jueves, 9 de abril de 2020

Quédate en casa

    Ya venían los rumores desde días atrás. Los medios de comunicación nos estaban alertando de la tragedia que ocurría en otros países pero nos costaba creerlo todavía. Siempre "estas cosas les ocurren a otros". Hasta que un día la bomba no pudo aguantar más y estalló. Y el 14 de marzo vino la orden del confinamiento. Todo el mundo tenía que quedarse en casa. No se podía salir mas que, algunos, para ir al trabajo, hacer la compra, ir a la farmacia y sacar a pasear al perro. En principio iban a ser dos semanas y a ver cómo se comportaba la pandemia. Se cerraron los centros de estudio como universidades, colegios... Los Centros de Mayores, Bibliotecas y todos los locales de recreo como bares, restaurantes, cines, teatros, gimnasios, zonas deportivas, así como todo el comercio no esencial.
Pasadas esas dos semanas, nos anunciaron medidas más drásticas. El período de confinamiento se prolongaba otras dos semanas y todo el mundo se fue a su casa, excepto las personas que trabajan en los servicios esenciales como sanitarios, bomberos, correos, limpieza, personal del ejército, Guardia Civil, policías locales, autonómicas y nacionales que, al servicio de la ciudadanía, han tenido que echar una mano en tareas de desinfección de zonas en las que, normalmente hay aglomeraciones de personas como estaciones, aeropuertos, centros deportivos, Residencias de mayores, etc e instalación de hospitales de campaña.
Han faltado las medidas de protección personal como batas, guantes, mascarillas, respiradores...
España gozaba de una buena asistencia sanitaria pero la pandemia nos ha desbordado. Se han colapsado los hospitales y, dentro de ellos, las UCIS, por lo que se han tenido que montar hospitales de campaña para poder atender a tantos afectados por el coronavirus o, si se prefiere más técnico, el Covid 19.
Cada día ha ido aumentando el número de infectados y el de fallecidos y, aún nos dicen, que lo peor falta por llegar. Al principio morían personas mayores con otras patologías que no podían superar el proceso. Pero después se vio que también caían personas de menor edad, sin patologías previas.
Los tests para determinar si una persona estaba o no afectada, llegaban con cuentagotas y, además, alguna partida se tuvo que devolver porque eran defectuosos. Lo mismo el material de protección  para el personal asistencial. Muchos de los profesionales de la Salud han dado positivo y han tenido que aislarse. Todo parece que se complica.
Los ciudadanos  han respondido de forma solidaria quedándose en casa. Apenas se ven personas en la calle.Sólo alguno con la bolsa del pan o el carrito de la compra. Otros salen con el perro, pero en solitario y todos guardando las distancias de seguridad.
Siempre hay algunas personas insolidarias que han tomado el confinamiento como unas vacaciones e intentan pasar la cuarentena en la segunda vivienda. La Guardia Civil se encarga de estos elementos y, todos los días, tienen que sancionar estas infracciones.
Frente a todo esto negativo está la solidaridad de numerosos actores, cantantes, deportistas... que ponen lo mejor de sí mismos al servicio de los demás, organizando conciertos en las Redes Sociales, que están cumpliendo un gran papel en estos días aciagos.
Hay otras muchas personas, ciudadanos anónimos , que también colaboran, uniéndose para fabricar mascarillas en casa: asociaciones de mujeres, conventos de monjas de clausura...
Otros voluntarios se prestan para recoger las medicinas y hacer la compra  de aquellas personas mayores, confinadas en sus casas y que, además, tienen problemas de movilidad.
Los estudiantes pueden seguir las clases on line desde sus casas ya que, por lo que se respira, las clases de forma presencial, han terminado por este curso.
Pero hay un grupo de alumnos que no tienen en sus domicilios ordenador o acceso a Internet por lo cual no pueden seguir el curso. El Gobierno de Aragón se ha acordado de ellos y, según se ha anunciado, pone 200 ordenadores a su disposición.
Se ha impuesto para muchos trabajadores el trabajo en casa, vía Internet. Es una solución pero tiene sus dificultades: viviendas pequeñas,niños por la casa que son incapaces de comprender la situación. En estas condiciones es difícil trabajar.
Y los niños... ¡tantos días encerrados en casa! Necesitan hacer ejercicio al aire libre y jugar con sus compañeros en el patio del colegio. Los padres tienen que agudizar el ingenio para hacerles el encierro más llevadero. Y vaya si lo consiguen muchos de ellos. Todos los días nos admiramos de los recursos que ponen en práctica las familias. ¡Qué ingenio!

    A las 8 de la tarde la cita es en las terrazas o balcones  para homenajear y agradecer, con nuestro aplauso, a todos los esforzados que nos cuidan, exponiéndose ellos, en primera línea, a todos los peligros. ¡Gracias a todos ellos! Siempre estarán en nuestra memoria.

    Ha llegado la primavera pero apenas podemos disfrutarla. Los parques y jardines se llenan de flores pero están cerrados y no podemos contemplarlas. En el jardín de casa hay unas jardineras que se han llenado de hermosos lirios; los he visto, de refilón, cuando he salido a los contenedores de basura. Se están marchitando sin que apenas las veamos.
Por otra parte, han desaparecido casi totalmente las aves que alborotaban en los árboles. Es lógico que así sea; los niños están en sus casas y no dejan abandonados los trozos de bocadillo que servían de alimento a las palomas. Tampoco están las personas mayores que siempre les llevaban algunos restos de comida.
Sólo se ven unas poquitas parejas de palomas que sobreviven de lo poco que encuentran. Se columpian en las delgadas ramas delos chopos y se esconden entre el follaje de los pinos. Hay otra pareja de urracas que se ha apropiado de un nido abandonado, del año anterior, y habrán pensado que muy bien puede albergar a su futura familia.

    Pronto se han empezado a notar los efectos de la pandemia en la economía del país. Todos los negocios relacionados con el turismo han tenido que cerrar y lo mismo, otros muchos sectores. Los autónomos y pequeñas empresas han visto fracasar sus expectativas. Muchos trabajadores, con contratos temporales, han perdido su puesto de trabajo. El paro ha aumentado muchísimo y, aunque el Gobierno está tomando medidas, el país está empobreciéndose a marchas forzadas. Aumenta la Deuda Pública y la Prima de riesgo.
A nivel de la calle, son muchas las familias que no pueden soportarlo. Las viviendas no reúnen condiciones, hay hacinamiento y falta de ingresos. Cuando esto termine, porque algún día acabará, no sé cómo vamos a quedar. Siempre habrá un antes y un después del coronavirus. Quedará en el recuerdo durante muchos años.
Ahora los agricultores tienen un nuevo problema con la recogida de la fruta. Antes venían obreros temporeros que se encargaban de esos trabajos. Ahora están las fronteras cerradas y no puede llegar esta mano de obra. Parece ser que se va a solucionar con los trabajadores que se han quedado en el paro, sin perder por ello el seguro de desempleo. Sería una solución para ambas partes.

    Esperemos que esta situación termine pronto. La única noticia positiva es que son muchas las personas que han vencido la infección y son dadas de alta en los hospitales, algunas de edad muy avanzada.