martes, 25 de junio de 2013

Farenheit 451

Farenheit 451 es una novela de ciencia ficción. Su autor, Ray Bradbury la escribió en 1953 en Estados Unidos cuando ya la televisión había adquirido bastante auge entre las masas con los programas que hoy denominamos como "telebasura". La "caja tonta" tenía gran influencia en la sociedad americana como hoy la tiene en el mundo globalizado donde tanta gente vivr pegado a la pequeña pantalla olvidándose de otras distraciones que nos aportan otros bienes culturales, como la lectura.

A Bradbury le llevó a escribir este libro, un tanto profético, el hecho de comtemplar, en uno de sus paseos, cómo una señora que estaba con su marido y el perro, iba con unos cascos puestos, aislándose de todo lo que ocurría a su alrededor.

Ray Bradbury nace en un pueblo de Illinois, en 1920. Durante la Gran Depresión se traslada con su familia a Los Ángeles, donde se gradúa. Por problemas económicos no asiste a la universidad por lo que, en gran medida, es autodidacta. Frecuentaba mucho las bibliotecas. Tuvo distintos trabajos, a la vez que colaboraba en revistas, hasta que en 1943 se convirtió en escritor profesional. Sus obras más conocidas son Crónicas Marcianas y Farenheit 451. En 1988 fue nombrado Gran Maestro Nebula, el más prestigioso premio de Ciencia Ficción que otorga su país.

La acción de la novela transcurre en un lugar indeterminado de los Estados Unidos, donde un estado totalitario pretende mantener a los ciudadanos en estado de ignorancia, justificando tal actitud en aras de una falsa felicidad. Para conseguir estos fines hay que evitar que los hombres piensen, por lo que los libros son un estorbo y hay que eliminarlos mediante el fuego. Así los bomberos en lugar de dedicarse a apagar fuegos son los encargados de provocarlos allá donde el Sabueso Mecánico detecta que existe alguno.

El protagonista, Montag, es un bombero que al conocer a Clarisse, una chica distinta, le hace cambiar en sus planteamientos. Influye también en su decisión el hecho de que una anciana a la que iban a quemar su biblioteca, prefiriese inmolarse ella misma en las llamas.

Busca ayuda en el profesor Faber, que permanece escondido, cobarde, con miedo. Al ver que el bombero está decidido a luchar se compromete con él. Montag, después de haber dado muerte a  su capitán tiene que salir huyendo de la ciudad, perseguido por toda la policía y el Sabueso. Consigue burlar el cerco, atravesando el río, llegando a unas colinas donde se refugian los hombres-libro. Estos eran muchos intelectuales que, perseguidos, habían tenido que huir también de la ciudad guardando en sus memorias el tesoro de los libros para que no desapareciese la cultura, en espera de tiempos mejores en que puedan volverse a editar.

Hay una guerra atómica que hace volar la ciudad dando origen a otra era.

El autor nos presenta en la novela un modelo de sociedad indeseable en sí misma, falsamente feliz, con una felicidad basada en el vacío interior y la falta de valores éticos. Todo se centra en la actividad y la diversión, no dejando tiempo para pensar y reflexionar. No interesa a los poderes públicos que el ciudadano se haga preguntas, tales como el por qué de las cosas, Aquel que se permite pensar por sí mismo es un elemento antosocial y hay que eliminarlo. Para que esto no suceda es necesario suprimir todo aquello que pueda fomentar el conocimiento: los libros. Por eso se persigue a los que aún los conservan y se queman todos los que encuentran, recurriendo a la delación. Los mismos vecinos y familiares loe denuncian porque están fuera de las líneas de conducta trazadas por la superioridad. La sociedad lleva una vida rutinaria, sin alicientes, viven en el temor y nadie se preocupa de los demás. Impera el egoísmo más brutal, donde la vida humana carece de valor.

A este estado de cosas se ha llegado de forma progresiva sin que nadie tuviera que imponerlo. La misma sociedad ha ido abandonando la curiosidad por el saber, sustituyéndolo por los enormes paneles televisivos "las familias" y los machacones anuncios publicitarios en lugares públicos.

Bradbury imaginó una sociedad ficticia pero posible. Es una advertencia que debería hacernos reflexionar pues, actualmente, se dan muchos de los parámetros que denuncia en su obra, y ver hacia dónde nos dirigimos.

Las pantallas de televisión son cada día de mayor tamaño y, aunque la familia está reúnida en torno a ellas, ciertamente se produce una incomunicación: es más importante lo que en ellas aparece que lo que cualquier miembro pueda exponer.

En las Comunidades de vecinos el aislamiento es total, nadie conoce al vecino que tiene al lado ni sabe de sus necesidades materiales o de índole social. De vez en cuando salta la noticia de la muerte de un anciano que vivía solo y de la que se enteran los vecinos cuando ya el olor del cadavér se hacía insoportable. Nadie le había echado en falta.

Vemos, sobre todo, a los jóvenes que andan por la calle con los cascos puestos, ajenos a todo cuanto les rodea.

Afortunadamente los libros, aunque cambien de forma, parece que no están en vías de extinción. Sería horrible una sociedad sin libros. No la puedo imaginar. Esta novela me ha hecho pensar.

domingo, 23 de junio de 2013

Otra economía

Es posible otro tipo de economía. La crisis ha obligado a muchas personas a agudizar el ingenio con el fin de ahorrarse un dinerito y, a la vez, ser más respetuoso con el entorno. Me refiero a la Economía compartida, al Consumo colaborativo. Es algo que lleva tiempo realizándose en otros países del área europea pero que, poco a poco, va imponiéndose en España gracias a grupos entusiastas que apuestan por un cambio en nuestro modo de vida y de consumo. Ya no es necesario que tengamos en propiedad todas aquellas cosas que utilizamos de forma ocasional. Podemos compartirlas con otras personas.

El paro ha  llevado a muchos trabajadores de mediana edad, con unos conocimientos y una experiencia en los negocios muy apreciable, a unirse y crear su propia empresa, aprovechándose de las nuevas tecnologías que, por medio de las Redes sociales, publicitan sus servicios en todos los lugares del planeta. Así ha surgido el compartir la casa en vacaciones. Tienen una página web en Internet en la que se puede ofrecer y solicitar, como intercambio, la casa de vacaciones. Sólo hay que registrarse y enviar las características de la misma (emplazamiento, servicios, posibilidades de la zona, etc ), acompañando fotografías para que los interesados puedan verla. Esto evita la monotonía de pasar las vacaciones siempre en el mismo lugar. Sin gastos extras podemos beneficiarnos de estancias en otros sitios así como viajar al extranjero y conocer otros países. El tiempo que nuestra casa iba a estar desocupada puede albergar a otra familia.
De igual modo pueden ofrecerse habitaciones que nos sobran en la vivienda habitual a viajeros que no desean ir a un hotel y gustan del trato familiar. Tiene la ventaja de resultar un precio mucho más económico.

Y ¿qué decir de los taxis?. También se pueden compartir con otras personas. Cuando llegamos a una estación, por ejemplo, podemos compartirlo con alguien más, ahorrándonos un dinero y contribuyendo a reducir las emisiones de gases que van a parar a la atmósfera. Hay compañías de taxis que, registrándose gratuitamente en su web, ofrecen a los clientes servicios tales como admitir animales, sillas de ruedas, nocturnos, etc.
El consumo es más sostenible si los compañeros de trabajo se ponen de acuerdo para compartir el vehículo. Hay jubilados que tienen, casi de forma continua, el coche en el garaje porque apenas lo utilizan. Si está al día en el tema de seguros y revisiones obligatorias, pueden obtener unos ingresos extras alquilándolo a otras personas que lo necesitan, de forma esporádica.

Para realizar un proyecto se necesitan muchos técnicos y especialistas de diversa cualificación. Colaborando todos se puede realizar con el mínimo gasto porque cada uno aporta sus conocimientos en la materia.

En el terreno del ocio, también se pueden llevar a cabo obras de acondicionamiento en edificios públicos que han dejado de cumplir los servicios para los que estaban destinados. Hay muchos jóvenes en paro que pueden, al menos, sentirse útiles cooperando en crear zonas recreativas y culturales para todos los ciudadanos. Ya hay en la ciudad algunos grupos multiculturales que funcionan, en los cuales se comparte todo.

Es posible, pues, un cambio en la economía modificando nuestros hábitos, abriendo las mentes a otros tipos de vida y de consumo. Todo esto repercutirá en nuestros bolsillos y en el entorno, evitando el despilfarro de energía y siendo más responsables con el Medio Ambiente. Reflexionando sobre estos temas, apostemos por un Desarrollo sostenible para dejar a las futuras generaciones un planeta más habitable.

sábado, 22 de junio de 2013

Madame Bovary

Es una obra maestra de la literatura francesa del siglo XIX. Pertenece a la novela realista. Fue publicada en 1857. El autor es Gustave Flaubert.

Flaubert es hijo de un médico de Rouen (Normandía), nace en 1821. Inicia los estudios de Derecho, en París, que no llega a terminar, dedicándose de lleno a la Literatura. Su obra más relevante es Madame Bovary.

En esta novela, Flaubert cuenta la historia del matrimonio Bovary, Charles y Emma. Comienza por la infancia de ambos. Charles ha vivido con escasos medios económicos una infancia y juventud poco afortunadas. Emma, sin embargo, pese a proceder de una familia campesina, se ha educado en un colegio de Ursulinas en el que se ha forjado unas pretensiones que después estarán en desacuerdo con la realidad cotidiana. Ha leído muchas novelas románticas y sueña con ser la heroína de sus mundos de fantasía.
Se casa con Charles Bovary, viudo, médico de pueblo, pensando que es la forma de salir de la granja y elevar su posición social. Pronto se da cuenta de que ha cometido un error, se aburre y busca otras salidas, primero tímidamente y después lanzándose de lleno en los brazos de un amante, Rodolfo, con quien proyecta fugarse pero, al ser abandonada, entra en un estado nervioso mórbido. Su marido para complacerla la lleva a la Ópera de Rouen donde se reencuentra con León, antiguo enamorado, que ahora ha adquirido seguridad y es un hombre de mundo. Se hacen amantes y viven un período de loca pasión. Emma, paralelamente, se hace cada vez más caprichosa endeudándose por amor al lujo y a los placeres, hasta que llega un momento en que las deudas son tan elevadas que no puede hacer frente a ellas; busca desesperadamente dinero, acudiendo a cuantas personas pudieran facilitárselo, no importándole, al final, el cómo. Al no conseguirlo no encuentra otra salida que el suicidio.
Charles Bovary que la ama con locura y siempre le ha dado todos los caprichos, después de la muerte de la esposa, descubre las cartas de los amantes y conoce toda la verdad, La perdona y, no encontrando razón para vivir, se abandona a sí mismo, muriendo plácidamente. Dejan una niña en la miseria, cuya vida va a ser más desgraciada al descender de posición social y tener que ganarse la vida trabajando como obrera en una fábrica,

La novela consta de tres partes. La primera tiene nueve capítulos. En la primera parte nos habla de la infancia de los protagonistas y de cómo se conocen cuando el padre de Emma se rompe una pierna y es requerido el médico. Al quedar viudo se casa con Emma y viven en Tostes. Es importante para ella la invitación al castillo. En la fiesta comprueba que hay otra forma de vivir: el dinero, la clase, la distinción. Todo esto dejará una huella imborrable. Se aísla de la vida familiar y tiene delirios de grandeza.
En la segunda parte se trasladan a vivir a Yonville. Conoce a Leon quien se enamora de ella pues son dos almas gemelas. Leon, tímido, opta por marcharse del pueblo. Emma cae en los brazos del calavera Rodolfo. Si en la primera parte el autor hace un estudio sicológico de la protagonista, en esta hay una evolución. Consta de quince capítulos.
La tercera parte tiene once capítulos. En ellos hay una progresión hacia la decepción por una parte y por otra el desastre económico. La acción se precipita en los cinco últimos capítulos hasta el suicidio y muerte angustiosa de la protagonista.

El tema que trata el autor es la insatisfacción, la frustración, el fracaso. Otros temas son: la infidelidad, el adulterio, la hipocresía, la rebeldía, el sexo, la pasión, el conformismo, la ignorancia, la rutina, el aburrimiento, el progreso, la libertad de la mujer, la soledad, el consumismo, la ambición y la fama unidos al dinero y al materialismo, la fantasía y la realidad.
El tema del adulterio es tradicional y muy manido pero es innovador el estudio sicológico profundo de los personajes. El autor hace una disección del alma de los mismos, sobre todo de Emma y hace una crítica de la sociedad burguesa de su tiempo. Puede considerarse como un puente entre el romanticismo y el realismo, siendo precursora del naturalismo.

Hay una perfecta organización de los materiales narrativos. El fondo y la forma están en perfecta concordancia. Podemos destacar la naturalidad y sencillez de estilo. Existe una gran preocupación por el lenguaje, busca la palabra justa en cada momento, es perfeccionista. Busca el ideal estético. Es una obra que pertenece al realismo, por tanto el lenguaje es realista, pero, a la vez, sensible e intimista. Su sensibilidad de artista consigue hacer algo sin ninguna atadura exterior y, de un tema banal, logra una obra maestra.
Es una obra que ha influído en la literatura posterior. En España tenemos La Regenta, de leopoldo Alas, "Clarín". Ana Ozores, al igual que Madame Bovary, lucha por su liberación.

Es una novela que hay que leer despacio para saboreaarla. La he leído con gusto y no me ha resultado pesada. Parece ser que en la novela ha plasmado la insatisfacción persona del autorl. Se atribuye a Flaubert la frase "Madame Bovary soy yo".Demuestra un conocimiento muy profundo del alma humana con sus imperfecciones y los móviles que hacen que se mueva la maquinaria social.
Su lectura no puede ser recomendada a todos los públicos pero estoy segura que habrá muchas personas que disfruten con ella.  

domingo, 2 de junio de 2013

El Día de la Caridad

Hoy, día del Corpus Cristi, la Iglesia celebra el Día de la Caridad. Con este motivo Cáritas realiza una colecta para recoger fondos con los que atender a tantos necesitados que acuden a sus puertas cuando ya han agotado todos los recursos, como la última tabla de salvación.

Llevamos varios años sumidos en una crisis profunda, que va haciéndose crónica y de la que no se ve el final, por mucho que los políticos quieran hacernos ver las cosas de otro modo, pero el día a día no nos ofrece un panorama muy halagüeño y cada mes vemos que las cifras del paro van aumentando y no sabemos hasta dónde vamos a llegar. Es rara la familia que no tiene algún miembro desempleado, siendo, por desgracia, muchas en las que nadie trabaja. Y, no olvidemos a los jóvenes que han dedicado muchos años de su vida y muchos esfuerzos a formarse con la ilusión de tener un futuro digno y ven rotas todas sus esperanzas al no encontrar su lugar en la sociedad, teniendo que emigrar a otros países.

Al principio eran los inmigrantes los que venían  a las Acogidas de Cáritas en demanda de ayuda para pagar el alquiler, algún recibo atrasado de la luz, alimentos... Hoy, el número de españoles que solicita socorros ha aumentado de forma alarmante. Vienen personas que han tenido un buen empleo y que jamás pensaron que podrían encontrarse en una situación semejante. Han agotado las prestaciones sociales, los ahorros y no tienen a quién acudir.

Todos hemos visto el triste espectáculo de las personas que, con un gancho y el carrito de la compra, rebuscan en los contenedores de basura. ¡Qué pueden encontrar ahí! Y no es mayor este sórdido espectáculo, gracias a la solidaridad de las familias que actúan de colchón, compartiendo lo poco o mucho que poséen. No hay que olvidarse de los abuelos, jubilados, que, invirtiendo los papeles, están ayudando a los hijos y nietos a salir adelante.

Esta crisis no es sólo económica si no también de valores. Hay que cambiar nuestra forma de vida y replantearnos qué es lo necesario y qué es lo superfluo. En estos años de bonanza económica nos hemos creado muchas "necesidades" y. los mayores que hemos vivido la realidad de otras épocas, sabemos que muchas cosas no son necesarias y que, el poseerlas tampoco nos hace más felices.

Cáritas nos invita a reflexionar sobre este punto y a vivir con más sencillez, huyendo del consumismo tan pernicioso, adoptando un modo de vida más austero. Ha habido otros momentos difíciles en la Historia y se han superado. Con el esfuerzo y el compromiso de todos, podremos vislumbrar un mundo de esperanza en el que una sociedad más justa sea una realidad.