sábado, 1 de marzo de 2014

Cafés Orús - Ágora

    Un grupo de alumnos de la Universidad Popular realizamos una interesante visita a las instalaciones que Cafés Orús - Ágora tiene en el polígono industrial El Portazgo, en el término municipal de Utebo.

    A las 10 de la mañana llegó el grupo, siendo recibidos por Dn. José María Marco, responsable de la factoría, quien, amablemente, nos fue guiando en la visita y explicándonos todo lo concerniente a la empresa y al mundo del café.

    El hall está decorado con antiguas fotografías y reproducciones de cuadros de Miró, no faltando modelos de cafeteras que encontramos con profusión colocadas por todos los lugares. Realmente, hay una buena colección de las mismas.

    Primeramente nos habló de la historia de la empresa que se remonta a 1902, con una tienda de coloniales en el casco viejo de la ciudad, próxima al Mercado Central. Allí, además de vender los productos de Ultramar, se tostaba el café, procedente de los países de América. Por los años 30 se traslada a otro barrio y empieza a utilizarse la electricidad para el tostado. En 1979 se traslada a su actual emplazamiento. En 1981, con la liberación del café, esta industria adquiere mayor auge. En la actualidad realiza el proceso de compra -que se realiza en Bolsa y en función de la cosecha venidera-. Llegan los cargamentos que son examinados antes de desembarcar y, si reúnen las condiciones requeridas, se transportan en sacos de 60 ó 70 Kgs para su almacenaje, tostado, empaquetado y distribución. Es un mercado que mueve mucho dinero -más que el oro y el petróleo-, siendo la principal fuente de ingreso de muchos países. Después del agua es la bebida más consumida en el mundo.

    Esta empresa se ha implicado con el deporte aragonés, la cultura y la enseñanza de los alumnos de Hostelería. Ha recibido diversos premios por su trayectoria y buen hacer.

    Después de estas explicaciones, provistos de batas blancas desechables, pasamos a la nave donde se encuentran almacenados los sacos de café verde y las correspondientes máquinas en las que se realiza el tostado, y molido, pasando al envasado. Hay también una máquina para el descafeinado y otra para el torrefacto. El zumbido de las máquinas debe resultar bastante molesto para los trabajadores que tienen que soportarlo durante muchas horas.

    Siguiendo con el recorrido subimos a la planta superior en la que vimos zonas con cómodos muebles . La decoración siempre está relacionada con el café. Pudimos admirar gran número de utensilios antiguos y modernos, algunos exóticos, de variada procedencia tales como molinillos, arcaicas tostadoras de café  caseras y las consabidas cafeteras de los más variados estilos.

    En una sala de audiovisuales nos proyectaron un documental, realizado por un catalán que dio la vuelta al mundo en un velero, visitando plantaciones en los distintos países productores de café.

    El café proviene de Etiopía. El cafeto es un arbusto de hoja perenne que se cultiva en regiones tropicales y subtropicales. La mayor parte son plantaciones familiares. Necesitan mucha mano de obra y tiene escasa mecanización para el cultivo. Se hacen semilleros y cuando las plantas adquieren un determinado desarrollo son trasplantadas. A los tres años empiezan a dar cosecha, alcanzando la producción máxima a los seis u ocho años, pudiendo durar varias décadas.

    Hay dos especies: la arábica y la robusta. La arábica necesita terrenos más frescos, cultivándose en la montaña, de 900 a 1200 metros de altitud. Es la de mejor calidad. La robusta se cultiva en el llano y se utiliza para mezclas o solubles. Hay infinidad de variedades de cada una. El cafeto puede cultivarse solo o "en sombra", junto con otros árboles, para evitar el exceso de sol, Es una forma de cultivo más ecológica.
Este arbusto produce a la vez flores, frutos verdes y maduros.

    El cafeto produce las cerezas de café. En su interior están las semillas que se hallan recubiertas de una capa apergaminada y una transparente o mucílago. La recolección debe hacerse manualmente, con cuidado de no dañar las yemas. En cuanto se recogen los frutos se procede al beneficiado que consiste en eliminar la pulpa. Puede hacerse mediante el secado al sol o bien por medio de agua, pasando después a unas máquinas para el descascarillado y secado, dando lugar al grano verde. Se procede después al clasificado y eliminación de impurezas y granos defectuosos. Se almacenan en sacos que transpiren. Es conveniente dejarlo envejecer, al menos un año.

    Para que el café desarrolle todos sus aromas es necesario el tostado, cambiando el grano de color y de tamaño. Una vez tostado se puede envasar en grano o bien hacer la molienda que ha de estar adaptada al método de preparación de la bebida. Ha de ser envasado al vacío y una vez abierto el paquete debe ser guardado en un recipiente hermético. Para las máquinas de café es mejor molerlo en el acto para que no pierda sus aromas. El torrefacto es un tostado con azúcar que le da un color más negro y brillante.

    El café contiene cafeína que es un estimulante. Se han escrito muchas cosas acerca del café y sus efectos con relación con la salud, muchos sin fundamento científico. De todas formas hay métodos para eliminar gran parte de la cafeína y obtener productos descafeinados.

    En otra sala hicimos una cata con café arábica y robusta. A casi todos nos gustó más el arábica. Allí pudimos ver granos de distintas procedencias: Guatemala, Nicaragua, Colombia, Brasil, Tanzania, Vietnam y otras.Se mezclan porque cada uno tiene tiene distintas características y es labor del cafetero conseguir la mezcla que mejor responda al gusto del cliente.

    Por último, pasamos a degustar el producto y Sergio nos enseñó todo lo que hay que tener en cuenta a la hora de preparar un buen café y no es lo menos importante la limpieza de la máquina, así como la calidad del agua y del café -por supuesto-, con el punto correcto de la molienda. Nos preparó el clásico café solo, capuchino, irlandés, americano, carajillo y un cóctel con licor de maracuyá.

    El café es la bebida socializadora por excelencia: en las sobremesas, a media mañana, en reuniones con amigos... Simplemente la conversación se hace más fluida frente a una taza de café.

    En la despedida fuimos gratamente sorprendidos con una bolsa que contenía unos paquetes de sus productos y un botecito de cristal con grano verde, como recuerdo de la visita. Regresamos contentos por lo instructivo de la misma y por la amabilidad y paciencia que derrocharon con el grupo. Nuestro agradecimiento por todo.. 

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