viernes, 26 de septiembre de 2014

Aínsa

    Es una pintoresca villa oscense, situada en la comarca del Sobrarbe, en el antiguo condado de este nombre. Se encuentra enclavada sobre un promontorio entre la confluencia de los ríos Ara y Cinca, en medio de un valle. Está a 589 ms. de altitud. Es un lugar privilegiado entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara y el Parque Natural Posets-Maladeta.

    Es poco conocida la historia de la población hasta que en 1124 Alfonso I le otorga la Carta Puebla concediéndole los mismos derechos que a la ciudad de Jaca, esto es: derecho a celebrar ferias, cobrar peaje, de aduanas y elegir al propio Justicia, entre otros.
En 724, según la leyenda, los cristianos, que habían huido de la España musulmana, se refugian en este lugar y, al mando de García Jiménez, del reino de Nájera-Pamplona, se deciden a conquistarlo. Los cristianos vencen a los moros en la batalla gracias a la aparición de una cruz luminosa sobre una carrasca, lo que les dio valor para enfrentarse al enemigo y recuperar la población. Esta cruz con el árbol figura en el escudo de la villa y también en uno de los cuarteles del escudo de Aragón. Esta victoria se conmemora actualmente , cada dos años en la fiesta de "La Morisma" que atrae a multitud de turistas que acuden a presenciarla.

    Durante la Edad Media tiene una gran importancia comercial por la celebración de ferias, siendo el núcleo de población más importante de la comarca. Los siglos posteriores asisten a una decadencia progresiva de la zona hasta que en el siglo XX recupera parte de su prestigio gracias al auge del turismo que acude al Pirineo a practicar deportes de montaña.

    Se conserva muy bien la estructura medieval de la villa por lo que en 1965 se declaró conjunto Histórico-Artístico al Casco Antiguo pero ya en 1931 se había declarado Monumento Nacional el castillo y la iglesia. Gracias a una sabia restauración se le ha devuelto a Aínsa toda su belleza. Actualmente el municipio comprende otros 22 pueblitos  mínimamente poblados pero que esconden rincones mágicos de gran belleza.

    El conjunto urbano en sí es digno de ser visitado por su natural emplazamiento y su arquitectura románica, en piedra.Podemos empezar la visita por el castillo. Es de los siglos XI al XVII. Se conserva poco de su estructura románica. Es un impresionante conjunto amurallado, rodeado de un foso que sólo podía franquearse a través del puente levadizo, dando acceso a un amplio patio de armas con cuatro torres en las esquinas, conservándose mejor la torre del Homenaje, de planta pentagonal y en el que se ha ubicado el museo de la Fauna Pirenaica.Hay una serie de arcos de medio punto que sostienen el paseo de ronda. Mediante escaleras se puede acceder y recorrerlo contemplando las incomparables vistas de la comarca que se nos ofrecen.

    Desde el castillo, por un arco se da paso a la Plaza Mayor. Es de los siglos XII y XIII. En ella se celebraban las ferias y mercados. Es porticada, con arcos de medio punto y otros apuntados.Todo el caserío es de piedra y los tejados antiguamente eran de losas de pizarra, hoy la mayoría han sido sustituidos por teja árabe. Los porches y parte de la plaza se han convertido en terrazas de los numerosos locales de hostelería, allí instalados. A la sombra de los mismos, en verano, se puede tomar un refresco o disfrutar de la cocina tradicional  y para los snobs también hay restaurantes más sofisticados que ofrecen platos de la moderna cocina. En estos porches existen dos prensas comunales que utilizan los vecinos para prensar la uva y sacar sus caldos.

    El núcleo urbano está formado por dos calles principales que partiendo de la Plaza Mayor descienden, casi paralelas hasta la plazuela del Salvador, llamada así por haber existido en la misma una iglesia con esta advocación. Estas calles son la calle Mayor y la de Santa Cruz, ambas empedradas como todo el conjunto histórico. Un paseo por ellas nos descubre la arquitectura típica medieval y podemos admirar algunas casa solariegas de más porte como la de Bielsa y la de Arnal. Alguna de ellas se ha convertido en museo como el de Oficios y Artes Tradicionales que muestra objetos relativos a oficios tradicionales que ya han pasado a la historia.

    La parroquia de Santa María, situada en un ángulo de la Plaza Mayor, es románica de los siglos XI y XII. Su portada consta de cuatro arquivoltas, apoyadas en otros tantos pares de columnas con capiteles labrados. Parece ser que algunos se aprovecharon de antiguas construcciones romanas. La iglesia tiene una sola nave con bóveda de cañón un poco apuntada, de gran altura, en piedra, como todo el edificio y las construcciones del municipio..Tiene una cripta formada por arcos que sostienen la bóveda. Dispone también de un claustro irregular pero quizá lo que más nos asombra es la torre por su gran altura. Es de planta cuadrada y tuvo una doble función, como campanario y torre vigía y de defensa por lo que dispone de saeteras. Se puede subir a ella por una estrecha escalera con altos peldaños. Pero merece la pena la incomodidad y subir hasta arriba y contemplar el panorama que desde allí se divisa: los picos del Pirineo y los valles y sierras que rodean la villa..

    No nos podemos marchar de Aínsa sin visitar la Cruz Cubierta , un templete circular construido en 1655 en el lugar donde según la tradición tuvo lugar la aparición de la cruz de Sobrarbe, que hizo ganar a los cristianos la batalla, allá por los tiempos de la Reconquista.

    Se conservan las murallas a las que se han adosado viviendas por la cara interna. Existen aún cinco puertas que conservan el sabor medieval de toda la villa.

    Acercarse hasta Aínsa es una excursión muy agradable. Se puede disfrutar de paisajes impresionantes y contemplar la belleza de la villa que ha quedado como un vestigio de tiempos pretéritos y una lección de la historia común de los aragoneses. Se puede pasar un día inolvidable disfrutando de la Naturaleza y de las delicias gastronómicas.

martes, 23 de septiembre de 2014

La Divina Comedia

    Es uno de los libros que es obligado leer y qué mejor momento que unas largas vacaciones de verano, sin prisas ni agobios de ocupaciones para disfrutar de su lectura.

    El autor es Dante Alighieri que nace en Florencia, en 1265 y muere en Rávena, en 1321.
Pertenecía al partido de los güelfos, en lucha constante con los gibelinos, circunstancia ésta que le costó el destierro. Conoce a Beatriz a los 9 años y vuelve a encontrarse con ella a los 18. Aunque estuvo casado con otra mujer, Beatriz sería su musa por toda la eternidad, dedicándole su obra. Muere muy joven. Aunque escribió otras obras, es la Divina Comedia la que le ha dado la inmortalidad. Él la tituló La Comedia porque no puede considerarse una tragedia ya que tiene un final feliz. Es Bocaccio, al leerla quien le adjudicó el título de Divina Comedia con el que se la conoce mundialmente.

    Está escrita en lengua toscana, en versos endecasílabos y las estrofas son tercetos encadenados. El ejemplar que he leído es de la colección Austral, de la editorial Espasa Calpe, editado en Buenos Aires (Argentina), en 1954. Es la 5ª edición.

    Se dice de La Divina Comedia que está construida como una catedral gótica donde la materia se convierte en arte. No olvidemos que Dante es un hombre del Renacimiento.

    La obra consta de tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. Cada una de estas partes está dividida en cantos. La 1ª tiene 34 y 33 la 2ª y la 3ª. En total son 100 cantos.

    En su obra nos narra la visión del poeta cuando en la mitad del comienzo de su vida se halla perdido en una selva en una noche oscura. Intenta salir de la misma pero su camino se halla obstaculizado por tres fieras (los vicios) : una pantera, un león y una loba. En ese momento de apuro aparece por el camino Virgilio, el poeta latino que, enviado desde lo alto por Beatriz le servirá de guía en el camino hacia el Infierno, pasando por los distintos círculos.

    Lo primero que encuentran es el vestíbulo de los ignavos -aquellos que no han hecho méritos para ir al Paraíso pero tampoco han cometido pecados para ser condenados. Son los indiferentes que no son admitidos en ningún círculo. Cruzando la puerta del Infierno llegan a una playa en la que tienen que cruzar el Aqueronte en una barca que transporta las almas de los condenados.
En el primer círculo se encuentra el Limbo, al que pertenece Virgilio. Aquí no hay sufrimiento pero carecen de esperanza. Cada círculo está destinado a un pecado capital. Así en el 2º están los lujuriosos; en el 3º, los que han pecado de gula; en el 4º, los condenados por avaricia; en el 5º, los irascibles; en el 6º, los herejes; en el 7º círculo hay tres recintos: los violentos contra el prójimo, los violentos contra sí mismos y los violentos contra Dios y la Naturaleza y el arte. En el 8º círculo hay distintos fosos donde se encuentran los seductores, aduladores,los pecadores de simonía, los adivinos, los barateros, los hipócritas,los ladrones, los malos consejeros, los sembradores de discordia, los cizañeros, los falsarios y falsificadores. En el 9º círculo se encuentran los traidores a sus parientes, a sus huéspedes, a sus bienhechores, a la Majestad (Judas). En este círculo, el del hielo, se encuentra Lucifer y para salir del Infierno Virgilio y Dante tienen que trepar agarrándose a los pelos del demonio, llegando a una hendidura que comunica con el otro hemisferio. De círculo en círculo han ido descendiendo al centro de la tierra. En cada uno los tormentos son distintos: hay ríos de sangre, materia hirviente, pez, lodos fétidos y las almas son  sombras.Es el mundo de la oscuridad.

    La 2ª parte corresponde al Purgatorio. Dante nos presenta a Catón como guardián del Purgatorio, un personaje controvertido porque se suicidó como holocausto a la libertad cuando desapareció la República en Roma. En el Antepurgatorio se encuentran con el ángel barquero que se encarga de transportar a las almas que llegan a la playa y tienen su lugar destinado en alguno de los círculos de la montaña que va ascendiendo hasta el Paraíso. Hasta entrar en el Purgatorio, propiamente dicho, hay una serie de rellanos en los que se encuentran las almas de los excomulgados, los bellacos, los negligentes y los príncipes apegados a la gloria terrena. Llegados a la puerta del Purgatorio , el Ángel Portero les facilita la entrada. Hay una montaña muy empinada por la que tienen que ascender y van pasando por los distintos círculos en los cuales las almas se purifican de los pecados que han cometido en su vida terrenal. Hay tormentos pero existe la esperanza de que, una vez purgados, ascenderán al Paraíso. En el 1º círculo están los que purgan la soberbia; en el 2º, la envidia; en el 3º, la ira; en el 4º , la pereza; el el 5º, la avaricia y la prodigalidad. Se produce un temblor del monte, como un cataclismo y, según les explican, es debido a que un alma ya purificada asciende a la Gloria. En el 6º círculo se purgan los pecados de gula y en el 7º, los de lujuria. Aquí se despide Virgilio que ha sido su guía. A través de las llamas tiene que pasar al Paraíso terrestre, un valle lleno de flores y verdor donde las almas esperan el paso al verdadero cielo. Hay dos ríos que tiene que cruzar, ayudado por una mujer. Contempla una procesión mística que simboliza el triunfo de la Iglesia. Aquí aparece Beatriz que guiará a Dante a través del Paraíso.

    El poeta debe hacer una confesión que le purifique de sus pecados antes de cruzar el Leteo en el que quedarán olvidadas todas las faltas. En el Paraíso hay una serie de símbolos místicos como el árbol y el águila, la zorra y el dragón, la meretriz y el gigante. Dante debe beber del agua del río Eunoe que le reanimará la virtud. Después de invocar al Amor  que rige el Universo ascienden al 1º cielo o de la Luna donde se encuentran los quebrantadores del voto de dastidad que, arrepentidos y purificados, han conseguido llegar a esta morada; 2º cielo o de Mercurio, allí se encuentran los espíritus activos y benéficos; 3º cielo o de Venus, dedicado a los espíritus amantes; 4º cielo o del Sol, donde se encuentran los espíritus sabios: filósofos y teólogos. Aquí aparecen Santo Tomás de Aquino, Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís. 5º cielo o de Marte, donde se encuentran los mártires de la fe; 6º cielo o de Júpiter, donde se encuentran los príncipes sabios y fuertes; en el 7º cielo están los espíritus contemplativos. En el cielo 8º o estrellado, con los espíritus triunfantes aparecen Cristo y la Coronación de María. Dante es examinado de las virtudes teologales. San Pedro le examina de la fe; Santiago, acerca de la esperanza y San Juan Evangelista sobre la caridad. En el 9º cielo o cristalino, el poeta contempla las distintas jerarquías de los ángeles. Por último tiene acceso a la contemplación del Empíreo: visión de Dios uno y trino , como una luz que comprende todo, rodeado de multitud de sustancias etéreas a su alrededor,los bienaventurados, que formando como una rosa, cada uno ocupa un puesto más o menos cerca del centro, según sus méritos, en la que todos son dichosos porque están en armonía con la voluntad de Dios, que mueve el Universo con Amor. En este último recorrido es guiado por San Bernardo., hijo predilecto de la Virgen.

    A través de todo el recorrido, en todas las esferas, Dante se encuentra con personajes de la vida real, muchos de ellos florentinos conocidos que responden a sus preguntas.Aparecen políticos, con los cuales no estaba muy de acuerdo, clérigos, entre ellos cardenales y papas que los sitúa en círculos del Infierno. Aparecen  también el bisabuelo del poeta, reyes, santos, personajes de la antigüedad, etc De todos ellos extrae alguna enseñanza.
 
    Hay un error pues Dante, al hablar de Santo Domingo de Guzmán dice que es natural de Calahorra, siendo este santo nacido en el pueblecito burgalés de Caleruega.

    En esta obra Dante hace continuas alusiones a la mitología griega, como todos los artistas del Renacimiento. Conoce perfectamente la obra de Homero y se nota su gran influencia de la Ilíada, con multitud de comparaciones. Es muy importante la simbología y los números cabalísticos (3, 9 10 ). Emplea muchos cultismos y gran profusión de frases en latín.

    Es una obra que ha influido en la literatura universal y que es obligado leer en algún momento de la vida. .,.