Prevenir la dependencia

A todos nos asusta esta palabra: "dependencia".

A nadie le gusta tener que depender de otras personas para las cosas normales de la vida cotidiana: comer, el aseo, desplazamientos, etc...

¿Está en nuestras manos prevenir esta situación?

Podemos hacer mucho por prevenirla, está en nuestras manos mantenernos saludables el mayor tiempo posible.

Para ello debemos acostumbrarnos, lo antes posible, a llevar una vida sana, en todos los aspectos.

"Mens sana in corpore sano" ya nos aconsejaban los antiguos. Ahora hay otra recomendación que viene a ser lo mismo. Las personas mayores necesitan: "mucho trato, poco plato y mucha suela de zapato".

Esto nos orienta por dónde deben ir los tiros.

Hacer vida social: no quedarse metidos en casa viendo la tele en soledad.

Poco plato, se refiere a la dieta, equilibrada pero no muy abundante.

Si no existe una enfermedad que necesite una dieta especial, las personas mayores deben comer de todo: verduras, fruta, carne, pescado, huevos, lácteos, grasas. Todo en unas proporciones y en unas cantidades adecuadas.

Nuestro cuerpo para funcionar correctamente necesita hidratos de carbono (pan , arroz, pasta); proteínas (carne, pescado, huevos,leche); y los lípidos o grasas.

Sí, también las grasas son necesarias. Pero grasas tenemos de tres tipos.

-Saturadas(las malas), de las que hay que limitar su consumo porque son las que van a elevar el temido colesterol. Estas son las grasas animales especialmente las que van con la carne.

-Monoinsaturadas, como los aceites vegetales. El mejor, ya sabemos, el de oliva.

-Poliinsaturadas, se encuentran en los pescados azules (el omega3). Estas son excelentes, siempre que sea posible debemos consumirlas. Nos aseguran el buen estado de las arterias.

Pasemos al ejercicio físico. Es fundamental para evitar la obesidad y para mantenernos ágiles.

Las personas que durante su juventud han practicado algún deporte, si este no es violento, pueden seguir practicándolo. La natación es un ejercicio muy completo y, actualmente con las piscinas climatizadas, puede practicarse en todas las estaciones.

Hay una práctica, muy asequible a todos y que no necesita equipo alguno. Me refiero a caminar. Sólo es preciso un calzado cómodo. Si tenemos oportunidad de pasear por el campo, mucho mejor. Si vivimos en una ciudad, siempre tendremos un parque cerca donde poder caminar sin peligro del tráfico y respirando el aire menos contaminado.

En estos parques suele haber circuitos y aparatos de gimnasia con los que podemos complementar el ejercicio.

Siempre es mejor salir a pasear en grupo, es más estimulante. Así practicamos el contacto social.

Y no nos olvidemos de la gimnasia mental. La lectura de un libro, el periódico... Y también los pasatiempos como crucigramas, sudokus, etc nos ayudan a ejercitar la memoria y contribuyen a mantenernos en forma mentalmente.

No podemos dejar a un lado las visitas periódicas al médico para controlar la tensión, la glucemia, el colesterol... pero sin obsesionarnos.

Con todas estas recomendaciones, espero poder contribuir a "dar vida a los años" que nos reste por vivir.

"Apadrinar un río"

Es una iniciativa de unos grupos ecologistas de los pueblos del Alto Aragón.

Estos grupos se ocupan de los tramos de los ríos que pasan por sus poblaciones.

Son los encargados de vigilar los vertidos, la limpieza de las riberas, el estado de sus aguas, la flora y la fauna de su entorno, en fin, de la buena salud del río, y en caso de una emergencia, dar aviso a los organismos competentes.

Todo esto de forma altruísta, por amor a su patrimonio natural, algo a lo que moralmente deberíamos sentirnos obligados todos. Al menos, cuando desaparezcamos, dejar la tierra donde hemos vivido en el mismo estado en que nos la encontramos, y si es posible, mejorada.

Todo esto me vino a la memoria después de mis paseos diarios por las orillas del Tormes.

¡Qué escribirían hoy todos los poetas que en otros tiempos tánto lo ensalzaron!

Seguramente no se encontraron sus riberas llenas de plásticos, botellas, papeles y otros residuos aún más desagradables.

Y de estas cosas no tenemos que culpar, como siempre hacemos, a la Administración Pública.

Somos responsables todos: el que no recoge el papel de aluminio después de comerse el bocadillo de la merienda, las bolsas de las "chuches" de los niños, las colillas de los cigarros, y un largo etc...

Papeleras hay siempre cerca y si no se guardan los residuos y se tiran al cubo de la basura al llegar a casa.

Me gustaría animar a algún grupo con buena voluntad y amor a la naturaleza a que imitando a aquellos aragoneses tomaran conciencia de estas cuestiones y se animaran a crear un grupo de parecidas características.

QUERER ES PODER

Durante el verano, con estos calores que estamos soportando, quedan muchas horas para pasar en casita porque no apetece nada salir. Esos ratos podemos disfrutarlos con un buen libro.

Hoy, me gustaría recomendar a todos los amantes de la lectura el libro que estoy leyendo.

Se titula El Puente de Alcántara. El autor es Frank Baer, alemán.

Trata de la vida en la Península Ibérica (no se puede llamar España) durante el siglo XI, en plena Reconquista.

Es un libro que está muy bien documentado. El autor ha visitado los lugares donde tiene lugar la acción, ha manejado textos de la época, en fin, se ha informado a fondo sobre el tema.

Son tres historias paralelas las que nos cuenta: un poeta de al-Andalus, un médico judío,también de al-Andalus y un viejo hidalgo cristiano, mercenario,y su joven mozo(criado, escudero).

Las tres culturas conviven en el territorio, unas veces pacíficamente y otras en lucha abierta.

Narra las crueldades en ambos bandos, traiciones, ambiciones...

En fin, creo que merece la pena que nos asomemos a las páginas de esta obra y disfrutemos, a la vez que aprendemos.

¿Qué tal una excursión a este hermoso paraje de Las Arribes del Duero?

Es más recomendable en primavera cuando los almendros están en flor y la temperatura es más benigna. De todas formas, en todo momento no dejarán de impresionarnos estos enormes farallones que encajonan el Duero.

El Parque Natural de Las Arribes del Duero comprende el tramo internacional del río, es decir, donde forma frontera con Portugal.

El Duero, que ha tenido un curso tranquilo atravesando la meseta norte, de repente tiene que salvar unos desniveles de hasta 500 mts y lo hace encajonándose y formando saltos que son aprovechados para la producción de energía eléctrica en Centrales que comparten los dos países fronterizos.

Hay unos barquitos de una Compañía portuguesa, con guía, que hacen el trayecto entre las dos presas: Aldeadávila y Saucelle.

Tomamos el barco en Vilvestre y desde el mismo contemplamos esas maravillas de la Naturaleza que imponen desde abajo, por un lado la zona portuguesa, del otro lado , la española.

Las dos igualmente agrestes, pero la parte portuguesa cultivada hasta la misma orilla, en bancales y con elevaciones de agua para poder plantar olivos, almendros, naranjos...

El guía va explicando y haciendo notar todo lo que se puede admirar desde los nombres de los términos por los que circulamos hasta las aves que se pueden contemplar: buitres leonados y otras aves rapaces en lo alto de los roquedos y garzas, patos y otras aves acuáticas en las orillas.

El viaje dura unas dos horas pero resulta verdaderamente interesante.

¿Qué tal una tarde de cine en compañía de los nietos?

Acaban de estrenar una película en 3D. Se titula UP.

Al entrar en la sala te dan las "gafas mágicas" y hay que prepararse para disfrutar de una aventura sorprendente.

La sala estaba llena y no sólo de niños si no de público de todas las edades. Pienso que nadie salió defraudado. La Factoría Disney, nos tiene acostumbrados a sus películas de calidad y esta no desmerece.

Antes que desvelar la trama, prefiero animar a todos los abuelos a que se acerquen con los nietos a verla y desearles que la disfruten lo mismo que hice yo.

Es hora de que pensemos un poco en los demás, en los más desfavorecidos. Hay tiempo para todo. Aunque sólo sea por puro egoísmo. Antes de que pasen muchos años, probablemente, nosotros también vamos a necesitar que otros se acuerden de que existimos.

De vez en cuando una visita a una Residencia de Ancianos no nos hace ningún daño y resulta tán gratificante llevar unas gotitas de alegría, verles sonreir, escuchar sus cosas...

Hay muchos mayores, que por una u otras razones no reciben visitas; se encuentran muy solos y es para ellos una alegría encontrar a alguien que se les acerca y les escucha dedicándoles un poquito de ese tiempo que nos sobra.

A la vez, podemos hacerles pequeños servicios que para nosotros no suponen ningún trabajo y para ellos es muy importante. Me refiero a esas pequeñas cosas como coser un botón (imposible para una persona que tiene un brazo inválido), hacer alguna pequeña compra, acompañarlos al médico...

También hay ancianos que viven sólos en sus domicilios,a veces lejos de sus familiares. También ellos pueden necesitar que les echen una manita.

Continuando con el senderismo, me gustaría comentar un poco la última excursión realizada a finales de Mayo.

Salimos muy de mañana, en un hermoso día de Mayo, en autobús rumbo a Béjar.

Desde allí comenzamos la ruta, a pie, por la sierra.

El camino, aunque con algunas subidas, estaba bien señalizado y no resultó difícil. Todo el grupo llegó sin problemas.

¡Qué decir de los maravillosos paisajes que contemplamos! Disfrutamos de unas panorámicas de los valles inimaginables desde abajo. La temperatura era bastante elevada para la época pero no se sentía porque discurríamos bajo la sombra de hermosos árboles.

Cruzamos un río por un pequeño puente y allí hicimos una pequeña parada para reponer fuerzas y contemplar más a gusto el paisaje.

De trecho en trecho, nos íbamos encontrando con fuentes de aguas frescas y cristalinas para refrescarnos del calor que ya iba apretando.

Al mediodía llegamos a la meta: Candelario.

Quedamos sorprendidos al encontrarnos con el rodaje de una película sobre el Camino de Santiago y ver las calles transformadas en un pueblo del Pirineo francés.

Visitamos la iglesia parroquial y las calles del pueblo, que estaban libres de cineastas, hasta la hora de la comida que hicimos en un parque, a la sombra de centenarios árboles a la vez que contemplábamos la nieve de la sierra.