jueves, 26 de mayo de 2022

La lluvia amarilla

     Con la lectura de La lluvia amarilla damos por finalizado el curso del Club de Lectura. Ya hasta octubre. Espero que nos encontremos todos los compañeros otra vez, con ganas de leer y comentar los libros mensuales.

    La lluvia amarilla es una novela de Julio Llamazares, publicada en 1988. Está escrita en primera persona y es un monólogo de Andrés, el último habitante de Ainielle, pueblo abandonado del Pirineo oscense. La lluvia amarilla se refiere a las hojas que caen en el otoño al menor soplo de la brisa, representa el fluir del tiempo, el recuerdo. La blancura de la nieve del invierno nos evoca a otros habitantes del pueblo que murieron o que emigraron hacia otras tierras. La gente se reúne al amor de la lumbre y cada uno va recordando a otros vecinos, a otros tiempos. Allí pasan las veladas, cada vez van quedando menos en el pueblo. Al final solo queda el matrimonio: Andrés y Sabina. Poco a poco van desapareciendo los temas de conversación. Solo queda la soledad. Sabina no es capaz de resistir tanto silencio y, una noche, sale de casa con la perra y en el molino, se suicida. Queda el viejo solo con su perra a la que ni siquiera ha puesto nombre.

    Es una novela de la soledad, el silencio, roto por los ruidos de la naturaleza y los de los derrumbes de las casas, convirtiéndose el pueblo en una ruina donde crecen a sus anchas el musgo y las zarzas. Se convierte en un pueblo fantasma. Andrés es pastor y entre la caza y lo que va recolectando de los huertos va subsistiendo. Pero su mente se va desquiciando poco a poco y termina por oír a los muertos de la familia. Cuando ve próxima su muerte tiene el valor de cavar su propia tumba y de dispararle a la perra para que no se quede sola cuando él falte.

    El léxico es vivo, poético.Se puede decir que es poesía en prosa. Hay muchas personificaciones,metáforas, paradojas...etc  Es un lenguaje que no me parece adecuado en un pastor campesino, con una instrucción muy limitada. Pero, también es verdad que existen personas con una sensibilidad impropia de sus conocimientos.

    La obra está inspirada en Sarnago, un pueblo de las Tierras Altas de Soria que fue abandonado y después comprado como coto de caza.

    El libro es triste y nos hace reflexionar sobre la soledad, la muerte, el tiempo que pasa, la locura y la cordura.

    Julio Llamazares, el autor, nace en un pueblecito de la montaña leonesa porque su padre es el maestro del pueblo. A imagen de Ainielle también es abandonado como muchos pueblos en esa época para construir pantanos. Ha escrito varias novelas y guiones de películas. Ha sido premiado con diversos galardones y es uno de los autores actuales más leídos.

    Los personajes más importantes son la familia de Andrés. El protagonista es el último habitante del pueblo, de oficio pastor. La obra está escrita en primera persona y es Andrés con sus reflexiones, sus pensamientos el que nos va narrando la vida del pueblo, de los vecinos. Sabina, es la esposa que al quedarse solos pierde la cabeza y se ahorca en el molino una Nochevieja. Andrés es el hijo que se va a Alemania en busca de mejor vida. Allí se casa y tiene dos hijos. Después de muchos años escribe una carta a la madre cuando ésta ya había muerto. El padre la recibe, la lee y la rompe sin contestar. para él ese hijo ya no existe.Camilo es el hijo mayor que desaparece en la Guerra Civil. Hay otra hija, Sara, Que muere a los cuatro años de una enfermedad respiratoria que cree tener el padre.                       Los vecinos: casa de Juan Francisco, son los primeros en abandonar el pueblo. Después marcharán los de casa Acín, que tenían un niño raquítico, en la cuadra. Los de casa Lauro Que se van y dejan abandonado a un criado que ha trabajado toda su vida en la casa y que tiene que darle acogida Andrés en su casa hasta que muere.Y algunas familias más abandonando todas el solar familiar. Unos vecinos que vuelven para llevarse algunos enseres y herramientas son recibidos por el pastor que se planta en el portal con la escopeta a punto y no les deja sacar nada. Todo el mundo empieza a tener miedo, lo toman por loco y nadie se acerca al pueblo.

    Ainielle es un pueblo fantasma, deshabitado, vacío. En él se da la paradoja del recuerdo y del olvido. Tenemos miedo al espejo porque nos devuelve la imagen de la realidad. La soledad es la monotonía, el silencio, la desolación, la nostalgia, la melancolía, la indolencia, el miedo a la locura. La nieve supone muchos días de aislamiento, soplando el viento y oyendo las ruinas de las casa que se convierten en esqueletos, todo es destrucción, tratar de no pensar ocupando el tiempo en algo. La muerte supone como descanso se convierte en objeto de deseo. A veces es inaceptable, miedo a mirarla cara a cara, a su proximidad. Miedo al frío que el olvido conlleva y con la supervivencia viene el hambre que los vecinos del otro pueblo no remedian porque todos le temen. Pero él sigue con su orgullo y no abandona el pueblo que lo ha visto nacer.

    Es una novela muy triste pero me ha gustado mucho la forma en que la presenta el autor.