viernes, 26 de noviembre de 2010

La violencia de género

Con motivo de la celebración del Día Internacional contra la Violencia de Género, en el Centro Cívico Universidad, tuvimos un acto programado por la Universidad Popular y la Asociación de Hermanamiento de las ciudades León (Nicaragua) y Zaragoza.

El tema: la violencia contra la mujer en Nicaragua.

Además de alumnas de la Universidad Popular asistió al acto un grupo de jóvenes alumnos de un colegio zaragozano, hermanado con otro centro nicaragüense.

Lo primero que nos explicaron fue en qué consiste el hermanamiento: unos vínculos entre instituciones y organizaciones con el fin de compartir bienes culturales y recursos en forma de ayudas a proyectos que contribuyan a mejorar la vida de los más desfavorecidos.

Después nos proyectaron un documental sobre los malos tratos a la mujer en Nicaragua que nos dejaron aterrados. La violencia contra la mujer en este país es algo cotidiano, que se admite como algo normal. El hombre es el "macho" que domina totalmente a la mujer, de forma brutal, sin que la víctima pueda defenderse. En el reportaje salían unas imágenes muy elocuentes de hombres montados a lomos de hermosos caballos, calzados con espuelas y haciendo sangrar a los caballos para donarlos. Así es la mujer - el caballo- al que para "domarlo" se puede castigar impunemente porque el hombre es el amo.

La mujer, muchas veces, aunque denuncie, la policía va dando largas a esa denuncias y pasa el tiempo y el maltratador sigue libre y nadie hace nada para proteger a la mujer. Hasta que ocurre lo irremediable. Así el número de mujeres asesinadas, según el porcentaje de población es diez veces mayor que el de España, que ya es decir.

Los medios de comunicación tratan estos temas sin la menor sensibilidad y asisten impasibles, como espectadores, solamente quieren conseguir la noticia y sin hacer nada por ayudar a la víctima.

No obstante, algo se está haciendo. El Estado carece de recursos para estos menesteres, como para otras necesidades, pero existe una Comisaría de la Mujer, a la que pueden acudir a denunciar y recibir una asistencia legal y psicológica. Claro que esto es una gota de agua en el mar, que no alcanza al medio rural, en el que vive la mayor parte de la población. Con la ayuda de asociaciones se está montando este servicio en las aldeas, ya que el desplazamiento a la capital supone unos gastos que no pueden asumir muchas mujeres.

En todo caso es una puerta a la esperanza, pero el trabajo principal está en la educación y sensibilización de la población en general pero sobre todo en los niños y los jóvenes para que no se perpetúen los roles y cambie de una vez por todas la mentalidad.

¡NI UNA VÍCTIMA MÁS!

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