jueves, 29 de diciembre de 2011

Los Madrazo



Federico Madrazo Kuntz. Luisa, Rosa y Raimundo, hijos del pintor, 1845. Óleo sobre lienzo.





Los Madrazo son una familia de pintores, tres generaciones, que cubren, casi todo el siglo XIX, y parte del XX. Pintores españoles pero con amplia formación en el extranjero, Roma, París...


José Madrazo Agudo, nace en Santander, en 1781 y muere en Madrid, en 1859. Viaja a Roma, becado, y allí pasa buena parte de su vida. Conoce a Carlos IV y la reina María Luisa, exiliados. Se convierte en el pintor de Cámara. Es encarcelado por los franceses, en el castillo de Sant´Angelo, por negarse a aceptar, como rey de España, a José I. En Roma se casa con Isabel Kuntz, con la que tiene una numerosa prole.

Vuelve a España, con la colección de pintura de la familia real. Es Director del Museo del Prado y profesor de la Academia de San Fernando.

Los temas de su pintura son, principalmente retratos (de Carlos IV, Fernando VII, Isabel II), temas históricos de exaltación patriótica, y religiosos. Su estilo es realista, corriente neoclásica, con extrema teatralidad. Le gustan los detalles. Cultiva, también, la miniatura.


Federico de Madrazo Kuntz, nace en Roma, en 1815 y muere, en Madrid, en 1894. Hijo de José Madrazo, sigue la tradición de su padre, de quien es alumno. Estudia en París y adquiere un estilo romántico, a la manera francesa. Es también profesor y Director de la Academia de San Fernando y Director del Museo del Prado. Pintor de la Corte, de la nobleza y del mundo de la cultura de la época. También cultiva la pintura de temas históricos y religiosos.

En un principio, cultiva la miniatura, los detalles, después su pintura se hace más espontánea. La pincelada es prieta y muy brillante.


Pedro de Madrazo Kuntz, hermano del anterior, fue Director del Museo del Prado y crítico de arte.


Luis de Madrazo y Kuntz, nace en Madrid, en 1825, y muere, también en Madrid, en 1897. Es el más joven de los hijos de José. Viaja también a París y Roma, donde perfecciona su pintura. Cultiva también la pintura de temas históricos y retratos de la nobleza. Es el pintor de su familia.


Raimundo de Madrazo Garreta, hijo de Federico, nace en Roma, en 1841, y muere en Madrid, en 1897. Viaja a París y participa en la Exposición Universal de 1889, donde obtiene importantes galardones. Es cuñado del pintor Mariano Fortuny. Su estilo es un realismo minucioso y elegante dominio de la técnica y el color.


Ricardo de Madrazo Garreta, hermano del anterior, nace en Madrid, en 1851, y muere en Madrid, en 1917. Es discípulo de su padre y, también, de Mariano Fortuny. Es un excelente retratista, que sabe reflejar en el cuadro la psicología del personaje retratado.


El mundo de los Madrazo, es una colección de la Comunidad de Madrid, consta de 84 obras, y fue adquirida, en 2006. Pertenecía a los descendientes de María Teresa de Madrazo y de Madrazo, hija de Luis de Madrazo Kuntz, y de su sobrina, Luisa de Madrazo Garreta. Durante la Guerra Civil, se evacuaron a Ginebra, regresando después a Madrid, estando en un céntrico piso hasta que los adquirió la Comunidad de Madrid.


En la actualidad se exhiben en el Palacio de Sástago, con cuya casa mantuvieron estrechas relaciones. Está expuesto, también el cuadro que pintó Federico de Antonia Fernández de Córdoba, XV condesa de Sástago, de 1878.

Es una interesante muestra de pintura que podemos contemplar y disfrutar en un incomparable marco, como es el palacio renacentista. La colección está expuesta en las salas de la planta baja y en la galería que rodea el patio, en la superior.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Aragón Televisión



Como complemento a la asignatura "Claves para seguir los medios de comunicación", impartida por la Universidad de la Experiencia, los alumnos hemos realizado una visita guiada a los Estudios de Aragón Televisión.


Aragón Televisión es la televisión autonómica de Aragón. Es, por tanto, un canal público, que se financia con el dinero de los aragoneses, además del proveniente de la publicidad. Es una cadena joven y, jóvenes son también la mayoría de las personas que trabajan en el medio. El Director es Pepe Quílez.

Empezó a funcionar, en fase de pruebas, en diciembre de 2005. En Marzo de 2006, se retransmitió por primera vez, el partido que jugó en la Romareda el equipo local con el fútbol club Barcelona, pasando otra vez a la fase de pruebas hasta el 21 de abril, fecha en que se inaugura oficialmente, en vísperas de la fiesta de la Comunidad.

Ha estado emitiendo vía satélite, llegando a muchos aragoneses fuera de la Comunidad, constituyendo una ventana para dar a conocer, a muchas personas, la región, con sus posibilidades turísticas, sus costumbres, su folclore, su gastronomía... Ahora sólo puede verse en zonas limítrofes de Cataluña y Castilla la Mancha. Pero puede verse "on line", a la carta, a través de Internet.

Su programación atiende principalmente a la información local, autonómica, nacional, internacional, política, sucesos, deportes, el tiempo. Hay programas de entretenimiento, concursos, turismo de la zona, cine, etc. Algunos programas son producción propia y otros, hay que comprarlos.

Al ser un servicio público, tiene que atender a la calidad, interés general, pluralidad y todo lo imparcial posible, aunque la objetividad absoluta no existe, pues cada cual tiene sus propias ideas y opiniones. Da una imagen joven, pero sin estridencias.


Javier Romero, periodista que trabaja en los Informativos de Aragon Televisión, amablemente nos acompañó, mostrándonos las distintas dependencias del Centro y, revelándonos algunos delos "trucos" del medio.


En la planta baja están situadas las dependencias destinadas a la Administración. Pasamos por las salas de maquillaje y peluquería, vestuarios y platós, que reconocimos, en los que tienen lugar algunos programas de la mañana, "Sin ir más lejos". Están llenos de cámaras y cables por todos lados. Al ver el programa, en casa, dan la impresión de ser más espaciosos y de que hay más público. Todo son trucos de la distribución. Los focos de la iluminación están velados por unos papeles semitransparentes para que no iluminen excesivamente. Para los programas que se emiten a altas horas y que requieren más intimidad, hay otro tipo de iluminación. Nos mostraron también, un panel de color verde, el cromatic, que sirve para proyectar en él imágenes, vídeos, necesarios en el programa que se esté emitiendo. También nos enseñaron el "telepunter" o "autocue", que consiste en una pantalla en la que leen los presentadores -no se puede fiar todo a la memoria- ; la velocidad se regula con un pedal, situado debajo de la mesa.

En la planta superior pudimos ver las salas en las que el realizador y sus ayudantes hacen las mezclas de imágenes, seleccionan las tomas que han de salir,etc. Todo está lleno de pantallas y mandos y botones.

Pasamos por las oficinas de redacción de los informativos; las salas en las que se reciben las noticias, a través de las Agencias Internacionales... En fin, nos llevamos todos una idea más completa del popular medio, que tanto usamos, cómo es su funcionamiento por dentro, cómo se hacen los programas...

sábado, 10 de diciembre de 2011

La Navidad en crisis

Cada año comienzan antes los preparativos de la Navidad.
Ya, en los lugares de veraneo, se montan unas enormes colas para comprar lotería, que es como el preludio de estas fiestas, del sorteo del día 22. Todo el mundo quiere llevarse un numerito del lugar donde ha pasado sus vacaciones.
Y después, ya por octubre, en los supermercados, empezamos a ver, en las estanterías, los turrones y demás productos típicos de estas fechas.
Hace tiempo que se ha instalado la iluminación, en calles y grandes almacenes, así como los árboles, belenes y otros adornos. Hace años la iluminación empezaba por la fiesta de la Inmaculada y duraba hasta pasar los Reyes. Ahora, con la crisis, dicen que hay más austeridad en estas cosas -no la veo por ningún lado- porque la duración del ciclo navideño, se ha hecho mucho más largo.

La Navidad está en crisis, por la cuestión económica, pero, sobre todo, porque se ha perdido el sentido mismo de la Navidad.
Parecen una provocación esos escaparates, repletos de jamones colgados y otras exquisiteces por el estilo, cuando hay tantas familias que no pueden llegar a fin de mes, o que viven gracias a la solidaridad de sus allegados, que siguen siendo un buen puntal, para aquellos que hace tiempo que se les terminaron las ayudas públicas y que, estando todos los miembros en el paro, no ingresan un sólo euro.
Otros, tienen que acudir a los Comedores Sociales, de Cáritas, o similares, para poder hacer, al menos, una comida caliente, al día.
Algunas personas, se han instalado en la mendicidad y, cada día, vemos más en las puertas de las iglesias, de los supermercados, en los paseos concurridos... Para ésto, como para todo, hay que valer y, muchos preferirían morir en un rincón, antes que llegar a ese extremo.

La Navidad está en crisis porque, para mucha gente, estas fiestas han perdido su sentido religioso y, se han convertido en unos días de consumismo absurdo, en los que se gasta al tun-tún; se compran regalos que nadie necesita y que después no se sabe qué hacer con ellos. Se gasta en cenas o comidas con los amigos o compañeros de trabajo. Salir, en estas fechas, se ha convertido en una obligación.
La Noche-Vieja, es otra celebración obligada, donde todo el mundo, por decreto, tiene que estar alegre y sentirse feliz. Se dice lo mismo todos los años. Parece que sólo con desearlo van a cambiar las cosas, sin pensar que, somos cada uno de nosotros quien tiene que realizar un cambio en su vida y así, entre todos, construir un mundo más justo.
Hoy, es un derroche la compra de juguetes para los niños; en cada casa hay un almacén y los pequeños no tienen tiempo para jugar con ellos porque están ocupados con las actividades extraescolares o con los deberes.

Recuerdo las fiestas navideñas de mi infancia, allá en los años lejanos de la posguerra. ¡Qué distintas eran!. Había pocos extraordinarios; se guardaba un pollo de corral, bien criado, para el día de Navidad. Un poco turrón y, algún postre dulce, sencillo, que se preparaba en casa. Mi abuela siempre preparaba un puchero de castañas cocidas, que después comíamos todos los nietos.
Y, después los Reyes, cualquier cosilla nos hacía ilusión. Nos solían dejar una anguila, dulce, envasada en una bonita caja de cartón, que conservábamos todo el año. Pero había una sana alegría y siempre se recordaba a las personas, más desfavorecidas, que no tenían dónde cobijarse.

En estos días, abramos el corazón a los demás y seamos solidarios con los que no tienen nada, con los que se sienten solos, enfermos... Así recobraremos el sentido más puro de la Navidad, aunque haya mucha crisis económica y los bolsillos estén vacíos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Día de las Personas Discapacitadas

En 2006, el día 3 de diciembre se declaró como Día Internacional de las Personas Discapacitadas.
Hay muchos grados de discapacidad y. la mayoría de las personas que padecen alguno de estos grados, pueden, perfectamente, ser útiles a la sociedad. No tienen por qué ser unos marginados.
En España hay casi cuatro millones de personas con alguna discapacidad física o psíquica. Afortunadamente, en nuestro país, poco a poco, se van eliminando tanto las barreras físicas como las sociales, muchas veces, más difíciles de salvar.

Ya han quedado atrás aquellos tiempos en que estas personas permanecían recluidas en sus casas; a las familias como que les daba reparos en mostrarlas a la luz. Hoy los vemos en las calles, moverse como los demás, en sus sillas de ruedas, algunas con motor y ¡hay que ver cómo corren!
Los vemos en todos los Centros de Enseñanza -algunos en la Universidad- y, también, poco a poco, en los centros de trabajo. Y, aquí, rinden como el resto de los trabajadores. La verdad es que el 60% de los discapacitados, que están trabajando, lo hacen con un contrato temporal. La crisis afecta a todos. Hoy el mercado de trabajo está muy mal y, gran parte de las colas del paro son jóvenes que han terminado sus estudios universitarios y se encuentran con la imposibilidad de encontrar un puesto de trabajo adecuado, en nuestro país.

Las personas discapacitadas no quieren una pensión. Desean ser útiles a la sociedad y tener en ella un puesto, como todos los demás, de acuerdo a sus capacidades y a su formación.
Es de admirar el valor que le echan a la vida. Muchos jóvenes han quedado en esta situación después de haber sufrido un accidente de tráfico. Cuentan cómo, en el primer momento, cuando se dan cuenta de su estado, el mundo se les viene encima. Pero después, con la ayuda psicológica que reciben en el Hospital de Toledo -por donde tienen que pasar muchos de ellos-, y el apoyo de sus familias y amigos, salen adelante y luchan, haciéndole frente a todas las dificultades. y vuelven a ser felices. Su vida vuelve a tener sentido. Y se preparan para el día de mañana, para poder tener un trabajo y ser independientes. Eso es lo que más desean.

Y ¡el deporte! Es algo fundamental. Los entrenamientos les ayudan a mantenerse en forma y las competiciones son un estímulo importante. ¡Les ha costado tanto conseguir esos triunfos!. Pero están ahí...
Inmediatamente después de las Olimpiadas, llegan las Paralimpiadas y hay que ver la preparación de los deportistas paralímpicos y lo que consiguen... Considero que la sociedad no valora estos logros de una manera justa. Pasan un poco como de puntillas. Después de unos días pocos recuerdan los nombres de estos héroes. Por ejemplo, en un partido de baloncesto, con deportistas en sillas de ruedas... ¡cómo se mueven en la cancha! Y, los ciegos esquiando, con su guía; y los chavales con Síndrome de Dowm, haciendo teatro o ballet, o un programa de radio... Les costará un poco más pero lo consiguen.

Hoy día pueden viajar, moverse por la ciudad,en autobús, en tranvía, porque los transportes han pensado en ellos. Pueden acudir a los Centros de Enseñanza, a los museos, hacer la compra, porque se han eliminado las barreras arquitectónicas y pueden circular sin obstáculos. En muchos lugares se han instalado Servicios adaptados.
Pueden ir de veraneo porque en muchos hoteles y Casas Rurales se les ha tenido en cuenta. En las playas, con la ayuda de los Voluntarios de Cruz Roja, pueden entrar en el agua y bañarse en el mar. Por lo que respecta a España, se han hecho muchas cosas aunque siempre queda algo por mejorar.

Las "personas con diferentes capacidades" como gustan que se les considere, temen más que nadie los recortes presupuestarios a que obliga la crisis. Tienen miedo de que se retroceda en los logros conseguidos durante años de lucha. Esperemos que no sea así.

viernes, 2 de diciembre de 2011

El profesor de Francés

Su nombre era D. Ramón Pimentel, profesor de Idiomas, en el Instituto de Enseñanza Media, de la localidad.
Aunque se podía optar por Inglés, Alemán o Francés, casi todos los alumnos elegíamos esta última lengua, -era lo que se llevaba entonces-. En mi curso no había nadie matriculado en la lengua de Shakespeare y, un sólo alumno en Alemán, y eso porque su padre era de esa nacionalidad.

D. Ramón era un personaje un tanto especial. Su edad era difícil de adivinar, aunque no debía ser muy mayor, pero estaba muy avejentado. Era pequeño, delgado y andaba encorvado, como los abuelos. De cabeza menuda, con el pelo oscuro, ya muy ralo. Usaba unas gafas redondas, de gruesos cristales, tras de los cuales se adivinaban unos ojillos inteligentes y vivarachos. La piel, como de pergamino oscuro, con pronunciadas arrugas en la frente y en los pómulos, hundidos. La boca, de labios finos, con la eterna pipa apagada.

De su indumentaria destacaba una vieja pelliza, brillante por la mugre que iba acumulando año tras año, y de la que sólo cuando llegaba mayo prescindía. Nunca se la quitaba en clase, aunque estuviera al lado de los radiadores. En los días más fríos de invierno llevaba una manta eléctrica que enchufaba allí detrás. La verdad es que el buen señor no entraba en calor.

Estaba separado y vivía con el menor de los hijos, Ramón, un niño de 10 años, que era como su sombra. "El niño", así es como el padre siempre lo nombraba. No tenía amigos, ni siquiera seguía una escolarización normal. Iba a clase con el padre y se sentaba en un rincón del estrado. Nos miraba con ojos pícaros y reía cuando los alumnos nos equivocábamos. A su edad ya tenía bastante conocimiento de las lenguas que eran la especialidad de su progenitor.
Muchas veces he recordado la figura del pequeño Ramón tan solitario, sin amigos con quien jugar, sin infancia.

Las ideas políticas y religiosas de D. Ramón, en aquellos tiempos, iban contra corriente por lo que, en el Claustro de Profesores, se le hacía el vacío, chocaba con todos. Y, así iba él por la vida, defendiéndose como podía o, -como le dejaban-.

En las clases se hablaba de todo lo divino y lo humano. Discutíamos mucho sobre cine, la película de la semana. Recuerdo que tenía en muy alta estima a Emma Penella y a su hermana Terele Pávez, y eso porque, según nos contaba, les había dado clases particulares, hacía años en "los madriles".
Entre todas estas discusiones íbamos aprendiendo vocabulario, los verbos, artículos y demás pormenores de la lengua de Molièr. Claro que, como entonces había pocas ocasiones de practicar lo aprendido, ya que el turismo aún estaba poco desarrollado y, era impensable que los españoles saliéramos al extranjero, no es que hayamos sacado mucha utilidad de las clases del profesor. Poco a poco va quedando todo allá al fondo de los recuerdos.

Un día de invierno faltó a clase y nos dijeron que había pescado la gripe. Un grupo de alumnas nos ofrecimos para visitarlo en su domicilio y ver si podíamos ser de alguna ayuda pues no ignorábamos que vivía solo con el chico. Llegamos a su casa, una vivienda humildísima, incluso en aquella época de ausencia de lujos, para la mayoría. Una buhardilla en un viejo inmueble de la Plaza Mayor. Nos quedamos de piedra al verlo envuelto en una manta, sentado al lado de la mesa camilla. Apenas sí había muebles y, comodidades, ninguna. No hacían nunca una comida caliente. Vivían como cartujos. Entonces nos explicamos porqué siempre tenía frío.
Aunque cobraría su sueldo, como los demás profesores, tendría que atender a las necesidades de su mujer y otras dos hijas, que para nada se ocupaban del padre. Al pobre D. Ramón no le quedaba ni para vivir con dignidad.

Así era mi profesor de Francés, en el Bachillerato. Una persona a la que hoy, con el paso del tiempo comprendo y valoro mejor y de la que guardo un buen recuerdo.