martes, 21 de febrero de 2017

Viaje cultural I

    Dentro del Programa de Turismo Social del IMSERSO hemos podido disfrutar de una semana de vacaciones visitando las ciudades de Segovia  y Toledo, ciudades Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

    El punto de reunión estaba en la Estación de Autobuses y allí acudimos todo el grupo donde nos esperaba la persona que iba a cuidar de que todo saliese como estaba planificado: horarios, visitas, hoteles, comidas, etc.

    Rumbo a Segovia hicimos un alto en el camino para comer en un restaurante de Madrid, al ladito de la ermita de San Antonio de la Florida, la que contiene las pinturas y los restos del insigne pintor aragonés. Por la tarde, nos dirigimos a la ciudad castellana.Después de instalarnos en el hotel, salimos en grupos a callejear y admirar su monumento más importante: el Acueducto romano. También vimos la casa de los Picos, un palacio castellano de los Ayala Burgara, a la que los segovianos conocen como "la casa del crimen". Perteneció a un judío converso que no gozaba de la simpatía de las gentes.
Al volver al hotel entramos en la iglesia románica de San Millán, de tres naves y galería de arcos en el exterior. En el interior pudimos contemplar una muestra de pinturas románicas, de las pocas que quedan "in situ". Hay un Cristo Crucificado, en un muro y en los pies de la iglesia se puede ver una curiosa Circuncisión.

    Al día siguiente, ya con el guía, realizamos la visita cultural. Primeramente, el Acueducto, obra de ingeniería civil romana, del siglo I. Tenía como objeto llevar el agua a la ciudad desde unos 15 kms. Debía ser muy importante Segovia para que Adriano ordenase construir algo tan grandioso, con más de 20.000 bloques de granito, sin argamasa, con 170 arcos de 29 ms de altura, la parte más elevada. Es visible 818 ms y el resto queda bajo tierra. En lo alto hay una hornacina en la que estaba colocada una estatua de Hércules que fue sustituida por una imagen de la Virgen de la Fuencisla, patrona de la ciudad, en tiempos de los Reyes Católicos. Se ha mantenido en uso hasta bien entrado el siglo XX.

    Visitamos, también, el Alcázar de donde salió la reina Isabel para coronarse en San Miguel, en la Plaza Mayor. Es un palacio real, en lo alto de una roca, cuya construcción se remonta al siglo XI. Fue residencia de los reyes de Castilla Alfonso X y Enrique IV. Tiene dos patios y dos torres: la del Homenaje y la de Juan II. Vimos los salones del Trono y habitaciones de los reyes así como la capilla  y las colecciones de armas y armaduras de la época. Los techos son de factura mudéjar, ricamente decorados. Sufrió un incendio en 1862. Hoy se encuentra en él el Archivo General Militar de Segovia y el Museo del Real Colegio de Artillería. La explanada donde se asienta la fortaleza constituye un magnífico mirador que tiene a sus pies el Eresma y el Clamores con sus feraces vegas. En el valle hay muchos monumentos históricos como la iglesia de la Vera Cruz, el monasterio jerónimo del Parral, la ermita de la Fuencisla, el convento de San Juan de la Cruz, con el cuerpo del Santo, la antigua Casa Real de la Moneda.... Las vistas desde esta atalaya son espectaculares.

    La visita comprendía la Catedral. "La Dama de las Catedrales". Así se la conoce. La actual es la 3ª catedral. Conserva el claustro de la 2ª. La 1ª estaba al lado del Alcázar pero fue destruida en la guerra de los Comuneros. La actual es de estilo gótico tardío vasco-castellano. Su construcción empieza en 1525 y trabaja en ella Gil de Hontañón. Se consagra en 1763. Tiene 3 puertas y 18 capillas.

    La muralla es otro de los monumentos de la ciudad. Ya existía cuando Alfonso Vi tomó la ciudad a los moros. Tiene un recorrido de 3 kms. y cuenta con 80 torres, 5 puertas y algunos postigos. Se emplean para su construcción sillares de granito y lápidas de una necrópolis romana. En la actualidad conserva 3 puertas: San Cebrián. Santiago, de estilo mudéjar y San Andrés que da acceso a la Judería.

    Visitamos, también, algunas iglesias románicas de las más de 30 que existen en la ciudad de este estilo. Nos sorprendió que , casi todas, tienen una galería porticada exterior, como las iglesias de Jaca. El guía nos informó que tal curiosidad se debe a que fueron construidas en los tiempos en que El Batallador estuvo casado con Dª Urraca y tomaron como modelo las construidas en Aragón.

    Otro día se destinó a hacer una excursión por la provincia, llegándonos hasta el monasterio de Santa María la Real de Nieva. Está dedicado a la Virgen de la Soterraña. y estuvo habitado por frailes dominicos. Hoy es la Parroquia del pueblo. Fue fundado por Enrique III y su esposa Catalina de Lancáster. Es de estilo gótico con 3 naves y crucero. Las bóvedas son de crucería y se apoyan en pilares. En los pies conserva alfarge mudéjar. La puerta principal es de arco apuntado con arquivoltas, y esculturas, algunas muy deterioradas y otras, desaparecidas. En el tímpano, el Juicio Final. El ábside central presenta grandes contrafuertes.
El claustro es de planta cuadrada, con 4 galerías y un jardín en el centro, con un pequeño estanque para el lavatorio de los monjes. Es la parte mejor conservada. Está formado por arcos ojivales, sobre un podio, apoyándose en columnas dobles. Los capiteles son historiados y están representados los escudos de los fundadores y escenas de la vida monacal con algunos temas bíblicos. Las galerías están cubiertas por techos planos de madera. Un guía del pueblo nos fue explicando el significado de los capiteles así como la historia del monasterio.

    Dejamos Santa María de Nieva y nos dirigimos a la villa de Cuéllar en la que visitamos el castillo, hoy propiedad de los Duques de Alburquerque. Este castillo fue un regalo de Enrique IV a su hombre de confianza, Beltrán de la Cueva. Es una fortaleza imponente, rodeada de murallas.Vimos algunas salas con muebles y reposteros con las armas de los duques así como también una colección de trajes de distintas épocas. Pero lo que más nos llamó la atención fue las mazmorras a las que iban a parar los reos en la Edad Media y de las que no salía nadie con vida. Desde las galerías superiores se divisa todo el paisaje castellano.

    Se hacía la hora de la comida y era necesario reponer fuerzas para poder proseguir la excursión programada para la tarde. En un mesón de la carretera nos dieron de comer, creo que al gusto de todos. Según programa, ya nos esperaban con la mesa puesta.

    Por la tarde pusimos rumbo a la villa medieval de Pedraza. Está amurallada y es conjunto histórico desde 1951. Es un pueblo precioso, situado en la cima de una colina, como atalaya. Es modelo de villa medieval, solo se puede entrar por una puerta de la muralla. En otros tiempos se cerraba por la noche para que no entraran en ella extraños. El caserío es de piedra y muchas casas lucen en sus fachadas escudos nobiliarios. El castillo se encuentra en un extremo, rodeado por foso y un enorme precipicio. Fortaleza entonces inexpugnable. En la actualidad pertenece a la familia Zuloaga y no se puede visitar. Nos dio la sensación de un pueblo fantasma ya que, al ser un día laborable y de invierno, no encontramos persona alguna por la calle. Es interesante la cárcel, torre vigía del siglo XI que conserva las mazmorras como ejemplo del trato inhumano que se daba a los presos.
Deshicimos el camino y, por la empinada cuesta, regresamos al autobús que nos devolvería a la ciudad.

    Al día siguiente nos dirigimos a Madrid. Junto al Palacio Real nos esperaba la guía que nos llevaría al Madrid de los Austrias. Empezando por la Plaza de Oriente  seguimos por la Calle Mayor, mercado de San Miguel, Plaza Mayor, Puerta del Sol y entorno hasta la hora de la comida.Por la tarde hicimos una visita panorámica con el autobús recorriendo las calles y barrios más significativos de la capital: Gran Vía, Paseo del Prado, subiendo por La Castellana hasta la zona más moderna donde están los grandes centros financieros de la Plaza de Cuzco y los rascacielos. Continuamos por la calle Serrano para desembocar en El Retiro. Ya, a pie, disfrutamos del Parque con su estanque y sus paseos tan castizos. Desde allí y según preferencias pudimos visitar la iglesia del Cristo de Medinaceli, de tanta devoción para los madrileños y la iglesia gótica de los Jerónimos, tan ligada a la Corona.
Cansados pero satisfechos de los acontecimientos del día regresamos a Segovia.