martes, 30 de noviembre de 2010

Cuentos de San Cayetano

Autor: José Antonio Labordeta.

Impreso en los Talleres Editoriales Cometa, S. A. de Zaragoza- Abril 2010

Género: novela corta.

Tema principal: la vida en el Colegio Central en los primeros años de la postguerra.

Personajes principales:tres niños que empiezan el Bachillerato.
Palacios- tiene a su padre en un campo de trabajo. Tiene un aire triste.
Sanz- es de familia burguesa. Es la alegría y la imaginación personificada.
Perdiguera- su padre tiene una alcoholera. Es voluntarioso y deportista.
A estos tres se irán uniendo otros como Millán que es un chico de pueblo que está interno en el colegio; el Sueco, que llega más tarde y cuyo padre ha sido colaborador de los alemanes y con la pérdida de la guerra ha desaparecido su fortuna, recalando en Zaragoza donde malvive con su familia.

La obra está dividida en 12 capítulos, relatos más cortos pero formando una unidad en su conjunto. Cada uno de ellos está dedicado a un amigo del autor.
El relato transcurre desde 1945, año en que el grupo empieza a estudiar el Bachillerato hasta 1952, en el que realizan el que entonces se llamaba Examen de Grado, para pasar a la Universidad.
El Central es un colegio muy liberal para su tiempo. Cuenta con alumnos hijos de vencidos de la reciente Guerra Civil, vecinos de los barrios cercanos al Mercado Central por donde se mueven los protagonistas en sus correrías.
La vida de estas gentes de los barrios adyacentes al Colegio, en la Plaza de la Samaritana, va desfilando con humor amargo y vemos a los chicos despertar a la vida cuando las hormonas hacen su aparición y van salvando mal que bien todos los escollos. A todos les une la amistad y los problemas comunes.
El estilo es sencillo, natural pero cuidado. El narrador cuenta las aventuras de los chavales en tercera persona pero implicándose, dando sus opiniones.
Emplea muchas palabras aragonesas: luna, somarda, lingotazo, murria, chafardear, galachos, etc.
Son vivencias del mismo autor en los primeros tiempos del franquismo, donde hay represión, miedo, censura en todos los sentidos, amargura... pero deja ver al final una puerta abierta a la esperanza. A pesar de todo, el grupo logra recitar los versos de los poetas " malditos" aunque tengan que dormir en la Comisaría.

Me parece un libro interesante, ameno y muy bien escrito. Desde el principio al final engancha al lector. Los personajes están muy bien construidos; parecen y, seguramente son, auténticos. Es la nostalgia de la adolescencia que se fue.
Sin embargo el autor no es imparcial a la hora de tratar el tema, la visión es siempre del lado de los vencidos, de los represaliados de la guerra. Exceptuando este punto, nos da una visión de la vida y costumbres de la Zaragoza de la postguerra.
Recomendaría su lectura a personas formadas.

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