domingo, 26 de mayo de 2013

Réquiem por un campesino español

AUTOR: Ramón J. Sender. Editores Mexicanos Unidos. S.A.

TEMA: La tragedia de un pueblo mísero aragonés, "en la raya de Lérida", Que quiere acabar con las injusticias ancestrales del feudalismo. A lo único que aspira es a tener una vida más digna pero se ve envuelto en las luchas sociales de la 2ª República y la Guerra Civil. Es un Réquiem por los millones de españoles víctimas de la indiferencia en materia de política agraria. El tema es una parábola que resume una tragedia nacional que tiene sus raíces en la Edad Madia. La Iglesia está siempre al lado de los ricos.

ARGUMENTO: "Requiem por un campesino español" presenta el alma atormentada de un anciano sacerdote de pueblo, Mosén Millán, quien ha de celebrar una misa de réquiem en memoria de un joven feligrés suyo, Paco el del Molino, asesinado un año antes por señoritos fascistas, un año antes, durante la Guerra Civil. Mosén Millán, sentado en un sillón de la sacristía, apoyada la cabeza en el muro, espera que acudan los feligreses a la misa que nadie le ha encargado y que, sin embargo, quieren pagar los ricos del pueblo, enemigos del finado. Mosén Millán recuerda y reconstruye los hechos de la vida de Paco al que había bautizado, casado, que había sido su amigo y al que administra la Santa Unción. Se siente culpable involuntario de su muerte, por haber revelado a los asesinos el lugar en donde se escondía Paco. Éste vive y muere en el seno de la Iglesia Católica, sin embargo, Mosén Millán siente que le ha salpicado su sangre y siente remordimientos.
Nadie acude a la iglesia: la condenación por el silencio. Sólo están D. Valeriano, D. Gumersindo y el Señor Cástulo, enemigos de Paco. El potro del difunto, que anda suelto por el pueblo, nadie sabe cómo se introduce en el templo.
Entre los recuerdos evocados por el sacerdote hay uno que impresionará a Paco cuando, siendo monaguillo, acompaña a Mosén Millán a dar la Santa Unción a un pobre anciano, moribundo, que vive fuera del pueblo en una cueva en la que no había "ni luz, ni fuego, ni aire". sólo miseria y soledad. El niño hace preguntas a las que nadie responde de forma satisfactoria. Sólo Mosén, vagamente, le contesta: "Cuando Dios permite la pobreza y el dolor, por algo será". Este hecho hará que nazca en el niño la conciencia social y cuando se hace hombre intenta cambiar las cosas, de forma pacífica, sin violencia, sin mancharse las manos de sangre. Quiere que los montes que pertenecen al duque, en los que pastan los ganados de cinco pueblos, pasen a ser propiedad municipal y que los beneficios repercutan en los pueblos para que no existan "cuevas". Lo consiguen durante la República pero, al estallar la guerra, las cosas cambian. Hay muchos asesinatos en el pueblo, "ejecuciones" las llaman y Paco, que es el principal perseguido, tiene que escondersr.

PERSONAJES IMPORTANTES Y CARACTERÍSTICAS:

-Paco, el del Molino. Es un campesinono de los más pobres. Es honrado y tiene conciencia social y sentido de la justicia para todos. Ha sido muy amigo del cura y, de mayor, aunque no es devoto, cumple con la Iglesia. Se siente confuso ante la muerte pues él no ha hecho nada y Mosén, que le conoce, lo sabe. Al final comprende que su delator ha sido el sacerdote.

-Mosén Millán. El anciano sacerdote es un hombre bueno, débil, le vence la pereza y la rutina, poca imaginación. cobarde, crédulo. Es un buen cura pero no ve al hombre por sí si no a través de Dios. Hace su trabajo de forma rutinaria, siguiendo el ritual. Se deja engañar. No está a la altura, precisamente, por su cobardía. Tiene miedo a enfrentarse con los ricos y los "señoritos asesinos" que le han prometido respetar la vida de Paco. Cree en el origen divino de las clases sociales.

-El monaguillo. Está en la iglesia. Ha visto morir a Paco. Junto con Mosén Millán es un narrador y lo hace a través de un romance que circula por el pueblo y que él va recitando a trozos mientras se asoma para ver si llegan los feligreses a la misa.

-D. Valeriano. Alcalde y Administrador del duque. Además es propietario. Enemigo de Paco.

- D. Gumersindo. Otro de los ricos del pueblo que desaparecen cuando llega la República.

-Cástulo Pérez. Carácter fuerte, pedante. Jugaba con dos barajas. Presta su coche para llevar a la estación a los novios en la boda de Paco y también para llevar al sacerdote a las Pardinas, para confesar y dar la Unción a Paco.

-El zapatero. Amigo de Paco, no iba a Misa. Está en contra del que manda. Muere asesinado durante la guerra.

-La Jerónima. Partera y saludadora, enfrentada con el médico. Es libertaria. Trae y lleva las noticias al "carasol".

- Los padres y la mujer de Paco. Son campesinos, no de los más pobres. Aunque no son devotos cumplen con la Iglesia.

¿POR QUÉ LO HE LEÍDO?

Hace muchos años que lo leí por primera vez pero entonces no pude apreciar los valores  de esta obra que, aunque pequeña por su formato, es una gran obra maestra. Entonces no estaba preparada para su lectura porque tenía un conocimiento muy sesgado de la Historia. El año pasado, en la Universidad, el profesor de Historia Contemporánea nos recomendó su lectura. Ahora ya tenía un conocimiento más profundo de los hechos históricos y un sentido ctítico que antes no poseía y me ha permitido valorarla en su justa medida. He comprendido las intenciones de Ramón J. Sender al escribirla que rechaza el catolicismo clerical pero recuerda con amor pasional la religión de su infancia en el pueblo, los ritos de Semana Santa, la Pascua de Resurrección... Sender era católico aunque no creyera en el Dios clerical ni en la Iglesia. Las cualidades que más le fascinan son la pasión y la libertad.



lunes, 20 de mayo de 2013

Zaragoza, cuna de la imprenta

En la Biblioteca del Paraninfo se pueden visitar, en singular exposición, parte de los fondos que atesora la Universidad de Zaragoza.

Comprende una muestra de las obras que se imprimieron en la ciudad entre los años 1475 al 1549. Tiene como finalidad divulgar los trabajos de las primeras imprentas que se instalaron en Zaragoza. La ciudad, en esa época goza de un esplendor poco conún gracias a una economía próspera y a una situación geográfica envidiable, como cruce de caminos.

La imprenta llegó a nuestra ciudad a través de Italia, por los intereses que la Corona de Aragón tenía en Nápoles y Sicilia. Después de Valencia y Barcelona, Zaragoza tuvo su primera imprenta, gracias a Mateo Flandro, en 1475. Allí se imprimió el "Manípulus curatorum", para uso de los curas. Es un libro bellísimo, con tintas a dos colores y grabados por el método de la xilografía. Es el primero y único libro que imprimió Mateo Flandro, que vendió el taller para dedicarse a sus negocios en su país. La imprenta fue pasando a manos de distintos propietarios, todos de origen alemán: Enrique Botel y Juan Planck, Pablo Hurus y juan Hurus, Leonardo Hutz y Lope Appentegger, hasta llegar a Jorge Cocci, que duró más tiempo (de 1499 a 1539). Hubo otra imprenta a cargo de Pedro Hardouyn, quien tuvo problemas legales con las instituciones de la época. Continuó su viuda Juana Millán, la segunda mujer impresora de España. Estas imprentas eran negocios familiares y trabajaban por encargo.

En un principio la impresión de los libros intentaba imitar en lo posible a los antiguos manuscritos, por eso los adornaban con orlas que luego coloreaban a mano, al igual que las letras capitales, emulando a los libros miniados del medievo. Desde sus comienzos dieron mucha importancia a las ilustraciones. Cada impresor tenía las suyas y muchas veces se repetían en distintos libros. Los temas de estas primeras impresiones eran, generalmente, religiosos ya que los encargaban los obispos y órdenes religiosas para uso de sus miembros. Todavía resultaba un producto caro y no estaba al alcance de muchos aunque, poco a poco, además de la nobleza y el clero, van siendo adquiridos por otros estamentos sociales.

Si hacemos un recorrido por la exposición podemos ver en distintas vitrinas cómo eran los primeros libros impresos: las portadas, los grabados, los distintos tipos de letra (gótica y romana), dedicatorias, textos laudatorios al autor, colofón, marca de impresor. Es curioso ver cómo van resolviendo los problemas para la posterior ordenación de las páginas mediante los reclamos y la foliación. También es digna de admirar la encuadernación en piel y madera de nogal en la que se hacen trabajos de adornos en estilo mudéjar. Se cerraban con cintas o cierres metálicos.

Hay una serie de vitrinas dedicadas a los primeros impresores en las que se exponen sus trabajos, con reseñas biográficas de los mismos. Además del único libro de Flandro podemos admirar el "Misal de Tarazona", cantoral en el que aparece por primera vez la notación musical impresa. Está también expuesto el libro de Dionisio Catón y otros de temas filosóficos de autores clásicos griegos y romanos. En total podemos ver 43 obras y, de ellas, 16 son incunables, es decir, publicadas antes de 1500.

Otra parte de la exposición está dedicada a los grandes bibliógrafos aragoneses Jerónimo Borao y Juan Manuel Sánchez que dedicaron parte de sus  vidas al estudio de esta faceta de la historia aragonesa que supuso un cambio revolucionario, abriendo el mundo a la cultura europea y renacentista.. Estos dos investigadores marcaron el camino a otros estudisos que han seguido sus pasos.

La visita resultó muy interesante pues la persona que nos mostró los tesoros de la BUZ demostró su saber y amabilidad con el grupo,  contestando a cuantas preguntas hacíamos, llevados de la natural curiosidad. Vaya para ella nuestro agradecimiento.

viernes, 3 de mayo de 2013

La ruta de Bécquer

Organizada por la Universidad Popular, los alumnos con dos profesoras, realizamos una agradable excursión por la zona del Moncayo, siguiendo los pasos del poeta romántico Gustavo Adolfo Bécquer.

Salimos temprano porque había muchas cosas por ver. En primer lugar nos dirigimos al monasterio cisterciense de Santa María de Veruela. Llegamos antes de la hora de apertura y. como la mañana era agradable, tuvimos tiempo de disfrutar de un ameno paseo por los alrededores.

Una guía turística nos fue explicando la historia del monasterio, fundado en 1145 por un grupo de monjes del cercano cenobio de Fitero (Navarra). Nos habló también de las vicisitudes por las que tuvo que pasar durante la guerra de los Dos Pedros, con Castilla, quedando muy deteriorado. Después, con la Desamortización de Mendizábal, desaparecieron los monjes, que ya no volverían. Los últimos religiosos que lo habitaron fueron jesuítas. En la actualidad es propietaria la Diputación de Zaragoza y está destinado a usos culturales, sobre todo, durante el verano.

Está rodeado por una muralla, dentro de la cual los religiosos tenían lo necesario para vivir de forma ascética y no necesitaban rebasar los muros. Se accede al recinto por un arco de medio punto y dentro encontramos la torre del homenaje, todo en piedra, medieval. Se pasa a un patio-jardín en el que encontramos, a la derecha, el palacio abacial y, al fondo, la iglesia. Como todos los monasterios del Císter es muy sobrio en la decoración, no quieren que nada les distraiga de su "ora et labora". La portada de la iglesia es de estilo románico, con arcos de medio punto y rosetón. La planta es de tres naves de estilo gótico, con arcos apuntados y bóvedas de crucería sencillas, con arcos fajones. El claustro bajo es gótico, con vanos ojivales y calados con alabastro que dejan pasar una luz difusa. Los capiteles de las columnas están decorados con plantas de la zona. Es como un jardín botánico en piedra.
En el siglo XVI se hicieron reformas que rompen con la austeridad inicial. De esta época pudimos admirar la Sala Capitular, con columnas que asemejan un bosque de àlmeras que se unen para formar las bóvedas. Vimos también lo que fue cocina y el retectorio. En la iglesia y la Sala Capitular hay enterramientos de abades y personajes importantes que favorecieron al monasterio, comprando el derecho a ser enterrados en tales lugares.

En el siglo XIX, los hermanos Bécquer, el poeta Gustavo Adolfo y el pintor Valeriano, junto con sus familias, pasaron una larga temporada en el monasterio. Son fruto de esta estancia Cartas desde mi celda y algunas de sus Leyendas que el poeta recogió en sus correrías por los pueblos de los alrededores. Valeriano hizo un sin fin de bocetos y pinturas del monasterio y comarca así como pinturas de sus gentes. Hay una exposición permanente en lo que fue la cillerería con obras de los dos hermanos y otros escritores más cercanos en el tiempo.

En atención a que fueron los monjes quienes introdujeron el cultivo de la vid en la zona se ha ubicado aquí el Museo del Vino del Campo de Borja, junto a un antiguo aljibe medieval.

De Veruela seguimos la ruta hasta Trasmoz, pequeño pueblecito, enclavado en un monte, con las ruinas de un castillo en la cumbre. Es conocido de antiguo por las "brujas". Bécquer pasó por aquí y escribió sobre él en su obra por lo que, agradecidos sus moradores le han erigido una estatua y, en su honor, han construido la Casa del Poeta en la que pueden albergarse escritores de distintos países que buscan un refugio para trabajar cómodamente. Se hacen Juegos Florales, conciertos y distintos actos culturales. Cada año se elige a la "bruja", colocando una placa en su casa, distinción por la que se sienten muy honradas. Pudimos visitar también el pequeño cementerio en el que algunos escritores han solicitado ser enterrados.

Después de la comida visitamos Tarazona, la catedral restaurada. Su fábrica es impresionante, gran parte en ladrillo. Se construyó en estilo gótico francés, fuera del recinto amurallado, donde no quedaba espacio. También sufrió las consecuencias de las guerras con Castilla. En la actualidad podemos ver la obra mudéjar con los adornos de cerámica, ladrillos en esquinilla y ornamentación en escayola, como signo de la pervivencia de los moros en esta zona. Tiene un magnífico claustro cerrado con celosías en yeso que dejan pasar la luz difuminada. Pero lo más impresionante es el cimborrio, adornado profusamente.Aún queda mucha obra por retaurar, pero es muy importante la obra que se ha llevado a cabo.

Visitamos también la iglesia de San Francisco y una guía nos fue explicando toda la historia y los pormenores del monumento. Sencillo como la Orden que lo construyó pero lleno de rememoraciones históricas.

Aún pudimos dar una vueltecita por el museo de los turiasonenses Paco Martínez Soria y la inolvidable Raquel Méller. Situado en un teatro, guarda recuerdos entrañables de estos dos mitos de la escena.

El tiempo no nos acompañó y tuvimos que suprimir el proyectado callejeo por la judería, la plaza de toros y otros puntos de interés.

Cansados pero satisfechos regresamos al punto de partida con la convicción de haber pasado un día memorable.