domingo, 16 de diciembre de 2012

El secreto de la diosa

Es un libro de Lorenzo Mediano, de la editorial Grijalbo. Pertenece al género de novela prehistórica.

Durante el Neolítico la Humanidad sufre una importante transformación. De nómada, recolectora y cazadora, se hace sedentaria y comienza la agricultura y el pastoreo, domesticando animales para su sustento. Pero hay otro cambio social. La sociedad pasa del matriarcado -gobierno de las mujeres- a un patriarcado que ha perdurado hasta hoy.
El autor narra en la novela la lucha de sexos en la que Ahkim, al descubrirse el secreto de la diosa, lucha para arrebatar el poder a las mujeres, encarnado en Aster, la Madre, y después en su nieta Uriel, joven guardiana que defiende el poder del matriarcado.

En el poblado de Zewi Khemi tiene lugar esta transformación social. Las mujeres forman un estamento: la Madre, las guardianas, el Consejo de las Ancianas, y el resto de las mujeres, dedicadas a la agricultura. Los hombres pastorean el ganado y, de tarde en tarde, salen a cazar. Apenas existen conflictos bélicos entre las tribus próximas y se aburren.

Pero al descubrirse "el secreto de la diosa", que no es otro que la participación del elemento masculino en la procreación, las cosas cambian. No tienen que estar sometidos a las mujeres, perdiendo éstas sus privilegios.

La novela está estructurada en capítulos, que son 31, con una especie de prólogo introductorio que nos presenta el tema. Tiene éste lugar en una cueva y nos lleva a un tiempo anterior en el que todavía los hombres son nómadas, En esa cueva, precisamente, tendrá lugar el final de la novela, por tanto es circular.
En los primeros capítulos, el autor nos presenta a los personajes que van a dar vida a la narración. El nudo empieza cuando se descubre el secreto y comienza la lucha del hombre por arrebatar el poder a las mujeres. El desenlace tiene lugar cuando Ahkim se hace con el control del poder, se erige rey, cambiando todo el orden social anterior.

El relato tiene lugar a lo largo de cuatro generaciones. Hay por lo tanto nacimientos y muertes; tiene lugar el paso del nomadismo al sedentarismo; se sustituye la cueva por el poblado; nacen la agricultura y el pastoreo; aparecen las jerarquías, el amor, el poder, la esclavitud, los castigos, el canivalismo, los clanes con su jefe.
El tema principal es el paso del matriarcado al patriarcado. Es un tema innovador, social, ficción histórica.
Son temas secundarios: el poder, el sexo, el lesbianismo, la amistad, el amor, los mitos y tabúes, creencias, canivalismo, la esclavitud, el arte, estructura social, la justicia, abusos del poder, sedentarismo, obstetricia, medicina natural,la violencia, la casa, la supervivencia, la agricultura y la ganadería, el miedo, la venganza, la Naturaleza, la nobleza personal, la mujer como propiedad, la virginidad, la prostitución de la mujer...

Hay una clara diferencia entre los rasgos del carácter masculino (violencia, fuerza) y los femeninos (sabiduría, astucia, pacifismo). Cada personaje es diferente al resto y se le atribuyen una serie de cualidades. No hay arquetipos, no hay modelos puros, son grises.

Los personajes principales son:
-Aster, la Madre, gobierna el poblado. Es madre de Nohara y de Tasmar. Es un personaje fuerte, astuto, inteligente. A veces tiene rasgos de sensibilidad y piedad.
-Nohara es madre de Uriel y Koshmar. Es sensible, se apiada de las desgracias ajenas, es buena. Todo ésto le lleva a estar marginada por la tribu. También el hecho de que después del parto haya quedado estéril.
-Koshmar es inteligente y valiente. Después de una enfermedad queda tullido y no es apto para muchos trabajos. Es sensible y se refugia en el arte y en el amor.
-Uriel es inteligente, fuerte, valiente, comprometida con las viejas tradiciones, es violenta. Mantiene con Ahkim una relación amor-odio.
-Ahkim, huérfano, es despreciado por la tribu, albergando desde niño el sentimiento de la venganza, Es violento, sanguinario, fuerte, valiente. Es agradecido, fiel, su amistad será inquebrantable hacia las únicas personas en las que encontró piedad y ayuda en su desvalimiento.
-Mara es la extranjera y, como tal, marginada.Es hija de la Madre de otra tribu, hermana de sangre de Uriel y enamorada de Koshmar; al final decide unirse a Ahkim, buscando protección. Es sensible.
Entre los personajes secundarios están: Tasmar, Turnitaar (jefe del clan de la Serpiente), Kurmil (una anciana), Friascar (el retrasado). Oolwi es el hijo de Uriel Y Ahkim que vencerá y dará muerte a su padre en la cueva, dando lugar a un nuevo cambio en la vida de la tribu,

El estilo es realista, rayando en el naturalismo, con pinceladas de sensibilidad y elementos épicos.
Los nombres de los personajes están tomados del esperanto.

A grandes rasgos, me ha gustado la novela. Es una forma novedosa de exponer una hipótesis: el matriarcado primitivo y el paso de este dominio femenino al del hombre, quedando así establecido, a lo largo de la historia, hasta nuestros días. Hoy, por fortuna, las cosas van cambiando y se tiende hacia una igualdad de los dos sexos en cuanto a derechos, aunque sea difícil y lenta esta transformación de la mentalidad.
No obstante, hay tres puntos en los que no estoy de acuerdo: la crueldad, el sexo y el nivel del lenguaje.
La violencia es excesiva; sólo hay un personaje -Nohara- que se salva de esta lacra.
En cuanto al sexo veo que ha insistido demasiado en el tema y el autor lo ha expuesto con mucha crudeza, de forma reiterada.
El nivel del lenguaje lo considero poco adecuado. Los personajes, a mi modo de ver, tienen un nivel en el discurso que no se corresponde, en absoluto, al desarrollo primario que se supone en época tan arcaica. Por otra parte, es plano, todos los personajes hablan del mismo modo, hasta el retrasado mental del grupo. Sólo se salva el lenguaje referido al sexo, que es más primitivo.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Las cartas


Con la llegada de las nuevas tecnologías en los tiempos actuales, vamos dejando por el camino muchas cosas que, en el fondo, añoramos y sentimos que desaparezcan, entre ellas, las cartas.

Cuando abrimos el buzón ¿qué encontramos?. Facturas, publicidad, comunicaciones de los bancos, algunas noticias de la Administración, no siempre agradables para el contribuyente... Y ni una sola carta. El escribir cartas ha quedado como una reliquia del pasado.

Ahora las comunicaciones -dicen que estamos en la era de las comunicaciones- , se hacen a través del teléfono fijo o móvil, del fax, del e-mail... Pero estas "comunicaciones", mensajitos de unas cuantas palabras, escritas con una ortografía exclusiva, nada tienen que ver con la carta tradicional. Hay una literatura epistolar; se conservan cartas de muchos personajes ilustres que tienen un valor incalculable porque están escritas con esmero y su contenido era importante, bien por el sentimiento expresado en las mismas o por los asuntos trascendentales que se trataban en ellas.

¡Qué alegria proporcionaba recibir una carta!. En los pueblos el cartero recorría las calles e iba repartiendo casa por casa su carga, sin tan siquiera llamar, directamente echaba la carta en el portal. Entonces todas las casas permanecían abiertas durante el día, no como ahora que, debido a la inseguridad, cada vez que se ausentan, aunque sólo sea por unos minutos, cierran la puerta con llave. Antes, no.
Las comadres estaban "espiando" y sabían quiénes recibían carta. Si alguna chica tenía el novio en la mili, sabían cúando escribía.No había muchas novedades en los pueblos pequeños y eso podía ser un motivo para comentar en los corrillos.

Recuerdo que había un matrimonio mayor, padres de muchos hijos que, como otros muchos, habían tenido que salir a la capital en busca de un porvenir mejor. en el pueblo quedaron solos los viejitos, pero no estaban olvidados. Era raro el día que no recibían carta de alguno de ellos. Tenían la costumbre de dar al portador de la misiva una propinilla que, dadas las escasas posibilidades económicas del matrimonio, consistía en 10 céntimos. Siempre lo he considerado como el óbolo de la viuda del evangelio, algo con un valor inmenso.La abuelita no sabía de letras, nunca pudo asistir a la escuela. Era el marido quien leía las cartas y las contestaba, aunque fuera la esposa quien las dictase pues, pese a no tener instrucción no tenía un pelo de tonta. Cuando el anciano murió tuvo que buscar una persona de confianza que le hiciese el trabajo. A ello se prestó una buena vecina que, también era recompensada cuando para el verano llegaban los hijos al pueblo a pasar las vacaciones. Nunca se olvidaban de un regalito para la caritativa amanuense.

En las ciudades, en esos tiempos no se habían instalado todavía los buzones en las casas y el cartero se colocaba al pie de la escalera y voceaba los nombres de aquellas personas que tenían correspondencia y tenían que bajar a recogerlas. Si la casa tenía portería era el empleado quien se encargaba de su distribución. De una forma o de otra todo el mundo se enteraba de las cartas que recibían los demás. Con la instalación de buzones se ganó en privacidad y para los carteros supuso un cambio favorable.

Qué emoción abrir una carta, a solas, con tranquilidad. Podía ser de la familia, de amistades o, siempre más placentera, de amor. Entonces los dedos rompían nerviosos el sobre, sacando las cuartillas que contenían los sentimientos más profundos; a veces aparecía también una fotografía y el gozo era mayor. Otras, se incluían pequeños regalos, camuflados entre el papel, como pañuelos de seda o alguna baratija de escaso valor material pero que eran recibidad como el mayor tesoro.

Contestar las cartas era otro momento emocionante que también hemos perdido. Había que meditar lo que se escribía ya que era algo que quedaba ahí, no como las palabras que se las lleva el viento. Circulaban manuales muy utilizados por personas con una cultura mínima, no acostumbradas a expresarse por medio de la escritura. Se ponía especial cuidado en la redacción y la caligrafía, en consonancia con la persona a la que iba dirigida, no es lo mismo escribir a una amiga que al novio ausente.
Las cartas de enamorados se conservaban en paquetes atados con cintas que, después si había una ruptura, normalmente, se devolvían, junto con las fotografías y los regalos.
No siempre las cartas traían buenas noticias pero, como todo en la vida, la alegría y el dolor son caras de la misma moneda.

Ahora, si acaso, recibimos por correo alguna felicitación por Navidad, una simple tarjeta con una fórmula de cortesía, sin personalizar mucho en las que nos deseamos felicidad. Si hay suerte las recibimos por el correo tradicional pero ya se va imponiendo, sobre todo entre los jóvenes, enviarse mensajitos a los móviles o, también a través del correo electrónico reenviamos fabulosas felicitaciones con toda suerte de colorido y  música, todo muy bonito, eso sí. pero que carece del calor de algo personal.

Tendremos que convenir que aquellos tiempos han pasado y adaptarnos a los nuevos usos aunque para ello tengamos que ir dejando por el camino jirones de nuestra vida.

lunes, 3 de diciembre de 2012

La matanza en el pueblo



Dice el refrán: "A cada cerdo le llega su San Martín". Como San Martín se celebra el 11 de noviembre, hace referencia a que por estas fechas se hacía en las casas de los pueblos la matanza del cerdo que habían estado cebando durante buena parte del año. El que fuera en esta época y no en otra obedecía a varias razones: necesitaban provisiones para el largo invierno; para poder degustar en las fiestas navideñas de las delicias que proporciona; pero el motivo fundamental es que el frío evitaba que la carne se estropease, ya que entonces no se conocían los frigoríficos y tenían que aprovechar lo que nos brinda la Madre Naturaleza.

Los chiquillos esperábamos con ilusión el día de la matanza. Era una fiesta más en el calendario de las familias. Allí en el pueblo tenían lugar los viernes, ya que ese era el día en que el Veterinario se acercaba a la localidad para examinar un trozo de la lengua del marrano recién sacrificado y dictaminar si era apto para ser consumido.Claro que cuando llegaba el funcionario ya no estaba entero el animal pues para el almuerzo ya se había echado mano de algunos trozos del inocente sacrificado.

Nos estamos adelantando al tema. Primero se hacían los preparativos. Era necesario disponer de un tajo -especie de banco de madera, muy tosco- sobre el que se colocaba al cerdo. También se necesitaban unas gavillas de paja, guardadas desde el verano, para chamuscar los pelos del bicho. El día anterior, las mujeres de la casa se encargaban de picar la cebolla para las morcillas. Era un trabajo ingrato pues nadie se libraba de una buena llantina. Se avisaba al matarife y a algunos familiares y vecinos para que ayudasen a sujetar al animal durante el sacrificio

El día señalado, en cuanto la aurora despuntaba, todo el mundo en la casa abandonaba el cálido lecho y comenzaban los preparativos inmediatos. Se afilaban bien los cuchillos que iban a utilizarse, se partía una buena hogaza para lo que sería la sopa en un enorme perol. Reunidos los que habían de participar en el acto cruento se sacaba al pobre gorrino de su pocilga y entre todos lo colocaban en el tajo para facilitar el trabajo al matarife. El animal no se rendía tan fácilmente y los gruñidos se oían por todo el pueblo pues eran eco de otros muchos que ese "viernes negro" caían en el vecindario. La madre acudía a recoger la sangre, primero para la sopa y después para las morcillas.

Ya muerto se le abrían las entrañas para sacar los intestinos y demás vísceras, algunas de las cuales se degustarán en el almuerzo ofrecido a todos los que habían colaborado en la faena. Este almuerzo consistía en la sopa que se hacía con el pan, algo de sangre, trocitos de asadura y una capa de queso rallado por encima. Se completaba con un guiso de trozos variados de lo que habían sacado del cerdo recién sacrificado. La canal abierta se colgaba con una gruesa soga de una viga y así permanecía hasta el día siguiente que tenía lugar el despiece.

El primer día había que lavar las tripas. El intestino delgado se reservaba para embutir los chorizos y el intestino grueso, debidamente troceado, serviría para las morcillas.
Los familiares más allegados participaban de la comida que, invariablemente, consistía en un sabroso cocido con su repollo y la correspondiente sopa del caldo.

Por la tarde se hacían las morcillas con arroz cocido, la cebolla, sangre, grasa del cerdo y distintas especias. Con la mezcla se llenaban las tripas conveniéntemente preparadas, una a una. Se iban llenando y se cocían en una enorme caldera. Pasado el tiempo de cocción se sacaban colocándolas cuidadosamente en una duerna para después colgarlas en unas varas que se colocaban en las cocinas o desvanes.

Ya de noche comenzaba la participación de los pequeños pues era tradición repartir, a todos los familiares o vecinos con los cuales la familia tuviera ciertas obligaciones, algo del cerdo para que todos participasen, de algún modo, en el acontecimiento. Se acostumbraba llevar un puchero con "caldo mondongo", que no era más que el caldo de cocer las morcillas, acompañado de una de ellas, un trozo de tocino y algunos trocitos de asadura. Los niños eran los encargados del reparto y lo hacían de muy buena gana pues también era lo acostumbrado que correspondiesen con una propinilla, que era guardada celosamente hasta que llegaban las fiestas del pueblo, allá para febrero, y con ese dinero poder comprar alguna chuchería.

Después de la cena solía organizarse algún juego, cartas para los mayores y el parchís o la Oca para los pequeños, hasta que rendidos de sueño tocaba acostarse.

El segundo día de la matanza estaba destinado al despiece. Se preparaban los jamones, lomos, solomillos y costillares que se destinaban para ser adobados y curados. Por oro lado se preparaban los huesos que también se adobaban y se iban incorporando al cocido diario. El tocino se dividía en perniles que se colocaban cubiertos de sal y duraban todo el año. La carne se picaba en tarjadores de madera y se colocaba en unas duernas tambíén de madera adobándose durante unos días hasta que se hacían los chorizos. La grasa se hacía pedazos y se derretía sacando la manteca que se guardaba en orzas para hacer los mantecados de las fiestas y para algún guiso que lo requería. Los trozos que quedaban sin derretir eran los chicharrones que se comían tal cual o bien para hacer tortas con ellos. Como es sabido en el cerdo todo se aprovecha y nada se tira.

Cuando la carne picada estaba en su punto se embutían en las tripas guardadas a tal efecto y, si eran insuficientes, se compraban más, bien frescas o secas. Esta operación se podía hacer con embudo o bien con una máquina que hacía el trabajo más rápido. En todos los casos era necesario ir pinchando con una aguja para que no quedara aire dentro de la tripa. Después se iban atando, de trecho en trecho, y, puestos en sartas se colgaban al aire para que se curasen los chorizos. Si el tiempo venía de lluvias o con nieblas era necesario curarlos al humo para que la carne no se malograse.

Cuando los chorizos, lomos y demás exquisiteces estaban a punto, en casa, recuerdo que se troceaban, se freían un poco y se colocaban en orzas, cubriéndolos con aceite y así se conservaban durante todo el año. echando mano de ellos  cuando la ocasión lo requería. 

viernes, 30 de noviembre de 2012

El mar



Experiencias vitales con el agua.

Como parte integrante de la asignatura  "El agua en las culturas" que, recientemente, hemos cursado en la Universidad de la Experiencia, uno de los días el profesor nos pidió que relatáramos nuestras experiencias con el agua.Algunos alumnos en clase manifestaron oralmente las suyas pero, siendo tan numerosa la clase, fue imposible que pudiéramos participar todos. Por esta razón me vino el recuerdode la primera vez que ví el mar y dónde mejor para expresar mis sentimientos que en mi querido blog.

Fue allá por los años 60. Entonces lo de los viajes y los veraneos en la playa sólo era algo asequible para unos pocos afortunados. Las gentes que vivían en las ciudades se iban a pasar las vacaciones a sus pueblos de origen, junto a sus familias que no habían emigrado. Por eso, el saber que íbamos a pasar un mes en la playa suponía, para todas las compañeras que éramos de tierra adentro, una novedad y estábamos muy ilusionadas pues la mayoría sólo habíamos visto el mar en postales y en el cine.

Lo de ir al mar no era un capricho. Formaba parte de los estudios de Magisterio de entonces. Había que pasar un mes en un Albergue de Sección Femenina donde se impartían clases de diversas materias, todas muy femeniles, pero lo básico era el aprendizaje de unos usos sociales en la mesa y en la convivencia, en general. No resultaba gravoso para las familias pues el precio era muy bajo.

Así pues, el mes de junio lo pasaríamos en Deba (entonces escrito con v), un pueblecito en la costa guipuzcoana, donde sí se veían ya veraneantes. Salimos de Burgos en tren a las 10 de la mañana, en aquellos trenes con asientos de listones de madera, renqueantes y con la carbonilla metiéndose por las ventanillas. Pero ¿qué importaban las molestias?. Todo se suplía con la alegría y la ilusión reflejadas en la cara de todas las jóvenes, no parando de cantar y gritar durante todo el trayecto, hasta el extremo de llegar afónicas y necesitar de algunos remedios en la enfermería.
Aquel viaje se hizo interminable, visto desde la perspectiva actual, increible. Hicimos tres trasbordos: en Vitoria, Zumaya y otro que ya ni recuerdo. Pasamos el día en el tren o esperando en estaciones, llegando a nuestro destino ya entrada la noche; dada la época del año, serían más de las 10. Según nos acercábamos podíamos ver la ría en la pleamar, no obstante la ilusión era llegar y poder contemplar el mar. La primera visión fue una terrible decepción. ¿Dónde estaba ese maravilloso azul del agua?. Lo que veíamos era una masa de un color gris anodino que no se parecía en nada a lo que habíamos visto en el cine o las postales. Como llegamos cansadas, después de asignarnos las habitaciones con sus literas correspondientes, cenamos y nos acostamos entregándonos a un sueño reparador.

Al día siguiente, muy de mañana, despiertas ya y recuperado el ánimo, lo primero fue asomarnos a las ventanas, que daban justo encima de la playa. El espectáculo que contemplamos nos dejó absortas y mudas, sin palabras para expresar todo aquello que sentíamos. ¡Jamás habíamos visto nada tan bello!. Era sobrecogedor contemplar el sol naciendo por oriente, incendiando cielo y mar con destellos de oro y rosa. Pasamos así largo rato en muda contemplación, como en éxtasis hasta que las obligadas tareas nos hicieron bajar de las alturas. Después, a lo largo del día, veíamos los cambios de las distintas tonalidades, cómo pasaba del azul intenso al verde esmeralda, al violeta en el otro espectáculo de la puesta del sol.
Nunca me ha parecido el mar tan bello como aquella primera vez que pude disfrutar de la visión del Cantábrico, hasta en los días de tormenta, que también los hubo el mar estaba impresionante, majestuoso.

Han pasado muchos años pero hay recuerdos que quedan grabados a fuego en nuestra mente y en un rinconcito del corazón para que nunca se borren y podamos evocarlos cuando lo deseemos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

La vendimia



Todos los años, al llegar el mes de octubre, allá en el pueblo de mi infancia, tenía lugar la vendimia. Eran días de mucho ajetreo. Había que estar muy mal de salud, muy incapacitado para no participar en las faenas de recolección de la uva.

Ya, antes de estas fechas, los hombres se habían preocupado de todos los preparativos. Había que poner a punto los lagares, lugares comunales que acogían la uva de muchos copropietarios y las lagaretas donde, de forma privada, hacía el vino un solo cosechero. Tenían que estar limpias las enormes pilas en las que se depositaba la uva, donde después sería pisada y prensada hasta extraer todo su jugo.
También las cubas, colocadas en unos nichos dentro de las bodegas, aquellas cuevas que fueron excavadas en las laderas de algún montículo por brazos esforzados desde tiempo inmemorial. Allí en el pueblo, casi todas estaban en el cerro de San Andrés. Hoy, desgraciadamente, van quedando pocas, pues al no ser utilizadas, el abandono y las lluvias hacen que se vayan hundiendo poco a poco, abriéndose grandes boquetes en lo que antaño fueron las eras. Algo que también ha quedado para el recuerdo pues ya nadie trilla en ellas. Se añoran estas cosas -los cantos de trilla-, la alegría parece que brotaba espontánea por todos los rincones.
Pero volvamos al tema. La limpieza de las cubas era un trabajo duro y necesario. Debían meterse en su interior y con agua caliente y un cepillo duro restregar y restregar las duelas hasta arrancar los residuos del vino de la cosecha anterior hasta dejarlas limpias y aptas para recibir el nuevo mosto.
Al igual, había que sacar los cestos y remojarlos. Éstos estaban hechos de mimbre y eran unos recipientes de forma cilíndrica, de un metro y medio de altura, aproximadamente; se cargaban en el carro y allí es donde se vaciaban los canastos de uva según se iban cortando de las cepas. Los canastos, individuales, eran de madera de castaño. Otro artilugio necesario era el "garullo", herramienta que sirve para cortar los racimos y que básicamente es una hoz en miniatura. En otros lugares recibe distintos nombres.
La madre se preocupaba de preparar la ropa necesaria, siempre prendas viejas que luego serán desechadas y que se guardan para la ocasión, prendas de abrigo porque, a veces, ya empieza a refrescar, sobre todo en las mañanas. Se suele madrugar pues los días van acortando y hay que aprovechar las horas de sol para que cunda el trabajo.

Hechos todos los preparativos los vecinos decidían la fecha del comienzo de la vendimia. Ese día todo el mundo se levantaba al salir el sol y después de un contundente "almuerzo" para entonar el cuerpo y coger fuerzas para el duro trabajo diario, se cargaba el carro con todo lo necesario y se salía al campo. Los niños se metían dentro de los cestos y era una gozada asomar la cabeza por encima de los bordes. los más viejos se subían como podían para no hacer el camino a pie y llegar ya cansados al tajo. Por el camino se iban encontrando con otras cuadrillas, saludándose alegremente y gastando las consabidas bromas.
Al llegar a la viña elegida todo el mundo se proveía de canasto y garullo y... a cortar racimos. Siempre había quien se picaba por llenar antes el canasto. Según se iban llenando, los hombres más forzudos se encargaban de sacarlos: llevarlos al hombro hasta el carro y vaciarlos en los cestos. Cuando estaba completa la carga, normalmente el padre se encargaba de llevar el carro al lagar donde era pesado cada cesto y vaciado dentro de la pila. Cuando regresaba, casi había ya otra carga preparada: la cuadrilla no descansaba y entre risas, cánticos y bromas -algunas desagradables como los "lagarejos"- se iban pasando las horas hasta que llegaba la hora de la comida que se hacía en el campo. Este rato de descanso servía también de esparcimiento pues aunque el trabajo de vendimiar era de los más duros del campo se hacía con alegría y buen humor.
Al caer la tarde, se recogía todo, regresando a casa. Se cenaba y los niños y las personas de edad se acostaban para reponer fuerzas para el día siguiente. Los jóvenes aún tenían humor y, a veces, hasta había baile. También tenían que ir a los lagares y allí, descalzos y con las perneras de los pantalones recogidas, se metían en las pilas a pisar las uvas que habían entrado durante el día, hasta dejarlas listas para ser prensadas. El mosto fluía y por un canalillo pasaba a otra pila.
Cuando el tiempo era bueno el trabajo, aunque duro, era agradable. No así cuando se ponía a llover y con la ropa mojada había que continuar el trabajo. Al calzado se le adhería la tierra mojada y se cogía "zapata", algo de todo punto incómodo, pues además del peso del canasto, se añadía el de los pies lo que provocaba innumerables caídas entre los sarmientos con toda la carga que después pacientemente había que recoger del suelo. Todas estas incomodidades eran pronto olvidadas si no había que lamentar desgracias mayores, que también ocurrían como carros volcados con la carga u otros accidentes.
Todo aquello ha quedado para el recuerdo ya que la vendimia actualmente ha cambiado mucho, normalmente para mejor, pero a nosotros, los mayores, que vivimos otros tiempos siempre nos quedará la nostalgia de lo vivido en la niñez.

lunes, 15 de octubre de 2012

Recuerdos del verano





Llegó el otoño dejando atrás el verano que pasó, como todo en la vida. Cuando revolvemos los armarios en busca de las prendas de abrigo del pasado verano sólo nos quedan los recuerdos, junto con algunas fotos y la esperanza de poder disfrutar el próximo en un estado de salud aceptable.

De todos los recuerdos veraniegos el que con más fuerza llega a mi memoria se refiere al curso de Gimnasia Acuática que realizamos en las Piscinas Municipales de Alba. Iba incluído en la entrada a las piscinas y estaba abierto a todos. Los martes y jueves de doce a una de la mañana nos congregábamos, alrededor de la piscina cubierta, un nutrido grupo de personas, casi todas mujeres ¡no sé por qué! pues, como he dicho podía entrar cualquiera. La edad ya era más variada: lo mismo entraban chiquillas adolescentes que señoras maduritas, vaya, de la Tercera Edad, empleando el clásico eufemismo.
El atuendo, un simple bañador y, eso sí, muchas ganas de moverse dentro del agua.

Bajo la dirección de Juan Carlos, el monitor, realizábamos ejercicios de calentamiento, estiramientos, saltos flexiones, etc, algo que fuera del agua sería irrealizable para la mayoría. También, con alguna animadora voluntaria, Yolanda, por supuesto, al compás de la música de fondo de "Macarena" y otras piezas que ahora no me vienen a la memoria, se montaba una coreografía, o lo que fuera, porque la sincronización y la armonía eran escasos. Pero, aunque no saliese perfecto, era divertido y, de eso se trataba, de pasarlo bien.
Para mí, personalmente, lo más difícil era andar en el agua: de frente, de espaldas, de costado, en zig zag, los cambios...Por la falta de experiencia o mi estatura (me llegaba el agua al cuello), me resultaba muy trabajoso desplazarme andando en el agua, tenía que ir de puntillas y el empuje del agua no me dejaba avanzar. Veía a todo el grupo moverse con soltura y yo siempre quedaba al final de las filas, no llegué a aprender la técnica o el "truco".

Como final de curso se organizó una cena de convivencia que constituyó el broche de oro y despedida de la campaña veraniega de la piscina. Ahora a esperar que llegue junio.

La gimnasia en el agua es ideal, sobre todo para personas mayores. Ayuda a mantenerse en forma porque se movilizan todos los núsculos del cuerpo. Ejercicios que fuera del agua no podríamos realizar, en el medio acuático se llevan a cabo fácilmente. El beneficio del baño es de todos conocido.
En la playa, otros veranos, también he podido ver algo parecido, alternando los ejercicios en la arena con los acuáticos. Los Ayuntamientos ponen monitores a disposición de los bañistas que quieran beneficiarse de estas clases.

martes, 19 de junio de 2012

"Al mal tiempo, buena cara"

Llama poderosamente la atención el ambiente festivo en las calles de las ciudades, sobre todo en los fines de semana. No recuerdo haber visto nunca nada igual.
En los paseos, plazas, parques y cualquier lugar público del casco urbano proliferan los mercadillos; un día son de artesanía, otro de gastronomía, en otro dan a conocer las distintas culturas de los países que integran la ciudadanía actual; otro día es un Mercado Medieval de las tres culturas: cristiana, musulmana y judía, con toda clase de productos artesanales, gastronómicos, hierbas medicinales, especias, etc. Los vendedores se disfrazan con alguna prenda que haga alusión a la época y ya está montado el tinglado. Se amontonan los puestos por todas las calles y plazas del recinto donde tiene lugar el evento.
Por las calles podemos ver numerosos grupos de charangas con disfraces de lo más variopinto, animando con su música a los pacíficos viandantes. Otros grupos de amigos, también con disfraces, celebran alguna despedida de soltero, o soltera... En alguna placita recoleta hemos podido contemplar, al ritmo de tangos, numerosas parejas de bailarines. Nos dijeron que pertenecían a una academia de bailes de salón y que hacían exhibiciones en la calle para darse a conocer. En fin, que parece ser que todo el mundo tiene algo que celebrar.
Podemos observar, también que, en muchos lugares al aire libre, hay instalados escenarios donde, por la noche, tienen lugar conciertos de música variada, al gusto de todos los públicos.
Las terrazas de los bares están llenas de gente. Bien podemos aplicar lo de "París era una fiesta", de Heminway, trasladándolo a España, totalmente.

Todo esto choca con las noticias que diariamente leemos en la prensa, escuchamos en la radio o vemos en las cadenas de televisión que nos están recordando, en todos los idiomas, que el país está al borde de una quiebra total. Después de un paseo por el centro de cualquier ciudad, nos preguntamos, ¿dónde está la crisis?.
Si no supiéramos que detrás de esta máscara festiva, más propia de carnaval, se esconde la cara real, gris, de la miseria de tantas familias que tienen que vivir con escasos ingresos y, a veces, nulos porque ya se han acabado todas las prestaciones, teniendo que acudir a la solidaridad de los familiares y amigos y, en último término, a la beneficencia...
Si no conociéramos la realidad de muchas familias, de traje y corbata, que habían vivido de forma desahogada y que ahora se ven obligados a acudir a comedores de Cáritas, "engañando" a los niños, diciéndoles que van a un restaurante, para que no se sientan mal...
Si no viéramos la cantidad de familias desalojadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca y que tienen que buscar refugio en casa de familiares que los acojan o, como "okupas", en pisos desocupados...
En fin, si no supiéramos tantas cosas las personas que estamos en las Acogidas de Cáritas, podríamos pensar que vivimos en un mundo en el que todos estamos nadando en la abundancia y que eso de la crisis es un cuento, como "el coco", para asustar a los niños...

Hemos de reflexionar si no somos un país de papanatas, inconscientes y poco consecuentes con la situación real.

Ahora andamos con lo de la Eurocopa, ilusinándonos con que España gane, creyendo, como decía un periodicucho, que si España gana el título, va a repercutir en el turismo, la hostelería y la industria textil. No hace tanto tiempo que la "roja" ganó los Mundiales y no creo que por ello se levantara la ya maltrecha economía del país. Los "patriotas" deportistas -y no sólo los futbolistas- tienen buen cuidado en llevar su dinerito allá donde esté más seguro y paguen menos impuestos y, aquí, prodigándoles toda clase de homenajes, cual si fueran héroes, por parte de las más altas autoridades y del público, en general.

Claro que ésto de la inconsciencia ciudadana nos viene de lejos. Creo haber leído en alguna parte que, cuando se conoció en Madrid la noticia de la pérdida de las últimas colonias, allá por 1898, estaba programada una corrida de toros y las autoridades y el público acudieron a la plaza, por la tarde, como si no ocurriera nada.
Sólo nos queda pensar que, en general, los españoles nos tomamos las desgracias como vienen y, ¡AL MAL TIEMPO, BUENA CARA!.

sábado, 9 de junio de 2012

Pamplona



Pamplona, o Iruña, es una bonita ciudad, capital de la Autonomía de Navarra.

Al visitante que llega por primera vez le llama la atención la profusión de zonas verdes por doquier. Por cualquier parte donde dirija sus pasos encuentra parques, jardines y paseos con árboles de un porte extraordinario. Es de admirar, también, el esmero con que están cuidados, el verdor del césped y del frondoso follaje de sus árboles.

Otra de las características de la ciudad que sorprende al viajero es la cantidad de restos de fortificaciones que se va encontrando a lo largo del paseo por sus calles: murallas, la ciudadela, fortines, baluartes, torres de iglesias que son fortaleza... Y ¿ésto por qué?, nos preguntamos. Todo tiene su explicación. Y es que, después que el reino de Navarra fuese anexionado a Castilla a comienzos del siglo XVI, Pamplona se convirtió en la avanzadilla de la frontera con Francia, país con el que andábamos frecuentemente en guerras. Por este motivo Felipe II mandó construir semejantes murallas y baluartes defensivos.


Hagamos un poco de historia. En el solar de la actual ciudad existió un poblado de hombres rudos y fuertes. En el siglo I a.C. , el general Pompeyo, de ahí le viene el nombre, estableció un campamento militar de invierno que después se convirtió en estable, dependiente del convento jurídico cesaraugustano. En la Edad Media, se convirtió en un poderoso reino, en tiempos de Sancho III, el Mayor. Al morir este rey se disgregó, surgiendo otros reinos y condados. No obstante el reino pervivió hasta que Fernando el Católico lo anexionó.

De los tiempos más antiguos, poco ha llegado a nuestros días. Algunos restos materiales que se conservan en el museo.


Empezaremos visitando los parques públicos. La Taconera es el más antiguo. Como todos, está muy cuidado y nos sorprende un pequeño zoo en los fosos de la muralla, donde conviven gallinas de razas diferentes con sus cantarines gallos. Si las gallinas pueden ser felices, estas, desde luego, lo son pues disfrutan, a sus anchas, de un entorno inmejorable con verde hierba para picotear y espacio para moverse a su antojo, que se traduce en su aspecto saludable. En algunos lugares hay pequeños estanques en los que nadan cisnes y patos, ahora con sus crías. También hay pavos y pavos reales, que al exhibir su hermoso plumaje provocan la admiración de niños y adultos. Los gamos y cervatillos correteando, también son muy celebrados por todos.

La Ciudadela tiene forma de pentágono con baluartes en los ángulos. La mandó construir Felipe II, a imitación de la de Amberes. Es un buen ejemplo de la arquitectura militar renacentista. Conserva sus puertas y en los fosos y en todo el entorno se pasea, se practica deporte y tienen lugar múltiples exposiciones y actos culturales, en general.

Hay otros parques importantes y paseos con arbolado, como el Paseo de Sarasate, donde había instalado un curioso mercadillo de productos artesanales y gastronómicos. Allí pudimos ver cómo se estaba haciendo queso, de forma artesana, calentando la leche al baño maría y removiéndola hasta formarse la cuajada. Después se coloca en unos moldes y con una sencilla prensa de madera se van prensando para que suelten el suero, quedando sólo la parte sólida de la masa.

Tambíen pudimos ver a las abejas, dentro del panal, fabricando la miel. Había también jaulas de gallinas con sus pollitos. Y un sin fin de cosas muy instructivas, sobre todo, para los niños.


Callejeando por la ciudad pudimos ver una buena muestra de casas-palacio, con blasones, que albergan hoy sedes de instituciones públicas y privadas. Monumentos como el erigido a los Fueros, en el que están representadas las Merindades de Navarra y sus principales ciudades y villas, a través de sus escudos. Por medio de esculturas están representados la Justicia, la Historia, la Autonomía, la Paz y el Trabajo. Corona el monumento una figura femenina de bronce que representa a Navarra. Lleva en la mano derecha un trozo de las cadenas que figuran en el escudo y en la mano izquierda un pliego con la Ley Foral.

El Ayuntamiento es otro hermoso edificio, de todos conocido ya que desde su balcón se lanza el chupinazo que da comienzo a las mundialmente famosas fiestas de San Fermín, y también , se entona el "triste de mí". al finalizar las mismas. Está situado en una placita en los límites de los tres barrios que constituían la urbe. En la fachada se mezclan los estilos barroco y neoclásico. Tiene un reloj, estando rematada por unas figura que lleva una trompeta y simboliza la fama. A su lado hay otras dos esculturas que portan escudos. El escudo de Navarra está ampliamente distribuído por toda la portada.

Cerca se encuentra la iglesia medieval de San Cernín, con su "pocico", donde según la tradición el Obispo San Saturnino bautizó a los primeros cristianos de la ciudad.

Otra iglesia importante es la de San Nicolás. Es una iglesia fortificada, de estilo gótico y cisterciense.

La catedral es de estilo gótico, pero la fachada neoclásica es de Ventura Rodríguez. En ella está enterrado el rey navarro Carlos III el Noble. Posee un hermoso claustro de estilo gótico.


La Plaza del Castillo es el centro vital de la ciudad. Se llama así porque allí estuvo enclavado un antiguo castillo. En ella han tenido lugar todas las celebraciones, justas y torneos, incluso sirvió de coso taurino, cuando Pamplona carecía de una plaza estable. Está porticada y, sus soportales albergan las terrazas de infinidad de cafés y retaurantes. Allí se encuentra el Iruña que conserva todo el sabor de historias de otros siglos. Rodeado de enormes espejos, escudos de los pueblos y villas navarros, con columnas metálicas torneadas y sus veladores de mármol, ofrece una decoración de otros tiempos en los que, sin el agobio de las prisas actuales, se podía disfrutar de las tertulias. Hoy es un restaurante muy concurrido, donde se puede comer por un precio módico. Comunicando con este local está El rincón de Heminway donde el visitante se encuentra con una figura del escritor acodado a la barra del bar. Hay numerosas fotografías del Premio Nobel que tanta fama dio a las fiestas de la ciudad. También al lado de la plaza de toros tiene un monumento, en granito, en la calle que lleva su nombre.


Otro editicio que no puede pasarse por alto es el Teatro Gayarre, sitado en un hermoso paseo. Está dedicado al tenor navarro, universalmente conocído. En la actualidad luce, colgados de su balconada una barahunda multicolor formada por prendas de distintos colores, anudadas unas a otras, formando vistosas colgaduras que cubren una buena parte de la fachada.

lunes, 4 de junio de 2012

Hamlet

Es la más famosa tragedia del autor inglés William Shakespeare.
Shakespeare nace en Stratford-Upon-Avon en abril de 1564 y muere el 23 de abril de 1616.

Es un dramaturgo, poeta y actor. Es considerado el escritor más célebre en lengua inglesa y el primer dramaturgo de la literatura universal. Se ha especulado mucho sobre su vida y su obra, al existir pocos datos sobre él, llegando incluso a poner en duda la autoría de sus obras.
Es hijo de un próspero comerciante, persona influyente en su ciudad. Pero después cae en desgracia y pierde su influencia.
William Shakespeare estudia en la Stratford Grammar School, donde aprende Gramática y Literatura latinas. No se le conocen más estudios. A los 18 años contrae matrimonio con Anne Hataway, 8 años mayor que él, con la que tuvo tres hijos. Hacia 1592 se traslada a Londres, trabajando como dramaturgo. pronto se convierte en actor y copropietario de la compañía teatral Lord Chamberlain`s Men. Después, al pasar el mecenazgo al rey Jacobo I, recibió el nombre de king´s Men. En 1611 se retiró a su lugar de nacimiento donde pasó los últimos años de su vida. Está enterrado en la iglesia de la Santísima Trinidad de Stratford. A su muerte se recogió gran parte de su obra en el First Folio. En él figuran 11 tragedias, 15 comedias y 10 obras históricas. No aparece obra poética.

Las tragedias que le han dado más fama son: Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth, Romeo y Julieta... Entre las comedias están: El sueño de una noche de verano, Las alegres comadres de Windsor, El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces... Las obras históricas están inspiradas en reyes ingleses: Eduardo III, Enrique IV, Enrique VIII, El rey Juan...

Hamlet es la pieza teatral más famosa de la cultura occidental. Es una tragedia en 5 actos, escrita entre 1599 y 1601. Existen tres versiones de la misma; una, pirata, publicada en 1603; otra publicada entre 1604 y 1605; y, una última, en la recopilación de sus obras, después de su muerte.
La obra está basada en una antigua leyenda nórdica, el Saxo Gramaticus, otra posterior del francés François de Belleforest y una tercera, isabelina, Ur-Hamlet.

Los personajes más importantes son:
-Príncipe Hamlet, protagonista de la obra. Es hijo del fallecido rey Hamlet y de la reina Gertrudis y sobrino de Claudio, actual rey de Dinamarca.
-Gertudis, muere al beber de una copa con veneno, destinada a su hijo.
-Claudio, antagonista. Es el actual rey de Dinamarca. Asesina a su hermano y se casa con la viuda.
-Rey Hamlet. Padre del príncipe. Muere asesinado por su hermano que le vierte veneno en el oído mientras dormía en el jardín. Aparece como el Espectro.
-Polonio. Chambelán del reino. Padre de Laertes y Ofelia. Muere a manos de Hamlet, al ser confundido con Claudio.
-Laertes. Muere en un duelo con Hamlet cuando, en un forcejeo, se cambian las espadas, una de las cuales contenía veneno.
-Ofelia. Tiene una relación con Hamlet pero, cuando es rechazada y, muerto su padre a manos de Hamlet, enloquece y se suicida, ahogándose en un río.
-Fortinbrás. Hijo del rey Fortinbrás de Noruega, muerto en una batalla contra el rey de Dinamarca.
-Horacio es el mejor amigo de Hamlet, a quien encarga, antes de morir, que escriba su historia para la posteridad.
-Rosencrantz y Guildenstern. Son amigos de la infancia. Acuden al palacio de Elsinor, mandados llamar por Claudio, para que espíen y sonsaquen a Hamlet la causa de su ficticia locura.
Existen otros muchos personajes de menor importancia: soldados, cortesanos, enterradores, criados, cómicos, embajadores, mensajeros, etc.

Es la venganza del príncipe Hamlet en la persona de su tío Claudio que asesinó a su hermano, simulando una mordedura de serpiente. El espectro del rey se le aparece al hijo exigiéndole venganza. Claudio le arrebata a su hermano la vida, la corona y la esposa. Hamlet jura vengarse pero va demorando la acción, no se decide. Duda entre el honor y su conciencia. Por una parte, quiere cumplir el juramento, pero tiene miedo de ejecutar la venganza sangrienta porque, según las leyes divinas, supone la condenación eterna. Tiene que aparecérsele nuevamente el espectro para recordarle el juramento. En el transcurso de la obra van muriendo, de forma más o menos accidental, Polonio, Ofelia, Rosencrantz, Guildenstern, la reina, Laertes, Claudio y, por último, Hamlet.

El tema principal de la obra es la duda entre propósito y acto. Otros temas que están presentes son la venganza sangrienta, el incesto, la Providencia, el destino-predestinación, la muerte, la locura real o ficticia, la traición, el disimulo, el profundo dolor por la muerte del padre, el complejo de Edipo...

La tragedia consta de cinco actos.
Acto I. La acción comienza una noche, durante el cambio de guardia, en Elsinor. Los centinelas ven el Espectro del difunto rey y se lo comunican a Horacio, amigo del príncipe, quien también lo ve, pero no consiguen que hable. Hamlet acude otra noche y el Espectro lo lleva aparte para darle a conocer su asesinato y hacerle prometer que sería vengado. La aparición conlleva malos augurios (guerra con Noruega). Claudio se ha casado con la reina, celebrándose la boda acto seguido de las exequias. Hamlet siente admiración por su padre y repulsión hacia su tío. Para ocultar su pena y sus intenciones finge locura. Tiene ideas de suicidio pero su conciencia le impide llevarlo a cabo. Laertes viaja a Francia y, antes de partir, es aconsejado sabiamente por su padre. Laertes, a su vez, aconseja a su hermana que se guarde de Hamlet porque éste se debe a su país.
Acto II. Polonio envía a su criado a vigilar a su hijo. Rosencrantz y Guildenstern llegan a la corte para intentar averiguar la causa de la transformación de Hamlet. Polonio piensa que la causa es la devolución de unas cartas de amor a Hamlet, por su hija Ofelia. Hamlet se pone furioso y tiene una escena dura con la muchacha, a quien insiste que se vaya a un convento. Hamlet no está seguro de que el Espectro sea su padre. Quiere tener más pruebas. Para ello aprovecha la función que unos cómicos van a representar en la corte. Introduciendo unos cambios logra que representen la muerte de su padre para ver la reacción del rey.
Acto III. Toda la corte se reune para ver la representación y, cuando aparece el asesinato del rey, Claudio se altera y se sale del lugar, demostrando así su culpabilidad. Al ser descubierto envía a Hamlet a Inglaterra con sus camaradas a quien confía una carta con instrucciones para que al llegar se le de muerte. La reina habla con Hamlet en sus habitaciones, mientras Polonio espía detrás de un tapiz. Al moverse, es descubierto por el príncipe, quien pensando se trataba de Claudio, lo atraviesa con la espada. Aparece el fantasma del padre instándole para que lleve a cabo la venganza.
Acto IV. Ofelia, después de la muerte de Polonio, enloquece. Laertes vuelve de Francia decidido a vengar la muerte de su padre, en la persona del rey, pensando que ha sido él quien le ha dado muerte. Claudio le convence de que ha sido Hamlet el asesino. Llega una carta de Hamlet en la que cuenta cómo han sido atacados por los piratas y, al ser liberado, vuelve a casa. El rey y Laertes idean un plan para matar a Hamlet. Se organizará un duelo entre los dos jóvenes. La espada de Laertes contendrá un veneno que, al herirle, le provocará la muerte. Por si fallara, tienen un segundo plan: echarán veneno en la copa del vino que ofrecerán al príncipe. Ofelia se ha suicidado arrojándose al río.
Acto V. Dos sepultureros cavan la fosa de Ofelia, mientras discuten, lanzando las calaveras que van saliendo de la tierra. Así aparece la de Yorick, con quien había jugado de niño Hamlet. Hamlet y Horacio están presentes. Hamlet reflexiona sobre lo efímero de la vida, al final, todos iguales, tanto el rey como el mendigo. Hamlet confiesa su amor por Ofelia. Hamlet cuenta a su amigo cómo en la travesía se apoderó de la carta del rey y cómo escribe otra nueva en la que ordena que se de muerte a los portadores, sellándola con el sello de su padre. Es informado del duelo con Laertes. Comprende a Laertes porque está en su misma posición, le pide disculpas achacando su ofensa a la locura. Laertes hiere a Hamlet. La reina bebe de la copa destinada a Hamlet y cae fulminada. En un forcejeo se cambian las espadas y Hamlet hiere mortalmente a Laertes, quien le descbre la traición del rey. Hamlet encolerizado hiere a Claudio y le hace beber el veneno. Antes de morir, Hamlet pide a Horacio que cuente su historia, dando su voto a Fortinbrás para que sea declarado rey de Dinamarca. Las intrigas se vuelven contra sus autores. Fortinbrás reivindica sus derechos al trono. Se llevan el cadáver de Hamlet con honores militares.

Alternan la prosa y el verso.En los diálogos cortos aparece la prosa; si son largos y, sobre todo, en los monólogos utiliza el verso. El léxico es muy amplio. Abundan los juegos de palabras, palabras y expresiones de doble sentido, metáforas, etc. Denota un conocimiento muy amplio de la literatura y mitología griega y romana -el mundo clásico-. También, de las plantas, sobre todo de las flores y su simbolismo, de los venenos y la Naturaleza, en general. Es muy importante el estudio psicológico de los personajes, sus motivaciones.
William Shakespeare, en la obra, se distancia de sus personajes, no moraliza, no propone una creencia ni da soluciones. Plantea los problemas y las angustias del hombre, la traición, la ingratitud, el cainismo, la ambición. Su visión es pesimista e inabarcable. La realidad del hombre es inabarcable. Reflexiona sobre si merece la pena seguir viviendo, teniendo en cuenta la condición humana y los males de esta vida. La cuestión planteada es alternativa: vida/muerte. Muerte de Claudio o la suya. Suicidio o no suicidio. Ser: existir- soportar. No ser: vencido por las adversidades, dejando de existir. El sueño de la muerte se convierte en pesadilla por el miedo a condenarse. Se acepta el vivir por el miedo al más allá.

La obra fue escrita en pleno Renacimiento, cuando el centro del Universo es el hombre, todo gira en torno a él. Pero, por otra parte, es muy fuerte el sentimiento religioso y, de ahí. el conflicto permanente del protagonista, si dejarse llevar por el sentimiento del honor, el deber como hijo de vengar la muerte del padre, o, atender al llamamiento de la conciencia que dice: "no matarás". No hacer caso del honor supone la cobardía y, en caso contrario, la condenación eterna.

sábado, 2 de junio de 2012

La muñeca de Susana

Susanita tenía cinco años. Vivía en un pequeño pueblo de la Meseta y era... casi feliz. Y, digo casi, porque tenía un deseo que nunca veía cumplido. Estaba ilusionada y soñaba con poseer una hermosa muñeca, justamente igual a la que poseía Nieves, una amiguita suya. Se la había traído una tía que vivía en Barcelona. Todos los años iba al pueblo a pasar las vacaciones y siempre le llevaba a la sobrina algún regalito de los que no se veían por el pueblo. Aquel año, el regalo había consistido en una preciosa muñeca de porcelana, con su pelo, ojos que se abrían y se cerraban y hermosos vestidos. Cuando Nieves enseñó la muñeca a sus amigas, todas abrieron unos ojos enormes y se quedaron sin habla. Nunca habían visto nada igual. ¡Qué bonita era aquella muñeca! Claro que no se podía sacar de la caja y sólo se podía admirar.
Aún así, a Susanita le produjo tal efecto que todas las noches soñaba con aquella muñeca y su deseo más ferviente era poder tener otra igual.
No es que Susanita, al igual que todas las niñas del pueblo, no tuviese una muñeca para jugar. Tenía su "Pepa". Era de trapo y la quería mucho. Se la había hecho la abuelita, así como también vestiditos, confeccionados con los recortes de tela que la modista devolvía cuando le encargaban alguna prenda. Tenía también un colchoncito, relleno de vedijas de lana, colocado en una caja de zapatos, convertida en cuna. Susana era feliz y jugaba mucho con "Pepa", hasta que vio la deslumbrante muñeca de su amiguita. Desde entonces, su querida muñeca quedó olvidada, prendada de aquella preciosidad. Aquello se convirtió en una obsesión.
Llegó la Navidad. La niña pidió a los Reyes el preciado juguete. Pasaron los Reyes por el pueblito pero, en los zapatos de la niña no estaba aquello que tanto deseaba. Decepcionada preguntó a sus padres si ella no se había portado bien porque no le habían traído la muñeca que con tanta ilusión había pedido. Tuvieron que contestarle que, cuando llegó por allí la caravana, ya no les quedaba ninguna.
Para su cumpleaños la volvió a pedir, pero allí en su pueblo, tan chiquito, no vendían juguetes. Además, aquella muñeca debía valer una fortuna y no estaban los tiempos para tales dispendios.
En junio se celebraban en la cercana ciudad las ferias de San Antonio. El padre de Susanita, como muchos otros labriegos de la comarca, solía acudir cada año para vender alguno de sus productos y comprar las herramientas que siempre había que reponer, con vistas a la cercana recogida de la cosecha.
Antes de salir de casa, el padre llamó a la niña.
-¿Qué quieres que te traiga de la feria?.
Susana no dudó un instante. Lo tenía decidido.
-Una muñeca bonita. Eso es, una muñeca como la de Nieves.
Se pasó todo el día ensimismada, esperando que llegara la noche y regresara su padre de la feria.
Cuando llegó empezó a sacar todas las cosas que le habían encargado y las iba colocando, una a una, sobre la mesa de la cocina. Al final, apareció un paquete envuelto en papel de colores que le entregó a Susanita.
-Es para ti -le dijo el padre-.
¡Con qué ilusión rompió el papel y abrió la caja de cartón! Dentro había una muñeca. Ciertamente no era como la de su amiga pero, al fin, era una muñeca de verdad, comprada en una tienda. Tenía la carita con las mejillas sonrosadas, los labios rojos y unos ojitos azules como el cielo.
Tendré que ponerle un nombre -pensó-. ¿Cómo le llamaré? ¡Ah, sí! Le llamaré Rosa. Ese nombre le va bien porque tiene la cara y los labios de ese color.
Y se puso a jugar con ella. Haría todas las cosas que había visto hacer a su mamá con su hermana, la chiquitina. Con una cucharita simulaba darle de comer.
-Tendré que bañarla, también.
Había, a la sazón, un cubo de agua, recién sacada del pozo.
- Como no tengo bañera este cubo podrá servir -pensó Susanita-. Y, sin dudarlo, introdujo la muñeca en el agua.
Al poco rato, la madre que se encontraba en la cocina preparando la cena, oyó un grito angustioso de la niña. Alarmada acudió para ver qué ocurría. Se encontró a la niña llorando desconsoladamente.
_¿Qué ha pasado?.
-Mira mi muñeca, se está deshaciendo en el agua.
La muñeca ¡ERA DE CARTÓN!.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Yerma

Yerma, junto con Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba, forman una trilogía de tragedias rurales.
Fue escrita por Federico García Lorca en 1930, pero no se publicó hasta 1934. Es la época de la II república, años de libertad y de librepensamiento.

Federico García Lorca nace en Fuentevaqueros 8Granada),en 1898. De familia acomodada, es el mayor de seis hermanos. Desde pequeño siente pasión por la música y el teatro. Estudió el Bachillerato en el colegio del SAgrado Corazón, de Granada y después Fikosofía y Letras y Derecho, en la Universidad.Su primer libro es Paisajes. Viaja a Madrid y se instala en la Residencia de Estudiantes. Allí conoce a Dalí y a todo lo más granado de la intelectualidad del momento. En 1927 participa en el homenaje a Góngora, en el Ateneo de Sevilla, de donde saldrá formado el nuevo movimiento cultural al que pertenece: "la generación del 27". Los años de 1929 y 1930 los pasa en América, en Nueva York y otros países hispanos. A su regreso publica Poeta en Nueva York. Durante la República colabora con "La Barraca", tetro popular y didáctico, dedicado al mundo campesino y obrero. A punto de estallar la Guerra Civil, se traslada a Granada, pensando que allí estará más seguro. Se refugia en casa de su amigo, el poeta Luis Rosales, familia de falangistas, pero es denunciado y detenido, siendo ejecutado, junto a otros presos, la noche del 19 al 20 de agosto de 1936, en un paraje de Granada.

La protagonista es Yerma, una joven campesina, hermosa, casada, obsesionada por tener hijos. Al no poder conseguirlo se siente vacía y frustrada. Tiene un alto concepto de la honra. Su nombre ya indica la tragedia de la mujer.
Juan, el marido, es trabajador, materialista, egocentrista y celoso. Está preocupado por la honra de su casa y por la opinión de la gente del pueblo. No puede ni quiere tener hijos, está contento con lo que tiene; su preocupación es su mujer que no se conforma con su suerte
María es la amiga de Yerma. Se compadece del sufrimiento de su amiga. Simboliza la maternidad y la religiosidad.
Víctor es amigo del matrimonio. Es lo contrario de Juan. Es honesto, respetuoso, pasional. Se conforma con el amor platónico que siente por Yerma y, opta por marcharse del pueblo.
Dolores es una conjuradora del pueblo a cuya casa acude Yerma , denoche en busca de remedio para sus males. Representa las supersticiones del pueblo.
Hay otros muchos personajes en la obra: la vieja pagana, las lavanderas, las dos cuñadas, muchachas,niños, coro, Hembra y Macho, que simbolizan el sexo.

La motivación de la obra es el deseo de Yerma de concebir un hijo. Al no conseguirlo su vida se convierte en un infierno, que va aumentando conforme van pasando los años, hasta que, al final no puede más y mata a su hijo en la persona del marido.
En el marido, su afán es aumentar la hacienda y el prestigio social. El problema de los hijos no le preocupa.

El ambiente de la obra es realista, costumbrista, Es triste, angustioso y va elevándose el tono a medida que avanza la acción. Las acotaciones complementan los diálogos y nos dan información de los sentimientos y estado de ánimo de los personajes. En la representación de la obra marcan la pauta de las entradas y salidas de los actores.

El lenguaje es culto y poético. Conviven la poesía y la realidad. Tiene un sabor popular. Hay campos semánticos sobre el erotismo, la fertilidad, la infertilidad, la magia...
El texto está plagado de simbolismos y metáforas: el agua que corre, la lluvia, la leche, la sangre, las flores, sobre todo la rosa. Todo ello simboliza la fecundidad, la fertilidad, la maternidad.
La roca, la arena, la sequedad, las sombras, simbolizan todo lo contrario, la infertilidad.
Hay otras muchas figuras poéticas como la personificación, la repetición...
Combina la prosa, el verso y el canto. Recoge el folklore de la época. Hay rasgos de la Generación del 27, a la que pertenece el autor.

El elemento principal es la frustración: el conflicto entre la realidad y el deseo. Es una obra encarnada en una mujer con un destino trágico. En el plano metafísico es la lucha con el Tiempo y la Muerte, y en el plano social la lucha con los convencionalismos y prejuicios. La realidad, a veces, es muy dura. Hay una preocupación por los marginados. Esperanza y desesperación. Según van pasando los años, el carácter deYerma se endurece y llega a odiar al marido, a la sociedad y a ella misma.

Es la tragedia de una mujer oprimida por la sociedad pero, a la vez, liberadora de sí misma, aunque para ello tenga que asumir un drama mayor. Es el instinto frente a la represión. En la época en que fue escrita la obra y, en un ambiente rural, cerredo, en el que la función, casi exclusiva, de la mujer era ser esposa y madre; en el que la mujer que no tenía hijos era desprestigiada socialmente, marginada, considerada como una mujer incompleta, tiene sentido esta obra de Lorca. En la actualidad, por fortuna, la mujer que ha accedido al mundo del trabajo, no está tan obsesionada por el tema de la maternidad. El instinto maternal no es que se haya perdido, pero la mujer se siente realizada en otros campos. Por otra parte, se puede recurrir a métodos de fertilización "in vitro"o a la adopción. El problema de la infertilidad no se ve hoy como una tragedia.


















































































































































































































































































































































































Yerma es la tragedia de una mujer oprimida por la sociedad pero, a la vez, liberadora de sí misma, aunque para ello tenga que asumir un drama mayor. Es el instinto frente a la represión. En la época en que está escrita y en un ambiente rural, cerrado, en el que la función, casi exclusiva de la mujer es ser esposa y madre, en el que la mujer que no tenía hijos era desprestigiada, marginada, considerada como una mujer incompleta, tiene sentido esta tragedia de Lorca. En la actualidad, afortunadamente, la mujer, que ha accedido al mundo del trabajo, no está tan obsesionada por la maternidad, ni piensa en ser madre en cuanto se casa. El instinto de la maternidad, no es que haya desaparecido, pero la mujer se halla realizada en otros campos. Por otro lado, se recurre a la adopción o a métodos de fecundación "in vitro", por lo cual el problema de la infertilidad no constituye una tragedia.

lunes, 21 de mayo de 2012

Clausura del curso

El 18 de mayo, a las 6 de la tarde, en el salón de actos del ICE, con la asistencia de autoridades académicas y gran parte del alumnado de la Universidad de la Experiencia, tuvo lugar la solemne clausura del curso 2011-2012.
A la vez celebramos el X aniversario. Con este motivo, se organizó un acto entrañable para todos los que, de alguna manera, participamos en él.
Con la asistencia del Vice-Rector de la Universidad, de nuestro querido Director de "los arrabales", del Presidente de la Asociación de Alumnos, del profesor de Derecho Constitucional, Don Manuel Contreras Casado, de distintos profesores, jefes de estudios actual y anterior, dio comienzo el acto.
Primero tomó la palabra el Presidente de la Asociación de Alumnos dándonos a conocer la andadura de todos estos años, desde sus comienzos, los éxitos y las preocupaciones que conlleva. Las dificultades que, con la crisis y la falta de subvenciones, supone que los alumnos tengamos que hacer un mayor esfuerzo económico. Pero todo se resolverá.

La conferencia del profesor Contreras versó sobre la Constitución de 1812, "La Pepa", por celebrarse este año el Bicentenario. Sin extenderse mucho, fue muy didáctica. Con la proyección de un cuadro que representa la Promulgación de La Constitución, en el Oratorio de San Felipe Neri, de Cádiz, el profesor nos explicó porqué todas aquellas personas que aparecen, de distintas clases sociales -militares, clérigos, nobles y gentes del pueblo llano- se muestran contentas. Después se realizó una procesión civil, leyendo por las plazas los artículos de la Constitución. Era una forma de que el pueblo, en su mayoría aanalfabeto, se enterara de qué trataba. Por fortuna fueron unas leyes consensuadas, por lo cual todos tuvieron que ceder en algunas de sus aspiraciones para que salieran adelante. A pesar de lo que hoy nos pueda parecer, en sus tiempos era muy progresista. En lugar de vasallos, los individuos pasaban a ser ciudadanos, con unos derechos inalienables. Por encima del rey estaba la Nación. La libertad de pensamiento y de imprenta se aseguraba, así como el sufragio "universal"; pero muy restringido, eso es cierto; las mujeres quedaron excluidas y otros ciudadanos de segunda,también. Pero hay que reconocer que fue un avance. La pena es que la Constitución estuvo poco tiempo vigente. Se promulgó el 19 de marzo de 1812 y el 10 de mayo de 1814, fue borrada del mapa por un decreto de Fernando VII, siendo encarcelados los diputados y todo aquel que, de alguna manera tuvo alguna relación con ella. Estuvo vigente en el Trienio Constitucional, de 1820 a 1823, quedando después olvidada. Hemos tenido muchas constituciones pero "La Pepa" fue la primera.

Una coral de jóvenes cantores nos amenizó la tarde ofreciéndonos una muestra de su arte. Hubo de todo, música clásica y piezas modernas. Fueron muy aplaudidos.

A continuación se hizo entrega de los premios a los ganadores del concurso literario, organizado por la Asociación. Fue una sorpresa para todos, pues hasta el último momento en que se abrieron los sobres, nadie conocía quién se escondía detrás de los seudónimos. Según los profesores que calificaron las obras, el nivel ha sido excelente. ¡Enhorabuena a todos los participantes!.

Seguidamente Don Agustín Ubieto nos hizo la presentación del Vidal Mayor.
En 1247, en las Cortes celebradas en Huesca, siendo rey Jaime I El Conquistador, se aprueban los Fueros de Aragón que habían de regir en el reino, incluyendo los condados de Sobrarbe, de Ribagorza, el Valle de Arán y algunas comarcas castellanoleonesas, - no las de Teruel- . Estos fueros iban a sustituir al Fuero de Jaca y a otros locales. El rey hizo el encargo de su compilación al obispo de Huesca, Vidal Canellas. Este ilustre obispo había estudiado en Bolonia y era amigo de Raimundo de Peñafort, además de consejero del rey.
La primera versión se hizo en latín, "In excelsis Dei Thesauris". Parece que no gustó a ciertos nobles. La segunda versión se hizo en romance aragonés, que es la que ha llegado a nuestros días. Es el Vidal Mayor. El libro es del siglo XIII, en pergamino, con 156 miniaturas que hacen referencia a lo tratado. En otras miniaturas, concretamente en letras iniciales, aparecen las barras de Aragón, en posición horizontal. Trata del derecho consuetudinario, es decir, lo que se tenía por costumbre. Aparece el derecho de familia: matrimonio, hijos nacidos dentro del matrimonio y fuera del mismo, adopciones, herencias, litigios por las propiedades, servidumbres de las mismas, etc. También todo lo relativo a juicios civiles y criminales. Asesora a los juristas que han de aplicar el fuero.

Es un libro precioso en cuanto a su hechura, que acredita ser hecho por auténticos artistas en cuanto a la letra y la ilustración de las miniaturas, de colores brillantes. Se desconoce el lugar del scriptorium donde tuvo lugar el trabajo.
El único ejemplar está en el museo Paul Getty, en California. En el siglo XIX estaba en poder del ilustre zaragozano Franco y López pero sus herederos lo vendieron a un comerciante inglés, pasando a distintos propietarios hasta acabar donde hoy se encuentra.
A instancias de Don Agustín Ubieto,la Diputación de Huesca solicitó el permiso para editarlo en facsímil, siendo concedido. Ahora la Excelentísima Diputación de Huesca ha regalado un ejemplar que se sorteó en el acto. El dinero recaudado de la rifa será destinado a paliar la crisis por la que atraviesa la Universidad de la Experiencia. Enhorabuena al afortunado ganador. A todos nos hubiese gustado poder llevárnoslo a casa.
Se proyectó un vídeo, muy bien hecho del libro, pudiendo admirar las maravillas del mismo.

Por último nos dirigió unas palabras el Vice-Rector de la Universidad, animándonos a seguir aprendiendo con la ilusión con que ya venimos haciéndolo. Todos asistimos a las clases por iniciativa propia, sin que nadie nos obligue a ello, disfrutando de las mismas, con el convencimiento de que es una forma de sentirnos vivos, participativos y... ¡Más jóvenes!.

viernes, 18 de mayo de 2012

Sangre en la calle del Turco

Es una novela histórica, la última de José Calvo Poyato, publicada en 2011. Versa sobre acontecimientos del año 1870.

José Calvo Poyato nace en Cabra (Córdoba) en 1951. Cursa estudios de Filosofía y Letras, doctorándose en Historia, por la Universidad de Granada. Comparte su vida entre la docencia, la divulgación y la política. Es miembro del Partido Andalucista y ha sido Alcalde.
Tiene una extensa obra literaria, siempre en el campo de la novela histórica, gran parte de ella sobre los siglos XVII y XVIII, con los reinados de Felipe IV, Carlos II y Felipe V, como marco. También, otras acerca del desastre del 98 y conjuras de la época. Tuvo gran éxito El sueño de Hipatia, que fue llevado al cine con gran éxito; con el nombre de Ágora, la película obtuvo numerosos premios.

Con Sangre en la calle del Turco, nos traslada a la España de 1870, después del destronamiento de Isabel II, en ese período en que la nación sigue siendo un reino, pero sin rey. Dirigen el país el general Serrano, en calidad de regente y Prim, el héroe de Los Castillejos, como ministro de la Guerra y Presidente del Gobierno.
Fernando Basora, joven natural de Reus, lo mismo que Prim, hijo de un próspero industrial, a quien no le interesan los negocios, pero sí las letras, llega a Madrid con la ilusión de abrirse camino en el proceloso mundo de la literatura -quiere ser escritor-. Un buen comienzo puede ser el periodismo. Gracias a una carta de recomendación, entra a trabajar, como meritorio, en el periódico Iberia que dirige Don Felipe Clavero, un periódico de los más influyentes de la capital.
Así pasa un año, malviviendo en la pensión de Doña Rosario, gracias a algunas pequeñas colaboraciones y al dinero que le llega, no mucho, por parte de su padre y se una tía.
Hasta que, un buen día, el Director le llama a la "pecera" para encargarle un artículo sobre un extraño suceso en un palacete de la calle Carretas. Si sale bien, supone un sueldo fijo y ser incluido en plantilla. Al investigar se encuentra con que aquello es algo truculento. Parece ser que allí se reune una secta satánica y que se ha realizado una "misa negra", con el asesinato de un niño. Cuando se lo presenta a Don Felipe, éste no está muy interesado en publicarlo y le encarga un nuevo trabajo sobre un duelo entre el Duque de Orleans, pretendiente al trono como consorte de la infanta Luisa Fernanda, hermana de Isabel II, y el infante Don Enrique. En el duelo muere el infante. Fernando Basora contempla el suceso, escondido. El artículo tiene éxito y empieza a ser conocido en el mundillo periodístico. Ello le sirve para que le encargue un nuevo trabajo sobre el Duque, lo que le acarrea la animadversión de sus partidarios y la envidia de uno de los compañeros de redacción. Una noche, recibe una monumental paliza que lo lleva al hospital con unos cuantos huesos rotos. Es enviado a París como corresponsal para cubrir la guerra francoprusiana. Al quedar sitiada la ciudad, tiene que salir en globo. Al volver a España se encuentra con muchos cambios en la política. Conoce a Ignés, un paisano, contrabandista, amigo de Prim. Este extraño personaje va a significar mucho en su trayectoria periodística y personal. Es quien le introduce en el mundo del General, gracias a lo cual , va a tener acceso a información privilegiada. Ello le lleva a verse involucrado en las intrigas de los enemigos del estadista, que conspiran, en la sombra, para asesinarlo, unos porque pretenden instaurar una República y, otros porque quieren ceñir la corona ellos mismos. Es una época de conspiraciones, dentro y fuera del Parlamento, y hay que hilar muy fino para poder sacar adelante al país. Con algunos votos de aquí y otros de allá, se consigue aprobar la candidatura de Don Amadeo de Saboya como rey de España. Unos días antes de la venida del futuro rey, concretamente el día 27 de diciembre de 1870, después de su asistencia al Parlamento, cuando se dirigía a su residencia, Prim sufrió un atentado en la calle del Turco. Recibió varios balazos pero no revestían una gravedad extrema, si hubiese recibido una asistencia médica adecuada. Incomprensiblemente, los médicos no le extrajeron las balas, ocasionándo con ello una infección que le causó la muerte tres días después.
Junto con el suceso histórico, de forma paralela, el autor nos presenta la historia de amor de Fernando y Paloma Azpeitia, la hija de Doña Rosario, relación que tienen que mantener clandestina, por la oposición de la madre de Paloma quien, para solucionar sus apuros económicos, quiere casarla con el joven Crisanto Mondéjar, pupilo también en la pensión, al que creían inmensamente rico. Este joven resulta ser hijo natural de Don Felipe y de una señora de la que estuvo enamorado en su juventud. Se halla implicado en los sucesos de la calle Carretas por lo que su padre no quiere que salga a la luz en el periódico.
Con el dinero de la herencia de Fernando Basora, se paga la hipoteca de la casa y, después que muere la madre, Paloma puede casarse libremente con la persona de quien está enamorada.

Fernando Basora y su familia, así como la familia de Paloma Azpeitia son personajes de ficción, lo mismo que Don Felipe y su hijo. Los demás, son rigurosamente históricos, así como los hechos que se relatan en la novela.
Está muy bien retratada la situación de oscuras intrigas por el poder y describe de forma admirable la vida del Madrid de finales del siglo decimonónico. Resalta la figura militar, política y humana del General Don Miguel Prim, amigo de sus amigos y muy austero en su vida íntima y familiar.

Es una novela muy amena, que engancha al lector desde las primeras páginas, trasladándonos a una época oscura y tumultuosa de la historia de nuestra patria.