jueves, 28 de mayo de 2015

Consumo colaborativo

    La lectura del libro Vivir mejor con menos me ha sugerido unas cuantas reflexiones.

    La economía colaborativa nos la presentan como algo novedoso pero, si echamos una vista atrás, a los tiempos de nuestra infancia, sobre todo si hemos vivido en pueblos pequeños, veremos que es lo que se hacía habitualmente entre los familiares y vecinos. Todos compartían lo suyo con los demás. Eso era lo normal, las normas de buena convivencia, basadas en la confianza y la amistad.
Se compartían, muchas veces, aperos de labranza, maquinaria, tan escasa entonces, herramientas, animales de carga, trabajo... Nadie tenía en su casa todas las herramientas necesarias para las chapuzas que surgen en el día a día. Si necesitaban un serrucho, todos sabían donde tenían que ir a solicitarlo; o una romana pequeña para pesar unos kilos de patatas o cerezas. Y si era en la época de la matanza y había que pesar el cerdo no en todas las casas existía una romana grande, pero sabían qué vecino la tenía y, sin ningún problema, iban a pedírsela. Lo mismo ocurría en la recogida de la cosecha, si tenían que pesar unos sacos de trigo o de cebada.
Otro tanto pasaba con el trabajo. Si amenazaba una tormenta, todos ayudaban al vecino que estaba más apurado, en el rastrojo o la era, a recoger la mies y así evitar mayores daños. Y qué decir de la vendimia. Se ayudaban unos a otros en la recogida, a cargar los cestos y en el pisado y prensado de la uva. Todo se hacía con la mejor voluntad, "un día por ti, otro por mí".

    Como muestra de lo anterior quiero contar una anécdota que ilustra muy bien el tema. Tendría unos 13 ó 14 años y estaba estudiaba interna en un colegio de monjas. Pues bien, me salieron en las piernas unas ampollas que tenían muy mal aspecto. La Hermana encargada de las internas me llevó al médico para que me las viera. El doctor me recetó mercurocromo, una fórmula magistral que me prepararon en la farmacia, una botella que contenía, como poco, tres cuartos de litro. Me apliqué la tintura unos días y, "milagrosamente" desaparecieron las molestas ampollas. Cuando llegaron las vacaciones volví a casa y llevé conmigo la botella con el ungüento mágico. Conté lo sucedido y pronto se corrió la noticia por el pueblo y resultó que todas las personas que se hacían cualquier herida, -cosa bastante frecuente en el pueblo-, pasaban por casa, mi madre les pintaba  y todos tan contentos porque aquello funcionaba. Todo esto sucedió durante mucho tiempo, mientras duró el contenido de la botella. Después vinieron las presentaciones comerciales de la mercromina, pero, al principio, en mi pueblo la conocieron gracias a mi botella "mágica".

    Ahora, gracias a las nuevas tecnologías, -Internet y las Redes Sociales- las cosa se hacen de otro modo, a través de plataformas, todo muy organizado y nos invitan a ser más responsables en el consumo, evitando comprar por comprar.
Si miramos en nuestras casas vemos que hay un montón de cosas que un día compramos y que nunca hemos usado y que al final se convierten en un estorbo y no hacen mas que almacenar polvo y ocupar espacio. Otros objetos los hemos utilizado una sola vez y, tal vez, sería mucho más rentable alquilarlos. Me estoy acordando de un compresor que compramos y con el que sólo se pintaron unas pocas paredes. En casa no se volvió a usar, lo llevaron algunos familiares y amigos y después no sé adónde fue a parar.
Tener un coche para usarlo un día a la semana y, aveces ni eso, tampoco me parece muy rentable. Con los gastos que lleva aparejados daría para muchos recorridos en taxi y no digamos en transporte público. Es muy interesante compartir el coche los compañeros de trabajo, supone un ahorro y menos emisiones tóxicas en la atmósfera. Así mismo en recorridos más largos, interprovinciales.
Y lo de las dos viviendas... Aquí sí puedo opinar con conocimiento de causa . Tengo un piso que sólo utilizo en verano y, por darle un uso, Estoy pagando Comunidad con calefacción, agua y limpieza todo el año, como si estuviera viviendo en él. Con los gastos que me ocasiona podría ir a un hotel y despreocuparme de todo. Iría un año a un lugar y al siguiente a otro y conocer otras ciudades.

    En estas plataformas de economía colaborativa se intercambian casas con otras personas que desean conocer nuestra ciudad. Nosotros cedemos nuestra casa durante unos días y a cambio podemos vivir ese tiempo en otro lugar que nos apetezca, dentro o fuera del país. Esto da pie a que, por poco dinero, podamos disfrutar de unas vacaciones en otros lugares elegidos. Para esto hay que contar con la responsabilidad de las personas que hacen el intercambio, cuidando las cosas como si fueran nuestras y dejando todo tal como lo encontramos.

    También se organizan comidas o cenas en casa familiares y es una forma divertida y agradable de conocer la gastronomía y hacer amistades con personas de otras culturas que nos van a enriquecer. Es tener la mente abierta a otras novedades.

    En cuanto al tema financiero la economía colaborativa tiene innovaciones: el dinero social y otras monedas más sofisticadas que se tramitan a través de las plataformas digitales.
La moneda social, que convive con el euro, es una moneda complementaria. Hay monedas de barrio que sirven para comprar en la panadería, la frutería, etc. Son monedas que se usan en zonas muy limitadas y tienen que ser admitidas por las empresas y los usuarios.
Los bancos de tiempo es algo interesante. Se puede intercambiar "el tiempo" sin utilizar la moneda. Por ejemplo, yo necesito un electricista que me haga unos arreglos en casa. A cambio me puedo ofrecer para planchar unas camisas, hacer arreglos de ropa, cocinar o limpiar... Esto nos puede ahorrar algunos euros y, seguro, que hay muchos jubilados dispuestos a echarnos una mano a cambio de que nosotros les ayudemos con nuestro trabajo.

    El mercado de segunda mano es también algo a tener en cuenta.Con la crisis los bolsillos están más resentidos y, a la hora de comprar, se piensan más las cosas. La llegada de un bebé conlleva muchos gastos pero hay infinidad de cosas que se pueden comprar de segunda mano en un estado impecable pues los niños crecen muy deprisa y no llegan a estropearlas. Me refiero a canastilla, cuna, silla de paseo, parque, trona.. Ahora que muchas de las parejas sólo tienen un hijo me parece un despilfarro gastar tanto dinero en objetos que van a quedar nuevos y que, después, en los pisos pequeños no hay lugar para guardarlos. Antes comprar de segunda mano era vergonzoso, hoy es de ahorradores listos.
Otro tanto podríamos decir de los juguetes y libros escolares. Afortunadamente existen ya colegios en los que los libros escolares se van pasando de un curso al siguiente. Los alumnos que saben que los han recibido y tienen que dejarlos para otros niños se ha comprobado que los cuidan más y esto ya es algo positivo. Esta práctica contribuye a aliviar el problema de muchas familias al comienzo de curso disminuyendo los gastos.

    Si para nuestra alimentación compramos productos de temporada y producidos en la zona estaremos mejor alimentados y gastaremos menos, evitando largos transportes e intermediarios.

    La economía colaborativa está extendida por muchísimos países y, parece, que no tiene vuelta atrás. No obstante no es un camino de rosas. Hay algunos sectores de la economía que se sienten perjudicados por estas prácticas: el transporte de autobuses, trenes y taxis y, sobre todo, la hostelería. Por lo tanto se necesita una regulación que no perjudique a nadie pero que, a su vez, proteja la autonomía del individuo y sus intereses, que no supedite al ciudadano dentro del sistema económico.

    Como resumen se puede afirmar que podemos vivir mejor con menos, que hoy se tiende no a la propiedad de las cosas si no a su acceso, a poder disfrutar de las mismas. .

 

viernes, 22 de mayo de 2015

El románico aragonés

    Los alumnos de la Universidad de la Experiencia, junto con el profesor que nos había impartido la asignatura, realizamos un viaje para visitar "in situ" las obras que del arte románico han quedado en el Pirineo oscense. Dedicamos el día a las visitas del monasterio de Obarra  y de la catedral de Roda de Isábena.

    Primeramente nos dirigimos al monasterio de santa María de Obarra. Para llegar al lugar tuvimos que atravesar el río Isábena por un curioso puente de piedra, reconstrucción de otro que fue destruido por una crecida en 1964.
El nombre de Obarra procede del euskera y significa "hueco"y, efectivamente el monasterio está como en un hueco, al pie de una imponente mole montañosa, muy escarpada.
Se encuentra en la comarca de Ribagorza y se sabe que ya en el siglo IX existía un monasterio benedictino, siendo destruido en 1006, al igual que otros de la zona , por el hijo de Almanzor, Abd-al-Malik en una de sus razzias de castigo a los cristianos. Reconstruido en el siglo XI conoció momentos de esplendor pero después perdió su importancia y en 1076, en tiempos del rey aragonés Sancho Ramírez, se convirtió en priorato dependiente del monasterio de San Victorián. Es de estilo románico lombardo.
Pero hablemos de los constructores, los "magistri comacini". Hay dos teorías sobre estas cuadrillas de trabajadores. Una se refiere a su procedencia, en las inmediaciones del lago Como. Otra es la que se refiere a los medios que utilizaban en la construcción, los más modernos en sus tiempos. Éstos firmaban contratos y dirigían la obra. El románico lombardo es el primer románico aragonés. Proceden de la Lombardía y van siguiendo el camino de Santiago. Emplean el sillarejo, bloques de piedra pequeños, irregulares, manejables, sólo debastados. Es propio de esta arquitectura el tramo lombardo que da estabilidad a la estructura. Construyen, principalmente iglesias de tres naves, sin trasepto, con ábsides de planta semicircular. En la decoración emplean arquillos ciegos y lesenas que van de los arquillos hasta el suelo.Es importante la luz: todo pasa, sólo Dios permanece. Emplean elementos más antiguos que reutilizan para dar prestancia al edificio.

    El edificio del monasterio de Obarra es de planta basilical con tres naves, la del centro de mayor altura. La nave central se cubre en los tres primeros tramos con  bóvedas de arista, separadas con arcos diafragma y el resto con bóveda de cañón, y arcos fajones, en piedra para evitar los incendios. Las naves laterales se cubren con bóvedas de arista. Las bóvedas se apoyan en pilastras cruciformes, quedando bien marcados los tramos. Al exterior , la nave central se cubre con tejado a dos aguas y las laterales a una, todos con lajas de piedra. Las ventanas son estrechas y se cierran con alabastro que deja pasar la luz muy tamizada. El ábside central es muy bello, con arcos profundos que simulan ventanas ciegas, un friso de adornos de celdillas romboidales, puntas de diamante y ventanales, creando una sensación de luces y sombras, cambiante a lo largo del día y de las estaciones.
En el exterior se empezó a construir una torre, que ha quedado sólo a unos tres metros.
La entrada con arco semicircular tiene un capitel visigótico, así como también la sencilla pila bautismal del interior es de esta época. En el presbiterio hay una talla de piedra policromada, del siglo XIV, de la Virgen a la que le falta la mano derecha.
Al lado del monasterio se construyó la casa del Priorato o de los Mur, donde aparece el escudo. Solamente se conservan unos muros semiderruidos y parte de una puerta con dovelas y, encima, una ventana gótica. En una puerta lateral de la iglesia también aparece dicho escudo de la familia.
Muy próxima se encuentra la ermita de San Pablo, del siglo XII, muy sencilla, de una sola nave con bóveda de cañón  y ábside semicircular. El único adorno es un crismón sobre la puerta. Parece ser que se destinaba al servicio de los peregrinos.

    Roda de Isábena está situado en una impresionante altura desde donde se domina una panorámica del Pirineo, con sus picos nevados y el valle del río. Su nombre tiene el significado de centinela avanzado y, eso debía ser, un puesto de vigilancia estratégico por su situación privilegiada.
En 1149 dejó de ser sede episcopal, aunque conservó su título de catedral. En la actualidad es la parroquia del pueblo, dedicada a San Vicente mártir y a San Valero.
En 956 se constituyó en catedral dependiente de Narbona. Al igual que Obarra fue destruida en 1006. Se volvió a reconstruir a finales del siglo XI y en el XII. Se encargó la obra a maestros lombardos pero pronto fueron sustituidos por maestros navarros que construían de manera distinta. El obispo Arnulfo mandó trasladar los restos de San Valero a la catedral y, desde entonces está bajo la advocación de los dos santos.
    Es de planta basilical con tres naves, la central más elevada, con tres ábsides y tramo recto. En el exterior están decorados con arquillos ciegos y lesenas y, entre ellos, estrechos ventanales por los que entra la luz. El ábside norte está reconstruido pues en épocas anteriores fue demolido para construir una sacristía.
La iglesia está dividida en tres tramos, más el tramo recto que precede a los ábsides. La nave central se cubre con bóveda de medio cañón apuntado y arcos fajones y las laterales con bóvedas de aristas. Las bóvedas se apoyan en gruesas pilastras en forma de cruz.
Lo que más llama la atención es la cripta abierta, debajo del presbiterio central, tiene tres naves con bóvedas de aristas. En ella se encuentra el sepulcro del obispo San Ramón -que es quien la mandó construir-, una pieza extraordinaria de arte románico, con relieves en tres de sus lados con pasajes de la vida de Jesús y su madre. Aparece también el santo. Esta cripta está casi al nivel del suelo de la iglesia por lo que se tuvo que elevar el presbiterio y el altar mayor. Seguramente no se pudo excavar por estar debajo la roca.
Tiene otras dos criptas. La de la parte norte se la conoce como Archivo y Sala del Tesoro y tiene unas interesantes pinturas románicas, en las que aparece el Pantocrátor, rodeado de los símbolos de los cuatro evangelistas. A los lados están San Miguel y el demonio pesando las almas y en el lado norte El Bautismo de Jesús. Debajo hay un friso en el que aparecen los meses del año, representados por las faenas del campo.
Esta capilla está destinada a San Valero, cuyos restos están en una preciosa arqueta.

    Por una puerta lateral se accede al claustro de forma trapezoidal, con arcos de medio punto y columnas con capiteles labrados muy sencillos, casi todos con motivos vegetales. En los ángulos como refuerzo de las arquerías, presenta arcos de medio punto.Recorre un friso con ajedrezado jaqués. En el interior de los arcos se encuentran las epigrafías de las personas allí enterradas. El claustro se cubre interiormente con techumbre de madera y al exterior con lajas de piedra.
 En el centro hay un aljibe. En torno al claustro se sitúan las dependencias como el refectorio, sala capitular, dormitorios, enfermería... Se pasa también a la capilla de San Agustín.
   En la entrada de la catedral encontramos una escalinata con un pórtico del siglo XVIII, con arcos rebajados, adornados con bolas y florones. Adosada hay también una torre campanario de la misma época. La portada románica es del siglo XIII, con arcos de medio punto. Las arquivoltas se apoyan en seis columnas alternando gruesas y finas, con capiteles esculpidos en uno de los cuales está San Ramón. El arco exterior está decorado con puntas de diamante.

    Entre los bienes muebles más preciados están los restos de la silla de San Ramón, de estilo nórdico, seguramente un regalo hecho al santo. Fue robada por Eric el Belga, en 1979 y devuelta después troceada (faltan piezas). Se ha reconstruido con piezas de metacrilato. Es una silla de tijera, muy antigua.
Podemos admirar lo que queda de un magnífico retablo de Gabirl Jolie, de 1553 que fue quemado durante la Guerra Civil. Han desaparecido las esculturas, quedando el armazón y las puertas que también se exhiben en otro de los muros.
En el altar mayor hay una talla románica, de San Juan, de madera, muy deteriorada, restos de un antiguo calvario.
Hay que destacar también un órgano del siglo XVIII y el coro situado a los pies de la iglesia, bajo el órgano, separado por una reja.

jueves, 14 de mayo de 2015

Por tierras de Teruel

    Con una asociación del barrio zaragozano de Casablanca realizamos una excursión por tierras de Teruel. A las siete de la mañana, con el autocar completo, salimos del puente del Canal, haciendo una breve parada, a eso de las nueve, en un área de servicio para tomar un café y, algunos otros, sacaron de la mochila viandas más contundentes. Después de reponer fuerzas nos dirigimos al balneario El Paraíso, cerca del pueblo de Manzanera.

    Este balneario está situado en la sierra de Javalambre, en un valle rodeado de montañas. Es un paraje idílico, ideal para pasar unos días de descanso y beneficiarse con el tratamiento de sus aguas mineromedicinales.
En el establecimiento nos recibieron amablemente y, en un salón, nos explicaron su historia, mostrándonos, por medio de un vídeo, todas las instalaciones termales. La médico nos hizo una breve exposición de las propiedades de las aguas: enfermedades que pueden mejorar gracias a su tratamiento y también aquellas en las que están contraindicadas.
Hicimos un recorrido por el exterior pero no pudimos ver "in situ" las instalaciones por estar ocupadas por los clientes en ese momento. Fuimos obsequiados con unas jotas, cantadas por algunas féminas, que contribuyeron a animar al grupo de excursionistas.
Nos invitaron a solicitar, a través del INSERSO, una plaza para disfrutar de sus aguas que, es seguro, quedaríamos satisfechos de esas vacaciones de relax.

    De allí nos dirigimos al pueblo de Manzanera, disfrutando del paisaje de bosques de pinos y sabinas y de los numerosos riachuelos que discurren por la zona. Nos esperaba la guía que nos mostraría lo más relevante de la población.
Lo primero que visitamos fue el museo etnográfico, muy del agrado de todos, pues nos transportó a los tiempos de nuestra infancia en los pueblos, que constituyen las raíces de la mayoría. Allí vimos expuestas herramientas de labranza y de otros oficios que ya pasaron a la historia; utensilios domésticos que dejaron de usarse hace muchos años; prendas de vestir infantiles y de adulto; ropas de cama con complicados bordados y encajes... Hasta una escuela con sus pupitres, tinteros, encerados, tizas, mapas y las enciclopedias en las que, muchos de nosotros, aprendimos las primeras nociones de las ciencias.
Resultó una visita muy interesante y se nos hizo corta. De buena gana nos hubiésemos detenido más tiempo contemplando esos retazos de la historia que, a muchos, se nos humedecieron los ojos recordando otros tiempos.
Pero había que seguir con la visita y nos dirigimos al Portal de Arriba, del siglo XIV, una de las puertas de la muralla. La guía nos explicó la historia de la villa, conquistada a los musulmanes en 1202 por Pedro II de Aragón, pasando el señorío por distintas manos, entre ellas las del duque de Calabria, que dejó su impronta en la población. Ha tenido que pasar por muchas vicisitudes, sobre todo durante las guerras carlistas ya que Cabrera "El tigre del Maestrazgo" tenía su cuartel general por estas tierras. Durante la guerra civil y después, por ser zona de refugio de los "maquis" también tuvo que sufrir su parte.
El castillo está prácticamente derruido, sólo se conserva una parte de la torre del homenaje. Ha estado en manos privadas pero ahora es propiedad municipal.
Recorrimos las murallas, por su parte exterior, y vimos un torreón, parcialmente restaurado. La otra puerta de la muralla es el Portal de Abajo, del siglo XV. Es un arco apuntado, flanqueado por dos torreones almenados. Encima del cuerpo del arco crece un árbol y este conjunto forma el escudo de la villa.
Seguidamente, visitamos la Iglesia Parroquial, enorme fábrica de piedra con una torre cuadrangular, con tres cuerpos. Primeramente se construyó la capilla dedicada a la Virgen del Pilar y, después, el Duque de Calabria mandó construir una hermosa iglesia de tres naves,de estilo italiano. En ella destaca un magnífico retablo en el altar mayor con antiguo Patocrátor. En la capilla de Santa Catalina hay una talla de madera del siglo XIII, que apareció totalmente destrozada y que ha sido restaurada. Asombra por su realismo, más propio del barroco. Los demás retablos son barrocos con algunas pinturas interesantes.
Terminamos el recorrido de Manzanera con una degustación del exquisito jamón de Teruel, acompañada del porrón de vino.
Se hizo la hora de la comida y pusimos rumbo al restaurante. Por la carretera disfrutamos de las vistas que del campo nos ofrece la primavera: las rojas amapolas, el tomillo, las jaras, las retamas y un sin fin de hermosas florecillas que adornan los suelos en las laderas de los montes. Pudimos observar, también, las plantaciones de carrascas que en su tiempo darán las cosechas de la trufa, rico manjar que se cultiva en la zona.

    La tarde la dedicamos a visitar la ciudad de Teruel con sus monumentos mudéjares, Patrimonio  de la Humanidad, por la UNESCO.
Además del Museo de los Amantes, que guarda los sepulcros de Isabel de Segura y Diego de Marcilla,obra del escultor Juan de Ávalos, es visita obligada la catedral de Santa María de Mediavilla, situada en el centro del casco histórico.. Está dedicada a la Asunción de la Virgen.
Se empezó a construir en estilo románico, a finales del siglo XIII, sufriendo después múltiples transformaciones.. El cimborrio es del siglo XVIy la puerta de la Plaza del Obispo, por la que se accede,es de principios del XX.
La iglesia es de tres naves y, lo primero que nos llama la atención es la techumbre mudéjar que cubre la nave central. Es una armadura de madera de par y nudillo, bellamente decorada con pinturas  de motivos geométricos, vegetales, epigráficos -típicos del arte musulmán-. En esta cubierta se nos cuenta la historia medieval, pues aparte de los personajes propios de las Escrituras, desfilan un sin fin de caballeros y damas de la época con sus vestiduras típicas de la época, así como personas del pueblo llano en sus correspondientes oficios; hay también escudos nobiliarios, escenas de caza, de guerra, torneos, etc. Es un documento gráfico de la vida turolense en el medievo.
Otra joya de la catedral es el retablo del altar mayor. Es del siglo XVI, uno de los mejores conjuntos históricos del arte renacentista en Aragón. Es de madera, tallado en altorrelieve. En la hornacina del centro está la asunción de la Virgen. Todo él representa la vida de Cristo y de su madre. Recibe la luz a través del cimborrio, octogonal que con sus nervios forma una complicada y bella estrella.
En la capilla de la Coronación podemos admirar un bello retablo gótico hispano-flamenco con pinturas de gran mérito. En el centro figura la Coronación de María.
Es interesante la capilla barroca de la Inmaculada, del siglo XVIII,,en cuyo centro hay una hermosa talla de la Virgen y, a los lados, San Joaquín y Santa Ana.
Otra capilla, también barroca es la de los Santos Reyes, que tiene en su centro una copia del famoso cuadro de Rubens.
Recorriendo las naves laterales nos encontramos con otras capillas: Santa Emerenciana -patrona de Teruel- , Santa Águeda,Santo Tomás de Villanueva y la de la Virgen de los Desamparados en la que está expuesta la Custodia procesional, con su carroza, que sale el día del Corpus.
Es de una gran belleza la reja del coro, de estilo gótico flamígero.
Contemplando el exterior de la catedral nos quedamos embobados con las filigranas de su decoración en ladrillo, así como la cerámica vidriada de distintos colores que la adornan profusamente. La torre, en piedra, ladrillo y cerámica es de una gran riqueza visual. En su base forma un arco dando paso a la calle. De este estilo son también las otras magníficas torres que se encuentran en el casco urbano y que servían de puertas de la muralla. Estas torres reciben los nombres de San Martín, El Salvador y San Pedro.Estas construcciones tienen una particularidad y es que, al igual que los alminares musulmanes albergan en su interior una torre circular.Los campanarios son de estructura cristiana.

    En la Plaza del Obispo se encuentra también el Museo Diocesano que tuvimos la oportunidad de visitar. Allí se pueden ver infinidad de retablos, tallas, pinturas y otros objetos religiosos procedentes, muchos de ellos, de antiguas iglesias hoy desaparecidas. También es notable la multitud de piezas de orfebrería que se exponen, algunas muy valiosas: cálices, custodias, cruces parroquiales. etc. También se pueden contemplar buenas muestras de trabajos en marfil y textiles, cantorales, etc.

    Ya vencido el día y cansados por lo mucho que habíamos trotado durante la calurosa jornada, emprendimos el regreso, satisfechos por todos los buenos acontecimientos y sin tener que lamentar ningún incidente desagradable.
Se hizo una parada en Calamocha pero ya, la mayoría, permanecimos sentados en el autocar con deseos de llegar a casa y descansar.

viernes, 1 de mayo de 2015

Fernando II de Aragón

        Con motivo de celebrarse el próximo año 20016 el quinto centenario de la muerte del Rey Católico, la Diputación General de Aragón ha organizado una extraordinaria exposición en el maravilloso marco del Palacio de la Aljafería, en las salas de los Reyes Católicos y de Pedro IV.

    Fernando II es el vigésimo monarca en la línea sucesoria del reino de Aragón, que tuvo sus comienzos en 1035 con Ramiro I, hijo de Sancho III de Pamplona.
El rey Fernando nace en Sos del rey Católico (Zaragoza) en 1452y muere en la aldea cacereña de Madrigalejo en 1516. Hijo de Juan II de Aragón y de Juana Enriquéz, segunda esposa del monarca aragonés, es jurado heredero en 1461, en las cortes de Calatayud, a la muerte de su hermano el príncipe de Viana y nombrado por su padre rey de Sicilia en 1468. Casó en 1469, enValladolid con Isabel, hermana y sucesora de Enrique IV de Castilla. En 1474 muere el rey castellano y, después de unas luchas contra los partidarios de Juana La Beltraneja, es proclamada reina de Castilla Isabel y Fernando, como rey consorte. Cuando en 1579 muere su padre rey de Aragón, Cataluña, Valencia, Baleares.Cerdeña y Sicilia, son territorios que se unen bajo el mando del matrimonio pero sin perder sus individualidades como reinos. Para lograr la unidad de la Península Ibérica faltaban Granada, Navarra y Portugal. Las dos primeras se anexionaron por conquista y Portugal, años después, en virtud de las políticas matrimoniales.

    El papa Inocencio VIII les concedió el título de Reyes Católicos.

    El matrimonio tuvo cinco hijos: Juan, Juana, Isabel, María y Catalina. Con el fin de aislar a Francia, casan a sus hijos con príncipes de países que resultaran estratégicos para sus proyectos. Así a Juan lo casan con la princesa Margarita, hija del Archiduque Maximiliano de Austria, al igual que a Juana, casada con Felipe El Hermoso, hermano de Margarita. El príncipe Juan muere, a poco de casarse, sin descendencia. A la princesa Isabel la casan con el heredero de Portugal y tienen un hijo que muere enseguida. Muerta Isabel, es María quien ocupará su lugar. A Catalina la casan con Arturo, heredero de Inglaterra y, al morir éste se casa con Enrique VIII, matrimonio del que nació la princesa María.

    Isabel I de Castilla muere en 1504 y tiene que hacerse cargo del gobierno de Castilla hasta que llegan su hija Juana y su yerno. con el que no existirá un buen entendimiento.
Busca un nuevo matrimonio, casándose nuevamente con Germana de Foix de la que tuvo un hijo que murió al poco tiempo, quedando el reino como herencia de su nieto Carlos, hijo de Juana y Felipe.

    La exposición Fernando II de Aragón, el rey que imaginó España y la abrió a Europa, se halla distribuida en cuatro partes que se refieren a distintos aspectos de la vida del rey y de la sociedad de su época.

   Estos son:
   1- La conciencia de un linaje.
   2- El centro de una gran constelación.
   3- Un mundo interior de contrastes.
   4- El reconocimiento de Fernando II de Aragón como monarca universal.
 
    En estos ámbitos podemos ver la cronología de la casa de Aragón con los hechos ocurridos en las distintas épocas y que influyeron en la formación del reino, y  en el devenir de la historia. Podemos ver, también, los hechos históricos más importantes de su vida así como también los personajes contemporáneos que influyeron en el mundo político, de las artes y las ciencias, que marcaron el paso de la Edad Media a la Modernidad.

    En las distintas salas el espectador puede admirar una colección de cuadros con retratos al óleo, y tablas flamencas, traídos de diferentes lugares como Francia, Reino Unido, Austria, Alemania, Holanda, El Vaticano... Estos retratos se refieren a los Reyes Católicos y sus hijos, juan II de Aragón, Germana de Foix y otros nobles o personajes influyentes de la época.
Entre los textiles pueden contemplarse hermosos tapices de la época, reposteros, estandartes, pendones (como el de la Santa Hermandad),vestiduras reales, etc
Entre las esculturas se pueden ver las estatuas orantes del rey Fernando y de su padre, la yacente de Pedro de Arbués, procedente de su sepulcro, bustos en bronce....
En cuanto a la orfebrería podemos admirar relicarios, crucifijos,portapaz,joyas, medallones...
En la sala en la que se exponen documentos gráficos, hay cartas, libros de horas,cantorales,mapas como el de Juan de la Cosa,la Gramática de Nebrija, etc.
En la sección de las armas hay verdaderas joyas como la primorosa obra que es la espada de Boabdil con un trabajo exquisito en la empuñadura y la vaina. Están también las espadas de Fernando II y el Gran Capitán que nos sorprenden por su peso y la fuerza necesaria para manejarlas. Hay también una colección de escudos con las armas de las casas reales y de los distintos nobles.
Al final de la exposición hay una sala dedicada a la recreación de la estancia vaticana del Incendio del Borgo en la que aparece Fernando II al lado de personajes de la talla de Carlomagno

    Todas estas obras proceden no sólo de Aragón si no que han sido traídas de otros lugares de España que han contribuido a dar esplendor a la exposición con las aportaciones de fondos de las distintas Comunidades. Y no sólo de España, como hemos señalado anteriormente han sido muchos los países europeos que han enviado obras para ser expuestas, ayudando así a la mejor comprensión de la figura histórica de Fernando II y de su época.