domingo, 23 de marzo de 2014

Santa Teresa de Jesús. Libro de la vida

    Teresa de Cepeda y Ahumada nace en Ávila el 28 de marzo de 1515 y muere en Alba de Tormes la noche del 4 de octubre de 1582. Es hija de Don Alonso Sánchez de Cepeda y de Doña Beatriz de Ahumada. Tiene diez hermanos, dos de ellos del primer matrimonio del padre. El abuelo paterno, Juan Sánchez, es un mercader judío toledano, judaizante que, denunciado, se ve en la humillación de vestir el sambenito en la ciudad imperial. Para evitar que sus hijos estén en el punto de mira de la Inquisición se traslada a Ávila. Por medios, no muy claros, consigue hacerse con un título de hidalguía que les asegura la pureza de sangre. Es descubierto y hay un pleito que gana pero siempre estará la familia pendiente de la cuestión de la honra, tan importante en la época.

    Teresa en el Libro de su vida nos cuenta su infancia, que le gustaba leer vidas de santos y que con su hermano Rodrigo, a los seis años, se marchan de casa a tierras de moros, decididos a que les corten la cabeza y ser mártires para ir al cielo. A su madre le gustaba leer novelas de caballería, afición que ella llevó a un grado mayor, acusándose de ello. A los trece años muere la madre e influenciada por las malas compañías se deja llevar de la vanidad y las costumbres mundanas por lo que su padre la envía a un internado de monjas agustinas, en Ávila.

    A los veinte años ingresa en La Encarnación, monasterio de El Carmelo, en Ávila, donde se llevaba una vida cómoda y relajada. Enferma gravemente y su padre la saca del convento para mejor cuidarla, incluso la lleva a una curandera. La dan por muerta y pasa algunos días amortajada, hasta que vuelve a la vida, pero queda "tullida", pasando así varios años.

    Pasa la vida fluctuando entre el deseo de agradar a Dios y, por otra parte, el apego a la vida cómoda y las vanidades del mundo. Hasta que no han pasado casi veinte años de vida religiosa no se decide a dejar esa tibieza y sequedad de espíritu y avanzar en el camino de perfección. Recibe muchas gracias del Señor por las que se siente indigna y ruin. Vive confundida pues piensa que es Dios pero sus compañeras, conocidos y confesores creen que es engaño del demonio y la toman por loca, resultándole dificil encontrar quién la confiese. Su vida está llena de altibajos; Dios le habla y le dice que no tema pero es mucha la angustia qu siente.

    En 1554 muere su padre lo que supone una terrible pérdida pues sus visitas son un consuelo para ella. Su hermana Juana se queda sola y se la lleva al convento hasta que se casa con Juan de Ovalle y se van a vivir a Alba de Tormes.

    Ya muy enferma, es solicitada por la Duquesa de Alba para que acudiera porque su hija estaba a punto de dar a luz. Llega a esta villa el 20 de septiembre, muriendo en el convento de La Anunciación -fundado por la santa unos años antes- en los brazos de su fiel Ana de San Bartolomé. Por coincidir con el cambio de calendario su festividad pasó a ser el 15 de octubre. Es canonizada por Gregorio XV en 1622. En 1970, Pablo VI la declara Doctora de la Iglesia. Su cuerpo se halla en un sepulcro en lo alto del altar mayor de la iglesia de este convento, donde es muy venerada.

   Obra:
--Libro de la vida.
-Camino de perfección. Obra de carácter didáctico.
-Libro de las Fundaciones.
-Castillo interior o Las Moradas
-Poesía lírica-religiosa
-Meditaciones sobre El Cantar de los Cantares. Quemado por la religiosa a instancias de su confesor.
-Modos de visitar los conventos de religiosas.
-Escribió infinidad de cartas, algunas de las cuales se conservan.
Y algunas otras obras de menor alcance.

    Libro de la vida. Es el primero que escribe. Es espontáneo y refleja su personalidad y sus experiencias humanas y espirituales. Inicialmente lo escribe en Toledo en 1562. Este se pierde y vuelve a reescribirlo en Ávila en el primer monasterio que funda, el de San José, en 1565. En este último divide el texto en cuarenta capítulos, añadiendo los que corresponden a la fundación de dicho monasterio.

    Es una biografía en la que nos cuenta acontecimientos de su vida pero mas que nada describe sus experiencias místicas: revelaciones, visiones, arrobamientos (éxtasis). Habla sobre todo de la experiencia, de las cosa que ha vivido, experimentado, desde la humildad y la perseverancia en la oración mental. Casi de forma continua lo convierte en oración y alabanza a la Majestad Divina de quien recibe las mercedes.

    Está escrito en forma epistolar, dirigido a Fray García de Toledo, con el encargo de que también se lo haga llegar a otras personas -religiosos letrados- entre ellas Fray Domingo Báñez. No nombra a personas, exceptuando a Fray Pedro de Alcántara, seguramente para no comprometerlas pues no ignora que está bajo la mirada atenta de la Inquisición. A Fray García de Toledo le pide que, si hay algo en el libro que no se ajuste a la doctrina de la Iglesia, lo queme. Sólo le pide que respete lo referente a la fundación del monasterio de San José. Escribe el libro sin intenciones literarias, por mandato, con el fin de que el confesor conozca, de forma veraz su alma.

    Consta de cuarenta capítulos. En los diez primeros nos cuenta su vida de forma convencional: infancia, adolescencia, ingreso en El Carmelo, enfermedad...

    Después, del once al veintidos, se sale del tema y expone un tratado de oración mental, comparando ésta con un huerto (el alma) en el que el dueño (Dios) ha quitado las malas hierbas y plantado buenas semillas. Encarga al hortelano que lo riegue para que de flores y frutos (virtudes). Hay cuatro formas de riego.
-1ª sacando agua del pozo con cubos. Es muy trabajoso y con poco aprovechamiento, porque además el pozo puede estar seco. Es la meditación.
  -2ª mediante una noria, con "asnillos"que dando vueltas sacan el agua. El trabajo es menor y mayor el rendimiento. Es la quietud, oración contemplativa.
-3ª mediante acequias que conducen el agua de un manantial o de un río. El hortelano sólo tiene que conducirla. Es la oración de unión.
-4ª a través del agua de lluvia. No exige esfuerzo y es la más provechosa. Aquí sólo es el gozo. Son los arrobamientos.
Con ellos se refiere la Santa a los distintos grados de oración. En el último es Dios quien se da al alma: la unión íntima. Ésta sólo tiene que abandonarse y ponerse en las manos del Creador. Él lo hace todo: es el éxtasis.

    Del treinta y dos al treinta y seis, narra la fundación del monasterio de San José, de Ávila. En el treinta y dos cuenta una experiencia del infierno que le hace sentir el Señor. Es tan exacerbado el dolor corporal y espiritual que siente que la mueve a cambiar definitivamente su vida y dedicarla exclusivamente a Dios. Recibe la orden de fundar un monasterio donde se viva de acuerdo con la primitiva regla de la Orden. Con ayuda de su amiga Doña Guiomar de Ulloa emprende la fundación que lleva aparejados muchos trabajos y sinsabores pues cuentan con la oposición de compañeras, confesores, letrados, tomándolas por visionarias y dementes que escandalizan al pueblo. Finalmente, pese a todos, se cambian los ánimos y logran su propósito.

    Estilo. No se puede separar el estilo de la vida. Escribe como habla.
Se caracteriza por una sensibilidad imaginativa y afectiva. Su espiritualidad es realista y amorosa. Es de destacar la frescura, la espontaneidad y la naturalidad. Emplea adjetivaciones y descripciones sensoriales. Utiliza aumentativos de sabor popular y diminutivos cariñosos. En todos sus escritos son frecuentes las paradojas, elipsis, hipérbaton, hipérbole, polisíndeton, los anacolutos o desajustes gramaticales, expresiones amorosas exclamativas o interrogativas con el fin de realzar y dar más expresividad. Doctrina y estilo literario se acompañan. "Todo es una noche en una mala posada".

El resto de los capítulos los dedica a contar sus experiencias místicas. Es algo tan difícil "que no sé cómo diré"; tiene que recurrir a metáforas como el fuego, el agua de un manantial, la lluvia y un sin fin de comparaciones de la vida cotidiana para hacer comprensible algo que si no se ha tenido la experiencia es difícil de imaginar. Por eso emplea muchas veces "paréceme", y alude a su experiencia de continuo. Se inspira en Las Confesines de San Agustín y, en cuanto a la oración, sigue la doctrina del maestro Francisco de Osuna.

En vida de la Santa no se publicó su obra. El Libro de la Vida estuvo secuestrado por la Inquisición durante doce años, recuperándolo Sor Ana de Jesús. En 1588, después de su muerte, Fray Luis de León hace la 1ª edición en Salamanca. Consta de una carta prólogo dirigida a Fray García de Toledo y otra carta que escribe con el envío del libro, en el que va su alma. Fray Domingo Daza, como censor escribe un documento en el que dice que no se ha encontrado nada que vaya en contra de la doctrina de la Iglesia pero que por hablar de revelaciones y visiones no podía leerlo cualquier persona pues, aunque se veía que no había intención de engañar bien podía ser un engaño del demonio. Fray Luis de León no la incluye en la publicación.

    El libro que he leído es una edición de 1986, hecha en Madrid, del Padre carmelita holandés Otger Steggink. Consta de una introducción en la que hace un estudio de la vida y obra de Teresa de Jesús. Acompaña grabados en blanco y negro de cuadros de la santa, imágenes de algunos monasterios de la fundación y, lo más curioso, la portada de la primera edición del libro. hay además una copiosa bibliografía y un léxico teresiano. Incluye además el texto de Daza.

   Felipe II se hizo con el original, guardándose en la Biblioteca de San Lorenzo De El Escorial, en lugar preeminente, como pieza de mucho valor.

     

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