domingo, 6 de febrero de 2011

Un paseo por el parque

Es una delicia disfrutar, estas mañanas soleadas de febrero, caminando por los senderos del parque, sin prisas... empapándonos del aroma de los pinos y observando todo cuanto discurre a nuestro alrededor.

Esta mañana, por ser domingo, estaba muy concurrido. Lucía un sol espléndido y ya se veían jóvenes, ligeritos de ropa, sobre el césped, intentando colorear la piel todavía pálida del invierno. La temperatura invitaba a desprenderse de las prendas de abrigo y disfrutar, sentados en las terrazas de los bares, de la cañita y el corespondiente aperitivo.

Muchos niños entusiasmados con la bicicleta y los patines que, no hace mucho, les dejaron los Reyes y que hasta ahora no han podido sacar por el mal tiempo. También los adultos, algunos ya entrados en años, haciendo footing o montando en bicicleta; familias enteras pedaleando en esos artefactos al uso. Ya funciona el trenecito, al menos hoy estaba esperando en su estación a los potenciales viajeros.

Algunos árboles, ya muy adelantados, tienen las yemas abultadas, prontas a estallar. Aún quedan muchos cierzos hasta la primavera...

No hay muchas flores en los parterres; sólo algunos pensamientos malvas o amarillos, pero el césped verde está salpicado de diminutas margaritas blancas.

En las copas de los árboles gorjean los gorriones, las urracas y las alborotadoras cotorras; las palomas bajan al suelo a picotear todo aquello que encuentran comestible.

Las fuentes están preciosa enviando sus chorros hacia el cielo y la cascada que baja del Batallador, después de las últimas reparaciones, espléndida merece nuestra atención.

Como fondo sonoro, el ruido de los tambores, preludio de la Semana Santa... Una Cofradía que realiza sus ensayos en algún lugar cercano.

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