martes, 19 de junio de 2012

"Al mal tiempo, buena cara"

Llama poderosamente la atención el ambiente festivo en las calles de las ciudades, sobre todo en los fines de semana. No recuerdo haber visto nunca nada igual.
En los paseos, plazas, parques y cualquier lugar público del casco urbano proliferan los mercadillos; un día son de artesanía, otro de gastronomía, en otro dan a conocer las distintas culturas de los países que integran la ciudadanía actual; otro día es un Mercado Medieval de las tres culturas: cristiana, musulmana y judía, con toda clase de productos artesanales, gastronómicos, hierbas medicinales, especias, etc. Los vendedores se disfrazan con alguna prenda que haga alusión a la época y ya está montado el tinglado. Se amontonan los puestos por todas las calles y plazas del recinto donde tiene lugar el evento.
Por las calles podemos ver numerosos grupos de charangas con disfraces de lo más variopinto, animando con su música a los pacíficos viandantes. Otros grupos de amigos, también con disfraces, celebran alguna despedida de soltero, o soltera... En alguna placita recoleta hemos podido contemplar, al ritmo de tangos, numerosas parejas de bailarines. Nos dijeron que pertenecían a una academia de bailes de salón y que hacían exhibiciones en la calle para darse a conocer. En fin, que parece ser que todo el mundo tiene algo que celebrar.
Podemos observar, también que, en muchos lugares al aire libre, hay instalados escenarios donde, por la noche, tienen lugar conciertos de música variada, al gusto de todos los públicos.
Las terrazas de los bares están llenas de gente. Bien podemos aplicar lo de "París era una fiesta", de Heminway, trasladándolo a España, totalmente.

Todo esto choca con las noticias que diariamente leemos en la prensa, escuchamos en la radio o vemos en las cadenas de televisión que nos están recordando, en todos los idiomas, que el país está al borde de una quiebra total. Después de un paseo por el centro de cualquier ciudad, nos preguntamos, ¿dónde está la crisis?.
Si no supiéramos que detrás de esta máscara festiva, más propia de carnaval, se esconde la cara real, gris, de la miseria de tantas familias que tienen que vivir con escasos ingresos y, a veces, nulos porque ya se han acabado todas las prestaciones, teniendo que acudir a la solidaridad de los familiares y amigos y, en último término, a la beneficencia...
Si no conociéramos la realidad de muchas familias, de traje y corbata, que habían vivido de forma desahogada y que ahora se ven obligados a acudir a comedores de Cáritas, "engañando" a los niños, diciéndoles que van a un restaurante, para que no se sientan mal...
Si no viéramos la cantidad de familias desalojadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca y que tienen que buscar refugio en casa de familiares que los acojan o, como "okupas", en pisos desocupados...
En fin, si no supiéramos tantas cosas las personas que estamos en las Acogidas de Cáritas, podríamos pensar que vivimos en un mundo en el que todos estamos nadando en la abundancia y que eso de la crisis es un cuento, como "el coco", para asustar a los niños...

Hemos de reflexionar si no somos un país de papanatas, inconscientes y poco consecuentes con la situación real.

Ahora andamos con lo de la Eurocopa, ilusinándonos con que España gane, creyendo, como decía un periodicucho, que si España gana el título, va a repercutir en el turismo, la hostelería y la industria textil. No hace tanto tiempo que la "roja" ganó los Mundiales y no creo que por ello se levantara la ya maltrecha economía del país. Los "patriotas" deportistas -y no sólo los futbolistas- tienen buen cuidado en llevar su dinerito allá donde esté más seguro y paguen menos impuestos y, aquí, prodigándoles toda clase de homenajes, cual si fueran héroes, por parte de las más altas autoridades y del público, en general.

Claro que ésto de la inconsciencia ciudadana nos viene de lejos. Creo haber leído en alguna parte que, cuando se conoció en Madrid la noticia de la pérdida de las últimas colonias, allá por 1898, estaba programada una corrida de toros y las autoridades y el público acudieron a la plaza, por la tarde, como si no ocurriera nada.
Sólo nos queda pensar que, en general, los españoles nos tomamos las desgracias como vienen y, ¡AL MAL TIEMPO, BUENA CARA!.

sábado, 9 de junio de 2012

Pamplona



Pamplona, o Iruña, es una bonita ciudad, capital de la Autonomía de Navarra.

Al visitante que llega por primera vez le llama la atención la profusión de zonas verdes por doquier. Por cualquier parte donde dirija sus pasos encuentra parques, jardines y paseos con árboles de un porte extraordinario. Es de admirar, también, el esmero con que están cuidados, el verdor del césped y del frondoso follaje de sus árboles.

Otra de las características de la ciudad que sorprende al viajero es la cantidad de restos de fortificaciones que se va encontrando a lo largo del paseo por sus calles: murallas, la ciudadela, fortines, baluartes, torres de iglesias que son fortaleza... Y ¿ésto por qué?, nos preguntamos. Todo tiene su explicación. Y es que, después que el reino de Navarra fuese anexionado a Castilla a comienzos del siglo XVI, Pamplona se convirtió en la avanzadilla de la frontera con Francia, país con el que andábamos frecuentemente en guerras. Por este motivo Felipe II mandó construir semejantes murallas y baluartes defensivos.


Hagamos un poco de historia. En el solar de la actual ciudad existió un poblado de hombres rudos y fuertes. En el siglo I a.C. , el general Pompeyo, de ahí le viene el nombre, estableció un campamento militar de invierno que después se convirtió en estable, dependiente del convento jurídico cesaraugustano. En la Edad Media, se convirtió en un poderoso reino, en tiempos de Sancho III, el Mayor. Al morir este rey se disgregó, surgiendo otros reinos y condados. No obstante el reino pervivió hasta que Fernando el Católico lo anexionó.

De los tiempos más antiguos, poco ha llegado a nuestros días. Algunos restos materiales que se conservan en el museo.


Empezaremos visitando los parques públicos. La Taconera es el más antiguo. Como todos, está muy cuidado y nos sorprende un pequeño zoo en los fosos de la muralla, donde conviven gallinas de razas diferentes con sus cantarines gallos. Si las gallinas pueden ser felices, estas, desde luego, lo son pues disfrutan, a sus anchas, de un entorno inmejorable con verde hierba para picotear y espacio para moverse a su antojo, que se traduce en su aspecto saludable. En algunos lugares hay pequeños estanques en los que nadan cisnes y patos, ahora con sus crías. También hay pavos y pavos reales, que al exhibir su hermoso plumaje provocan la admiración de niños y adultos. Los gamos y cervatillos correteando, también son muy celebrados por todos.

La Ciudadela tiene forma de pentágono con baluartes en los ángulos. La mandó construir Felipe II, a imitación de la de Amberes. Es un buen ejemplo de la arquitectura militar renacentista. Conserva sus puertas y en los fosos y en todo el entorno se pasea, se practica deporte y tienen lugar múltiples exposiciones y actos culturales, en general.

Hay otros parques importantes y paseos con arbolado, como el Paseo de Sarasate, donde había instalado un curioso mercadillo de productos artesanales y gastronómicos. Allí pudimos ver cómo se estaba haciendo queso, de forma artesana, calentando la leche al baño maría y removiéndola hasta formarse la cuajada. Después se coloca en unos moldes y con una sencilla prensa de madera se van prensando para que suelten el suero, quedando sólo la parte sólida de la masa.

Tambíen pudimos ver a las abejas, dentro del panal, fabricando la miel. Había también jaulas de gallinas con sus pollitos. Y un sin fin de cosas muy instructivas, sobre todo, para los niños.


Callejeando por la ciudad pudimos ver una buena muestra de casas-palacio, con blasones, que albergan hoy sedes de instituciones públicas y privadas. Monumentos como el erigido a los Fueros, en el que están representadas las Merindades de Navarra y sus principales ciudades y villas, a través de sus escudos. Por medio de esculturas están representados la Justicia, la Historia, la Autonomía, la Paz y el Trabajo. Corona el monumento una figura femenina de bronce que representa a Navarra. Lleva en la mano derecha un trozo de las cadenas que figuran en el escudo y en la mano izquierda un pliego con la Ley Foral.

El Ayuntamiento es otro hermoso edificio, de todos conocido ya que desde su balcón se lanza el chupinazo que da comienzo a las mundialmente famosas fiestas de San Fermín, y también , se entona el "triste de mí". al finalizar las mismas. Está situado en una placita en los límites de los tres barrios que constituían la urbe. En la fachada se mezclan los estilos barroco y neoclásico. Tiene un reloj, estando rematada por unas figura que lleva una trompeta y simboliza la fama. A su lado hay otras dos esculturas que portan escudos. El escudo de Navarra está ampliamente distribuído por toda la portada.

Cerca se encuentra la iglesia medieval de San Cernín, con su "pocico", donde según la tradición el Obispo San Saturnino bautizó a los primeros cristianos de la ciudad.

Otra iglesia importante es la de San Nicolás. Es una iglesia fortificada, de estilo gótico y cisterciense.

La catedral es de estilo gótico, pero la fachada neoclásica es de Ventura Rodríguez. En ella está enterrado el rey navarro Carlos III el Noble. Posee un hermoso claustro de estilo gótico.


La Plaza del Castillo es el centro vital de la ciudad. Se llama así porque allí estuvo enclavado un antiguo castillo. En ella han tenido lugar todas las celebraciones, justas y torneos, incluso sirvió de coso taurino, cuando Pamplona carecía de una plaza estable. Está porticada y, sus soportales albergan las terrazas de infinidad de cafés y retaurantes. Allí se encuentra el Iruña que conserva todo el sabor de historias de otros siglos. Rodeado de enormes espejos, escudos de los pueblos y villas navarros, con columnas metálicas torneadas y sus veladores de mármol, ofrece una decoración de otros tiempos en los que, sin el agobio de las prisas actuales, se podía disfrutar de las tertulias. Hoy es un restaurante muy concurrido, donde se puede comer por un precio módico. Comunicando con este local está El rincón de Heminway donde el visitante se encuentra con una figura del escritor acodado a la barra del bar. Hay numerosas fotografías del Premio Nobel que tanta fama dio a las fiestas de la ciudad. También al lado de la plaza de toros tiene un monumento, en granito, en la calle que lleva su nombre.


Otro editicio que no puede pasarse por alto es el Teatro Gayarre, sitado en un hermoso paseo. Está dedicado al tenor navarro, universalmente conocído. En la actualidad luce, colgados de su balconada una barahunda multicolor formada por prendas de distintos colores, anudadas unas a otras, formando vistosas colgaduras que cubren una buena parte de la fachada.

lunes, 4 de junio de 2012

Hamlet

Es la más famosa tragedia del autor inglés William Shakespeare.
Shakespeare nace en Stratford-Upon-Avon en abril de 1564 y muere el 23 de abril de 1616.

Es un dramaturgo, poeta y actor. Es considerado el escritor más célebre en lengua inglesa y el primer dramaturgo de la literatura universal. Se ha especulado mucho sobre su vida y su obra, al existir pocos datos sobre él, llegando incluso a poner en duda la autoría de sus obras.
Es hijo de un próspero comerciante, persona influyente en su ciudad. Pero después cae en desgracia y pierde su influencia.
William Shakespeare estudia en la Stratford Grammar School, donde aprende Gramática y Literatura latinas. No se le conocen más estudios. A los 18 años contrae matrimonio con Anne Hataway, 8 años mayor que él, con la que tuvo tres hijos. Hacia 1592 se traslada a Londres, trabajando como dramaturgo. pronto se convierte en actor y copropietario de la compañía teatral Lord Chamberlain`s Men. Después, al pasar el mecenazgo al rey Jacobo I, recibió el nombre de king´s Men. En 1611 se retiró a su lugar de nacimiento donde pasó los últimos años de su vida. Está enterrado en la iglesia de la Santísima Trinidad de Stratford. A su muerte se recogió gran parte de su obra en el First Folio. En él figuran 11 tragedias, 15 comedias y 10 obras históricas. No aparece obra poética.

Las tragedias que le han dado más fama son: Hamlet, Otelo, El rey Lear, Macbeth, Romeo y Julieta... Entre las comedias están: El sueño de una noche de verano, Las alegres comadres de Windsor, El mercader de Venecia, Mucho ruido y pocas nueces... Las obras históricas están inspiradas en reyes ingleses: Eduardo III, Enrique IV, Enrique VIII, El rey Juan...

Hamlet es la pieza teatral más famosa de la cultura occidental. Es una tragedia en 5 actos, escrita entre 1599 y 1601. Existen tres versiones de la misma; una, pirata, publicada en 1603; otra publicada entre 1604 y 1605; y, una última, en la recopilación de sus obras, después de su muerte.
La obra está basada en una antigua leyenda nórdica, el Saxo Gramaticus, otra posterior del francés François de Belleforest y una tercera, isabelina, Ur-Hamlet.

Los personajes más importantes son:
-Príncipe Hamlet, protagonista de la obra. Es hijo del fallecido rey Hamlet y de la reina Gertrudis y sobrino de Claudio, actual rey de Dinamarca.
-Gertudis, muere al beber de una copa con veneno, destinada a su hijo.
-Claudio, antagonista. Es el actual rey de Dinamarca. Asesina a su hermano y se casa con la viuda.
-Rey Hamlet. Padre del príncipe. Muere asesinado por su hermano que le vierte veneno en el oído mientras dormía en el jardín. Aparece como el Espectro.
-Polonio. Chambelán del reino. Padre de Laertes y Ofelia. Muere a manos de Hamlet, al ser confundido con Claudio.
-Laertes. Muere en un duelo con Hamlet cuando, en un forcejeo, se cambian las espadas, una de las cuales contenía veneno.
-Ofelia. Tiene una relación con Hamlet pero, cuando es rechazada y, muerto su padre a manos de Hamlet, enloquece y se suicida, ahogándose en un río.
-Fortinbrás. Hijo del rey Fortinbrás de Noruega, muerto en una batalla contra el rey de Dinamarca.
-Horacio es el mejor amigo de Hamlet, a quien encarga, antes de morir, que escriba su historia para la posteridad.
-Rosencrantz y Guildenstern. Son amigos de la infancia. Acuden al palacio de Elsinor, mandados llamar por Claudio, para que espíen y sonsaquen a Hamlet la causa de su ficticia locura.
Existen otros muchos personajes de menor importancia: soldados, cortesanos, enterradores, criados, cómicos, embajadores, mensajeros, etc.

Es la venganza del príncipe Hamlet en la persona de su tío Claudio que asesinó a su hermano, simulando una mordedura de serpiente. El espectro del rey se le aparece al hijo exigiéndole venganza. Claudio le arrebata a su hermano la vida, la corona y la esposa. Hamlet jura vengarse pero va demorando la acción, no se decide. Duda entre el honor y su conciencia. Por una parte, quiere cumplir el juramento, pero tiene miedo de ejecutar la venganza sangrienta porque, según las leyes divinas, supone la condenación eterna. Tiene que aparecérsele nuevamente el espectro para recordarle el juramento. En el transcurso de la obra van muriendo, de forma más o menos accidental, Polonio, Ofelia, Rosencrantz, Guildenstern, la reina, Laertes, Claudio y, por último, Hamlet.

El tema principal de la obra es la duda entre propósito y acto. Otros temas que están presentes son la venganza sangrienta, el incesto, la Providencia, el destino-predestinación, la muerte, la locura real o ficticia, la traición, el disimulo, el profundo dolor por la muerte del padre, el complejo de Edipo...

La tragedia consta de cinco actos.
Acto I. La acción comienza una noche, durante el cambio de guardia, en Elsinor. Los centinelas ven el Espectro del difunto rey y se lo comunican a Horacio, amigo del príncipe, quien también lo ve, pero no consiguen que hable. Hamlet acude otra noche y el Espectro lo lleva aparte para darle a conocer su asesinato y hacerle prometer que sería vengado. La aparición conlleva malos augurios (guerra con Noruega). Claudio se ha casado con la reina, celebrándose la boda acto seguido de las exequias. Hamlet siente admiración por su padre y repulsión hacia su tío. Para ocultar su pena y sus intenciones finge locura. Tiene ideas de suicidio pero su conciencia le impide llevarlo a cabo. Laertes viaja a Francia y, antes de partir, es aconsejado sabiamente por su padre. Laertes, a su vez, aconseja a su hermana que se guarde de Hamlet porque éste se debe a su país.
Acto II. Polonio envía a su criado a vigilar a su hijo. Rosencrantz y Guildenstern llegan a la corte para intentar averiguar la causa de la transformación de Hamlet. Polonio piensa que la causa es la devolución de unas cartas de amor a Hamlet, por su hija Ofelia. Hamlet se pone furioso y tiene una escena dura con la muchacha, a quien insiste que se vaya a un convento. Hamlet no está seguro de que el Espectro sea su padre. Quiere tener más pruebas. Para ello aprovecha la función que unos cómicos van a representar en la corte. Introduciendo unos cambios logra que representen la muerte de su padre para ver la reacción del rey.
Acto III. Toda la corte se reune para ver la representación y, cuando aparece el asesinato del rey, Claudio se altera y se sale del lugar, demostrando así su culpabilidad. Al ser descubierto envía a Hamlet a Inglaterra con sus camaradas a quien confía una carta con instrucciones para que al llegar se le de muerte. La reina habla con Hamlet en sus habitaciones, mientras Polonio espía detrás de un tapiz. Al moverse, es descubierto por el príncipe, quien pensando se trataba de Claudio, lo atraviesa con la espada. Aparece el fantasma del padre instándole para que lleve a cabo la venganza.
Acto IV. Ofelia, después de la muerte de Polonio, enloquece. Laertes vuelve de Francia decidido a vengar la muerte de su padre, en la persona del rey, pensando que ha sido él quien le ha dado muerte. Claudio le convence de que ha sido Hamlet el asesino. Llega una carta de Hamlet en la que cuenta cómo han sido atacados por los piratas y, al ser liberado, vuelve a casa. El rey y Laertes idean un plan para matar a Hamlet. Se organizará un duelo entre los dos jóvenes. La espada de Laertes contendrá un veneno que, al herirle, le provocará la muerte. Por si fallara, tienen un segundo plan: echarán veneno en la copa del vino que ofrecerán al príncipe. Ofelia se ha suicidado arrojándose al río.
Acto V. Dos sepultureros cavan la fosa de Ofelia, mientras discuten, lanzando las calaveras que van saliendo de la tierra. Así aparece la de Yorick, con quien había jugado de niño Hamlet. Hamlet y Horacio están presentes. Hamlet reflexiona sobre lo efímero de la vida, al final, todos iguales, tanto el rey como el mendigo. Hamlet confiesa su amor por Ofelia. Hamlet cuenta a su amigo cómo en la travesía se apoderó de la carta del rey y cómo escribe otra nueva en la que ordena que se de muerte a los portadores, sellándola con el sello de su padre. Es informado del duelo con Laertes. Comprende a Laertes porque está en su misma posición, le pide disculpas achacando su ofensa a la locura. Laertes hiere a Hamlet. La reina bebe de la copa destinada a Hamlet y cae fulminada. En un forcejeo se cambian las espadas y Hamlet hiere mortalmente a Laertes, quien le descbre la traición del rey. Hamlet encolerizado hiere a Claudio y le hace beber el veneno. Antes de morir, Hamlet pide a Horacio que cuente su historia, dando su voto a Fortinbrás para que sea declarado rey de Dinamarca. Las intrigas se vuelven contra sus autores. Fortinbrás reivindica sus derechos al trono. Se llevan el cadáver de Hamlet con honores militares.

Alternan la prosa y el verso.En los diálogos cortos aparece la prosa; si son largos y, sobre todo, en los monólogos utiliza el verso. El léxico es muy amplio. Abundan los juegos de palabras, palabras y expresiones de doble sentido, metáforas, etc. Denota un conocimiento muy amplio de la literatura y mitología griega y romana -el mundo clásico-. También, de las plantas, sobre todo de las flores y su simbolismo, de los venenos y la Naturaleza, en general. Es muy importante el estudio psicológico de los personajes, sus motivaciones.
William Shakespeare, en la obra, se distancia de sus personajes, no moraliza, no propone una creencia ni da soluciones. Plantea los problemas y las angustias del hombre, la traición, la ingratitud, el cainismo, la ambición. Su visión es pesimista e inabarcable. La realidad del hombre es inabarcable. Reflexiona sobre si merece la pena seguir viviendo, teniendo en cuenta la condición humana y los males de esta vida. La cuestión planteada es alternativa: vida/muerte. Muerte de Claudio o la suya. Suicidio o no suicidio. Ser: existir- soportar. No ser: vencido por las adversidades, dejando de existir. El sueño de la muerte se convierte en pesadilla por el miedo a condenarse. Se acepta el vivir por el miedo al más allá.

La obra fue escrita en pleno Renacimiento, cuando el centro del Universo es el hombre, todo gira en torno a él. Pero, por otra parte, es muy fuerte el sentimiento religioso y, de ahí. el conflicto permanente del protagonista, si dejarse llevar por el sentimiento del honor, el deber como hijo de vengar la muerte del padre, o, atender al llamamiento de la conciencia que dice: "no matarás". No hacer caso del honor supone la cobardía y, en caso contrario, la condenación eterna.

sábado, 2 de junio de 2012

La muñeca de Susana

Susanita tenía cinco años. Vivía en un pequeño pueblo de la Meseta y era... casi feliz. Y, digo casi, porque tenía un deseo que nunca veía cumplido. Estaba ilusionada y soñaba con poseer una hermosa muñeca, justamente igual a la que poseía Nieves, una amiguita suya. Se la había traído una tía que vivía en Barcelona. Todos los años iba al pueblo a pasar las vacaciones y siempre le llevaba a la sobrina algún regalito de los que no se veían por el pueblo. Aquel año, el regalo había consistido en una preciosa muñeca de porcelana, con su pelo, ojos que se abrían y se cerraban y hermosos vestidos. Cuando Nieves enseñó la muñeca a sus amigas, todas abrieron unos ojos enormes y se quedaron sin habla. Nunca habían visto nada igual. ¡Qué bonita era aquella muñeca! Claro que no se podía sacar de la caja y sólo se podía admirar.
Aún así, a Susanita le produjo tal efecto que todas las noches soñaba con aquella muñeca y su deseo más ferviente era poder tener otra igual.
No es que Susanita, al igual que todas las niñas del pueblo, no tuviese una muñeca para jugar. Tenía su "Pepa". Era de trapo y la quería mucho. Se la había hecho la abuelita, así como también vestiditos, confeccionados con los recortes de tela que la modista devolvía cuando le encargaban alguna prenda. Tenía también un colchoncito, relleno de vedijas de lana, colocado en una caja de zapatos, convertida en cuna. Susana era feliz y jugaba mucho con "Pepa", hasta que vio la deslumbrante muñeca de su amiguita. Desde entonces, su querida muñeca quedó olvidada, prendada de aquella preciosidad. Aquello se convirtió en una obsesión.
Llegó la Navidad. La niña pidió a los Reyes el preciado juguete. Pasaron los Reyes por el pueblito pero, en los zapatos de la niña no estaba aquello que tanto deseaba. Decepcionada preguntó a sus padres si ella no se había portado bien porque no le habían traído la muñeca que con tanta ilusión había pedido. Tuvieron que contestarle que, cuando llegó por allí la caravana, ya no les quedaba ninguna.
Para su cumpleaños la volvió a pedir, pero allí en su pueblo, tan chiquito, no vendían juguetes. Además, aquella muñeca debía valer una fortuna y no estaban los tiempos para tales dispendios.
En junio se celebraban en la cercana ciudad las ferias de San Antonio. El padre de Susanita, como muchos otros labriegos de la comarca, solía acudir cada año para vender alguno de sus productos y comprar las herramientas que siempre había que reponer, con vistas a la cercana recogida de la cosecha.
Antes de salir de casa, el padre llamó a la niña.
-¿Qué quieres que te traiga de la feria?.
Susana no dudó un instante. Lo tenía decidido.
-Una muñeca bonita. Eso es, una muñeca como la de Nieves.
Se pasó todo el día ensimismada, esperando que llegara la noche y regresara su padre de la feria.
Cuando llegó empezó a sacar todas las cosas que le habían encargado y las iba colocando, una a una, sobre la mesa de la cocina. Al final, apareció un paquete envuelto en papel de colores que le entregó a Susanita.
-Es para ti -le dijo el padre-.
¡Con qué ilusión rompió el papel y abrió la caja de cartón! Dentro había una muñeca. Ciertamente no era como la de su amiga pero, al fin, era una muñeca de verdad, comprada en una tienda. Tenía la carita con las mejillas sonrosadas, los labios rojos y unos ojitos azules como el cielo.
Tendré que ponerle un nombre -pensó-. ¿Cómo le llamaré? ¡Ah, sí! Le llamaré Rosa. Ese nombre le va bien porque tiene la cara y los labios de ese color.
Y se puso a jugar con ella. Haría todas las cosas que había visto hacer a su mamá con su hermana, la chiquitina. Con una cucharita simulaba darle de comer.
-Tendré que bañarla, también.
Había, a la sazón, un cubo de agua, recién sacada del pozo.
- Como no tengo bañera este cubo podrá servir -pensó Susanita-. Y, sin dudarlo, introdujo la muñeca en el agua.
Al poco rato, la madre que se encontraba en la cocina preparando la cena, oyó un grito angustioso de la niña. Alarmada acudió para ver qué ocurría. Se encontró a la niña llorando desconsoladamente.
_¿Qué ha pasado?.
-Mira mi muñeca, se está deshaciendo en el agua.
La muñeca ¡ERA DE CARTÓN!.