayuntamiento de Alba de Tormes ha organizado el V Festival de Música  Antigua, dentro de los veranos culturales de la Villa. Este año con mayor motivo, dado que se celebra el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús y son muchos los turistas y peregrinos que se acercan a visitar su sepulcro. Esta edición, por tanto, tiene una especial dedicación a la santa andariega. La música que se ha programado es, casi toda, de su época, con instrumentos antiguos. Además, en los intermedios, una actriz, en el papel de Santa Teresa, va recreándonos con distintos pasajes del Libro de la Vida.
    Apostando por la cultura, cuantos amamos la buena música, del 13 al 19 de julio, hemos podido disfrutar en distintos lugares emblemáticos de la Villa Ducal de conciertos que han sido del agrado del numeroso público asistente.
    Así, el día 16, festividad de la Virgen del Carmen, tuvo lugar en la iglesia de los Padres Carmelitas, dedicada a San Juan de la Cruz. Este es el primer templo dedicado al Santo en la cristiandad.
El cuarteto Trifolium nos ofreció El despertar del alma, con obras de Boccherini y Haydn, siendo los intérpretes : Carlos Gallifa, violín; Sergio Suárez Rodriguéz,violín; Juan Mesana Graffe, viola y Javier Aguirre Gozalo, violoncello. Representando a Santa Teresa, la actriz Rosa Núñez-Hoyo.
El cuarteto Trifolium está formado por profesionales en el campo de la música antigua. Utiliza instrumentos originales y técnicas interpretativas de acuerdo con la música antigua. Su repertorio se basa en obras de compositores de los siglos XVII, XVIII y principios del XIX. Al finalizar la actuación fueron muy aplaudidos.
    El día 17, el concierto tuvo lugar en el Torreón del castillo de los Duques de Alba.Primeramente hubo una visita guiada en la que nos explicaron la historia del castillo y de la familia de los Alba. Vimos los restos arqueológicos encontrados en las excavaciones de sus ruinas, las pinturas al fresco que se conservan en el segundo cuerpo de la torre, referentes a la batalla de Müllberg del pintor italiano C. Passini. Subimos al tercer cuerpo de la torre, sala destinada a museo, con exposición de castillos y murallas. y en esta sala recoleta el grupo Silenzio Sonoro nos ofreció Mi infancia son recuerdos, con obras de Sebastián Durón , Tarquino Merula y Girolamo Kapsberger, todos compositores de los siglos XVI y XVII. Fueron los intérpretes: Mar Codina, soprano; Fernando Serrano, tiorba y Roberto Alonso, violoncello. Como en otras actuaciones, Rosa Núñez-hoyo interpretó a Santa Teresa.
Este grupo vocal e instrumental se dedica a divulgar la música del barroco español e italiano , interpretando de una manera rigurosa y, a la vez, amena suscitando emociones y sentimientos, finalidad de la música, entonces y ahora. Fueron muy aplaudidos.
Después del concierto tuvimos la oportunidad de subir al último cuerpo de la torre desde cuya terraza se puede contemplar un panorama inmenso con una proyección de 360º.
    El día 18, en la Plaza de Santa Teresa, al aire libre, con una temperatura muy agradable pudimos disfrutar de la actuación de Silenzio Sonoro y de Couleur café jazz quartel. Hubo gran afluencia de público acompañando hasta las numerosas cigüeñas que tienen sus nidos en las torres de las cercanas iglesias y que estuvieron sobrevolando por el lugar hasta bien entrada la noche.
Interpretaron obras de Claudio Monteverdi, J. S. Bach. Haendel, J. Pourcell y juan de Hidalgo. Fueron sus intérpretes por Silenzio Sonoro: Mar Codina, soprano; Jorge García, clave y Roberto Alonso, violoncello y percusiones.Por conjunto CCJQ: Chema Corvo, piano; Javier Barragués, batería; Carlos Domínguez, contrabajo y María Mazo, vocalista. Como siempre actuó entre los números musicales Rosa Núñez- Hoyo.
El grupo CCJQ nace con el propósito de acercar la música de jazz al público en general. No es un grupo más de jazz, quieren imprimir nuevos aires a los viejos sonidos.
Los dos grupos fueron muy aplaudidos por el numeroso público congregado en la plaza.
    El domingo 19,como final del ciclo,en la iglesia de las Madres Benedictinas, Alterum Cor nos ofreció obras de Cristóbal de Morales, Antonio de Cabezón, Bernardino de Ribera y la misa de Tomás Luis de Victoria. Fueron sus intérpretes el coro  que dirige Valentín Benavides y Laura Puerto, al órgano. Una vez más interpretó el personaje de la Santa la actriz Rosa Núñez-Hoyo.
Esta coral fue fundada en 2005 en Valladolid y suelen interpretar obras que no son comunes en otras agrupaciones. Laura Puerto es una autoridad en la interpretación de la música antigua. Su actuación fue muy del agrado del público, recibiendo al final sonoros y sentidos aplausos.
    Otra noche, al margen del festival, hemos podido disfrutar de un concierto de la Capilla de Música de la Catedral de Cuenca. Esta coral, bajo la dirección de José Antonio Fernández Moreno interpretó la obra "Vivo sin vivir en mi". Este poema de la Santa fue musicado para el IV Centenario de la muerte, en 1982. En Alba fue doblemente emotiva su interpretación ya que casi todas las personas conocen la letra.
Es un coro muy numeroso, con muy buenas voces, entre las sopranos, tenores,contraltos y bajos, siendo solistas Rosa Salcedo Martínez y Asun García Hidalgo y organista Carlos A. Guerra.
Fueron muy aplaudidos por el público presente.