lunes, 14 de diciembre de 2009

El trabajo doméstico

A las mujeres, después de jubilarnos, normalmente, no nos falta trabajo en casa. Es decir, que no nos aburrimos. Siempre hay cosas que hacer en el hogar, aunque ya sin el ajetreo y las prisas de antes.

¿Pero qué pasa cuando se jubilan los hombres?

Los jóvenes ya van pasando por el aro y participan en las tareas domésticas, aunque no en igual medida que su mujer.

Pero, ¿y los de nuestras generaciones?. Era raro el que sabía freir un huevo medianamente bien.

Al no tener que ir diariamente al trabajo, no saben qué hacer en casa. Apenas salen y se pasan el día "estorbando". Esto algunos. Otros, no entran (los amigos,la partida en el bar).No sé qué es peor.

No se involucran en las tareas de la casa para que la esposa pueda tener también su tiempo libre y dedicarlo a lo que más le apetezca.

Me han comentado algunos matrimonios, que siempre se habían llevado muy bien, sin problemas, que desde la jubilación del marido se pasan el día discutiendo.

No se puede estar todo el tiempo juntos sin que surjan los roces. Cada persona necesita su propio espacio. Lo mismo él que ella deben tener sus actividades propias. No siempre van a tener los mismos intereses, no van a coincidir en los mismos gustos. Además, será mucho más enriquecedor cuando se reunan poder comentar los incidentes de la jornada de cada uno..

Pero, para que la mujer pueda tener vida propia, el marido tiene que compartir las tareas del hogar. Con buena voluntad todo se aprende. No es tan difícil recoger la ropa sucia y poner la lavadora, hacer la compra, pasar la aspiradora.... Sólo hace falta querer.

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