miércoles, 3 de marzo de 2021

El anuncio de la primavera

     Aún faltan algunos días para que, según el calendario, entre oficialmente la primavera. Pero la Naturaleza no entiende de calendarios y, ya hace días que hemos visto los almendros floridos. Al día de hoy ya tuvo lugar la lluvia de pétalos blancos, como si una nevada llegara a destiempo. Ya los podemos ver verdes, cuajados de hojas recién nacidas y el fruto, poco a poco, irá formándose donde antes estuvo la flor.  Las lluvias y las temperaturas benignas han llevado a esta explosión de la Naturaleza.                          Lo mismo les ha ocurrido a los prunos que, poco después que los almendros, vistieron sus mejores galas como saludo a la estación que pronto va a llegar.  Sus flores rosa-violáceas, tan delicadas y tan hermosas, consiguen que los paseantes se queden extasiados ante tan singular belleza. Hay otros prunos de flor blanca, delicadísima, que parecen cubiertos de nieve. Pues bien, ya se van cayendo las flores y se visten con el traje de diario; los de flores violáceas con el vestido del mismo color y, los de flor blanca, con hojas verdes, de ese verde tierno todavía sin mancillar.              

    No son sólo estos árboles a los que despista la temprana estación. Son ya muchos los que, de un día para otro, han aumentado el tamaño de las yemas y están a punto de abrirse dando paso a su normal vestimenta. Ya han reposado lo suficiente y se encuentran con fuerzas para enfrentarse a un nuevo ciclo.

    En los jardines pasa otro tanto. Los rosales, que habían sido cuidadosamente podados, empiezan a echar tallos y hojas nuevos. En el césped abundan las humildes margaritas que nos llevan a nuestra infancia, cuando llenábamos las haldas con las alegres florecillas y con un hilo y una aguja improvisábamos collares, pulseras, coronas...que enseguida se ponían mustias, llevándonos una terrible decepción. Pero, al día siguiente, volvíamos a hacer la misma operación. Es una pena que cuando meten las máquinas cortacésped, desaparecen, perdiendo parte de su encanto.                                                           Los lirios morados ya empiezan a salir de sus capullos y ni el mismo Salomón  en toda su magnificencia, según los Evangelios, pudo vestirse como uno de ellos.                                                           Los chopos que tengo delante de la terraza se han llenado de una especie de gusanitos que cuelgan de las ramas. Creo que son las flores.  Las palomas, muy de mañana, se encaraman en lo alto de las ramas, como frutos extraños, y allí pasan mucho tiempo balanceándose al ritmo de la brisa, ya que no pueden soportar su peso y allí permanecen durante horas columpiándose como los niños en el balancín.

    En el campo la hierba luce un hermoso verde y las flores silvestres hacen su aparición por donde pueden.Los días van alargando y las aves, van eligiendo sus parejas para formar nuevas nidadas.

    La Naturaleza no sabe de pandemias y ajena a los sufrimientos humanos despierta de su letargo invernal y se viste con sus mejores galas esperando la fecha del calendario en que digamos todos: ¡Ya llegó la primavera!                               

No hay comentarios:

Publicar un comentario