En la sierra noroccidental de Guadalajara, entre las vertientes meridional de Somosierra y la sierra de Ayllón, al abrigo del Pico Ocejón, encontramos los llamados pueblos negros. Es un tipo de arquitectura popular, donde la pobreza se hace arte. Emplea los materiales abundantes y disponibles en la zona: pizarra, barro, y madera de roble, pino, chopo, olmo...
La pizarra se emplea no sólo en la construcción de viviendas si no para todo tipo de obras: corrales, cobertizos, delimitación de fincas rústicas, hornos y otras de mayor importancia como iglesias y puentes. En algunos municipios esta arquitectura está protegida y sólo se puede construir ateniéndose a unas normas estrictas, para proteger el tipismo de los pueblos y el entorno medioambiental. El turismo no está masificado y, por el momento, no parece ser un problema.
La pizarra , en paredes y cubiertas, puede ser negra, gris o pardusca, de ahí el nombre de pueblos negros. Las viviendas pueden ser de una o dos plantas, con sobrado o desván. Están orientadas al sur, por el clima frío, con ventanas pequeñas, sólo en la fachada, únicamente para ventilar y dar luz. Las ventanas y puertas están adinteladas con gruesos maderos.
Las viviendas más sencillas constan de una planta , dividida en dos partes, una destinada a los animales -vacas, cabras, ovejas, cerdos, gallinas- y otra destinada a la familia, con la cocina en el centro como punto de reunión y convivencia. Encima estaría el sobrado, destinado al almacenamiento de grano, paja, leña y alimentos para pasar los duros inviernos. En el caso de que la vivienda tenga más plantas, la segunda estaría destinada a los dormitorios familiares.
La pizarra se coloca uniendo los pedazos mediante una mezcla de barro y paja, formando unos muros de 50 ó 60 cms de grosor. En el interior los tabiques son de adobe y palos verticales. Las vigas se asientan en los muros y, sobre ellas, un forjado y entablado. La cubierta está sostenida por postes de distintos tamaños, según la inclinación que soporten. Generalmente, son cubiertas a dos aguas, apoyándose la viga cumbrera y las que soportan el tejado en los postes y los muros externos. El tejado se construye con lajas de pizarra sobre lecho de barro y paja, colocado sobre el entablado de la cubierta. El tejado de la vertiente norte es muy inclinado para evitar el acúmulo de nieve. Llaman la atención las amplias chimeneas cubiertas con unas lajas de pizarra y colocando encima unas piedras blancas. Estas piedras blancas aparecen también en medio de los muros, colocadas entre la pizarra, desconocemos el motivo de esta inserción, tal vez sea algo decorativo.
Como ya hemos dicho, la cocina cumple diversas funciones y es donde se hace la vida. No sólo se preparan los alimentos si no que es el centro de la actividad familiar y social.Allí se hila, se recibe, se cura la matanza, allí está el horno donde se cuece el pan cada quince días...
La iglesia sigue las normas generales y se construye con pizarra. Muy sencilla, de una sola nave, en estilo románico, con techumbre de madera, muy sencilla, con ausencia de decoración. Se empezaron a construir en el siglo XII, después de reconquistado el territorio. La orientación es este-oeste, con una sencilla espadaña triangular o una torre de planta cuadrada, en la parte norte. La entrada está situada en la fachada meridional, normalmente protegida por un sencillo atrio, raras veces más monumental, como en Tamajón. El ábside suele ser plano o semicircular, como en Valverde de los Arroyos, que se cubre con una bóveda semiesférica, en ladrillo. Prácticamente carecen de vanos y, en caso de haberlos, son ventanas muy estrechas, tipo aspilleras.
Los cobertizos para el ganado, pajares, hornos comunales,etc presentan la misma forma constructiva. En los cercados se remata la parte superior con unas losas planas de pizarra.
La naturaleza boscosa, agreste, virgen nos ofrece unos paisajes espectaculares. Según alturas nos encontramos con bosques de encinas, pinos, robles, castaños, chopos, etc. La mayor altura de la zona es el Pico Ocejón con 2049 ms. Abundan los cortados con profundos barrancos por los que discurren los ríos que nacen en estas sierras. Es fácil encontrarse con curiosos puentes, construidos también con pizarra, que salvan los barrancos. Las carreteras estrechas y serpenteantes no son aptas para conductores inexpertos. Es aconsejable parar en los distintos miradores y disfrutar del panorama que nos ofrece la naturaleza no contaminada por el hombre.
Visitamos Valverde de los Arroyos, catalogado como uno de los pueblos más bonitos de España. Después de callejear admirando la arquitectura típica de la zona y la limpieza, ornato y buena conservación de la población fuimos al Museo Etnográfico. Primero nos presentaron un vídeo con todas las peculiaridades del pueblo: su vida, costumbres, fiestas típicas, entorno, etc. Un guía, amablemente, nos fue explicando cada uno de los objetos expuestos y su utilización. Vimos aperos de labranza, herramientas de carpintero, herrero, útiles para el esquileo, cardadoras, ruecas, husos, devanadoras, batanes y un hermoso telar, procedente de la zona de Extremadura. El séctor textil tuvo mucha importancia en la comarca. se tejían mantas y telas burdas para el campo, casi todo de lana y menos de cáñamo o lino. Todos estos trabajos se hacían en las casas y solamente el herrero era profesional. Allí están expuestos los trajes de danzantes y del Botarga. El traje de danzante consta de pantalón y camisa blancos, con un gran pañuelo bordado atado a la cintura y cintas rojas en las mangas,. pero lo que más llama la atención son los enormes tocados, como gorros cubiertos de flores, con un espejito en la parte frontal. Los danzantes tenían el privilegio de bailar sin destocarse delante del Señor en la Octava del Corpus. El Botarga es un personaje que lleva un colorido vestuario a base de un pantalón de pana y paño y una chaquetilla, todo de llamativos colores rojo, verde amarillo, marrón... Tiene una función seria -a diferencia de otros personajes similares- y es quien dirige los bailes. Éstos tienen lugar en la Plaza Mayor y después en las eras, con trenzado de cintas y otros pasos
La planta superior de la casa- museo está destinada a una exposición fotográfica que nos muestra cómo eran el pueblo y sus gentes tiempo atrás, cómo vivían y cuales eran sus trabajos. El guía nos hizo saber que hasta finales de la década de los setenta no llegó la electricidad al pueblo. Hoy es un lugar donde encontramos restaurantes y casas rurales donde pasar unos días en contacto con la naturaleza. Se pueden hacer excursiones a pie por senderos y disfrutar de cascadas como la Chorrera de Despeñalagua y otos lugares de singular encanto.
Goza de un microclima y se pueden ver en el entorno cerezos, castaños, manzanos, groselleros, en fin todo tipo de frutales y pequeños huertos familiares, regados por los múltiples arroyos de la zona.
Toda esta zona formada por pueblos como Palancares, El Espinar, Campillio de Ranas, Campillejo, Majaelrayo Valverde de los Arroyos y algún otro pequeño poblado constituyen los Pueblos Negros y son dignos de conocerse.
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