viernes, 1 de junio de 2018

Clausura del curso 2017-2018

    Un año más, la Asociación de Alumnos de la Universidad de la Experiencia (AMUEZ) organizó el acto de clausura del curso. Con el lema "Aún aprendo" y un autorretrato de Goya en su logotipo, la Asociación se preocupa de que todo salga bien por lo que los alumnos le debemos nuestro agradecimiento a las personas que, de forma altruista, colaboran en ella.
    El Aula Magna "Ramón y Cajal", de la Facultad de Medicina, nos acogió en este acto que cada año resulta más entrañable porque vamos conociendo a más gente y es el último del curso que, según muchas opiniones, se nos pasó en un suspiro, casi sin enterarnos. Es verdad eso que dicen que con la edad el tiempo parece que vuela. Ahora a esperar que llegue septiembre y nos podamos reunir todos en el Paraninfo para empezar un nuevo curso con la misma ilusión, la misma curiosidad y las mismas ganas de aprender que tanto admiran los profesores que nos imparten las clases.
    Presidieron el acto las autoridades académicas, con nuestro Director, que se despidió del cargo y el Presidente de AMUEZ.
    La lección magistral estuvo a cargo del profesor Sarasa y versó sobre la figura de Alfonso I El Batallador, por celebrarse este año el Noveno Centenario de la conquista de Zaragoza, en manos de los reyes de taifas almorávides, por las tropas cristianas, al mando del rey aragonés. Este rey no sólo conquistó Zaragoza sino todo el valle medio del Ebro, con las plazas de Tudela, Tarazona y, después en 1120, Calatayud y Daroca.
    Alfonso I fue uno de los reyes más importantes de la Corona de Aragón. Hijo de Sancho Ramírez  sube al trono a la muerte de su hermano Pedro I. Casa con Doña Urraca de Castilla, que era viuda y con un hijo, Alfonso VII. Esta unión no dio los resultados que se esperaban, los caracteres eran muy opuestos, terminando por deshacerse y cada uno se quedó en sus respectivos reinos. Alfonso resulta gravemente herido luchando contra la morisma cerca de Fraga. Como consecuencia de las heridas muere sin dejar descendencia y con un testamento muy polémico. El rey dejaba sus territorios a las Órdenes Militares: Templarios, Hospitalarios y Caballeros del Santo Sepulcro. La nobleza aragonesa no aceptó estas disposiciones y buscó otra solución llamando a Ramiro, hermano menor del rey  que era monje en un monasterio del sur de Francia. Había que buscar también una esposa fértil para el nuevo rey, que pudiera darle descendencia. Esta fue Doña Inés de Poitou que era viuda y tenía ya hijos de un anterior matrimonio. De su unión nació una niña, Doña Petronila que, según las leyes de Aragón no podía reinar pero sí transmitir la potestad a sus hijos. Enseguida se le buscó un marido y, cuando sólo contaba un año de edad, se firmaron los esponsales en Barbastro, con el conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. Al cumplir Petronila los 14 años, se hizo efectivo el matrimonio y de esta unión nacería Alfonso II que heredó la Corona de Aragón y el Condado de Barcelona.
    Todos estos sucesos están narrados en multitud de documentos y en las crónicas. Estas crónicas no siempre son objetivas y difieren mucho si nos atenemos a las de Castilla o a las de Aragón. Sin embargo los historiadores tienen que saber leer entre líneas para saber qué es lo que ha querido decir el cronista y qué ha querido ocultar y así averiguar la verdad. Las crónicas de San Juan de la Peña, Guillermo Zurita y otros muchos documentos de la época nos dan información sobre los hechos.
    El Batallador es una de las figuras más destacadas de la Corona de Aragón, junto con Jaime I, PedroIV y, desde luego, Fernando II.
    El orador recibió la ovación de los asistentes.
    A continuación se procedió al reparto de los premios de los concursos de fotografía y relatos que convoca la Asociación y que, como en ediciones anteriores, hubo muchos participantes.
    Dos compañeros, integrantes del grupo de Teatro nos ofrecieron su actuación que con su humor y buen hacer nos deleitaron a todos. Todo amenizado por la música de violín que interpretó otro de nuestros compañeros y que, aunque tuvo la desdicha de la rotura de una de las cuerdas del instrumento, recibió una gran ovación en premio a su buena voluntad.
    La clausura terminó con un "Vino aragonés" en la cafetería de la Facultad de Ciencias, acto que sirvió para afianzar la amistad y camaradería entre todos los alumnos, deseándonos un feliz verano y un  1HASTA SEPTIEMBRE!

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