miércoles, 15 de junio de 2016

Rosa Chacel. Barrio de Maravillas

    Rosa chacel nace en Valladolid en 1898 y muere en Madrid en 1994.
Nacida en una familia liberal, creció en un ambiente que le permitió desarrollar una personalidad independiente. Sobrina-nieta de Zorrilla, circunstancia que marcará sus aficiones literarias, ya desde pequeña.
 Por su delicada salud no pudo asistir a la escuela, siendo educada en su casa por su propia madre, que era maestra. En 1908 la familia se traslada a Madrid a vivir, cerca de su abuela materna, en el barrio de Maravillas. A los 11 años se matricula en la Escuela de Artes y Oficios y de allí pasa a la Escuela del Hogar Profesional de la Mujer.
En 1915 se matricula en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, con el fin de estudiar escultura, estudios que abandonará a los tres años. Allí conoce al pintor Timoteo Pérz Rubio, quien después sería su esposo, y a Don Ramón María del Valle Inclán.
Comienza a frecuentar tertulias de debate como la cafetería Granja del Henar, Botillería del Pombo y el Ateneo, donde da su primera conferencia, titulada "La mujer y sus posibilidades". Empieza a colaborar en publicaciones, como la revista "Ultra" y conoce a Ortega y Gaset, Unamuno, Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez y otros intelectuales del momento.
A su marido le dan una beca para estudiar pintura en Roma y se trasladan a la Ciudad Eterna. Conseguir esto no fue fácil pues sólo era para solteros. Después de llamar a muchas puertas, incluso apelando a las más altas esferas, consiguen poder ir el matrimonio.
En 1927 regresan a España y retoma su faceta literaria, colaborando en La revista de Occidente, en la que publica dos relatos. Por esta época publica su primera novela Estación, ida y vuelta. Escribe la biografía de Teresa, la amante de Espronceda, publicada en Buenos Aires.
Durante la II República colabora con la izquierda y trabaja como enfermera. Su marido fue el responsable de la evacuación de los cuadros del Museo del Prado, primero a Valencia, luego a Barcelona y, por último a Suiza.
Perdida la guerra se traslada a París, después a Grecia y, por fin, se reúne la familia en Brasil. Quiere que su hijo Carlos reciba la educación en español por lo que la madre se traslada con el hijo a Argentina durante un tiempo.
Consigue una beca para la Fundación Guggenhein, trasladándose a Nueva York, donde hace amistad con Victoria Kent.
En 1960 viaja a España pero hasta 1973, al concederle una beca de la Fundación Juan March no se instala en su patria. Es en  1977, cuando muere su marido, el momento en que se quedará a vivir en Madrid de forma definitiva.
Con la llegada de la democracia se empieza a valorar la obra de Rosa Chacel. Se publican La confesión, Saturnal, Sobre el piélago, Ofrenda a una virgen loca...Publica también cuentos infantiles como Balaam.
Sus restos reposan en el cementerio de Valladolid, cerca de su ilustre antepasado.

    Aunque tarde le llegó el reconocimiento otorgándole numerosos premios: Premio de la Crítica. Doctora Honoris Causa  por la Universidad de Valladolid, Premio Nacional de las Letras, Premio de Castilla y León de las Artes, Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes...

    En la clase de Mujer y Literatura hemos leído su obra Barrio de Maravillas..
Es una novela que tiene mucho de autobiografía.  Es la primera de la trilogía: Barrio de Maravillas , Acrópolis y Ciencias Naturales.
Comprende desde 1908, primer Centenario de la Guerra de la Independencia, hasta 1914, estallido de la I Guerra Mundial.
Los personajes principales son:
Elena, que vive con sus padres y la abuela en la calle San Vicente, esquina a San Andrés. Es una niña muy independiente, que todo lo sabe y a toso se atreve.
Isabel, amiga de Elena, pertenece a otra clase social. Es hija de Antonia, madre soltera y vive en la buhardilla. Esto no es óbice para la amistad de las niñas.
En otro piso viven la Señorita Laura, que regenta un colegio de Señoritas. Con ella vive su joven hermana Piedita, sumisa a su hermana que ha sido para ella como una madre.
También forman parte de esta familia  Manuel, el hermano y su hijo Ramón , que viven en Zamora. Magdalena,, después de una grave enfermedad, fallece por lo que el hermano y el sobrino se instalan en la casa.
En la planta baja está la farmacia regentada por Don Luis y su hijo, un joven enamorado de Isabel. Allí acuden los vecinos cuando necesitan "litines" o sus píldoras.
Felisa es amiga de Elena e Isabel. Van a su casa porque su padre tiene discos que compra en almonedas. La madre de Felisa, al igual que Antonia, es tímida, casi invisible.
Ariadna es la madre de Elena. Ha sido cantante y ahora da clases de piano. Lleva ese hermoso nombre en recuerdo a una obra musical que escribía su padre.
El padre de Elena es funcionario y ejerce mucha influencia en su hija.
El barrio es un personaje más. Está habitado por vinateros, hojalateros, zapateros remendones, lecheros, farolero, bohemios con capa española y sombrero haldudo, figuras populares que animan el espacio, imprimiéndole una fisonomía inconfundible. El paisaje humano se completa con los escenarios físicos, la casa, la farmacia, la lechería, la huevería-pollería, la tienda de ultramarinos, las tabernas, el colegio de Señoritas, la pensión para huéspedes de la militara.
En este barrio vivió Rosa Chacel al final de ese mundo mágico que es la infancia.

    Son muchos los temas que se tratan en la novela: el paso de la niñez a la adolescencia, la amistad, la muerte, las clases sociales, las fiestas, el miedo...
Dentro de la novela se narran acontecimientos que alteran el tranquilo pulso del barrio como el incendio del cine Noviciado, el asesinato del Jefe del Gobierno y, por último el estallido de la I Guerra Mundial.
Son también importantes las visitas al Museo del Prado para ver los "carreños", las fiestas de Carnaval, los paseos por El Retiro, Casa de Campo, los tranvías, los troles, el cine...
Los sentidos son relevantes. La luz, las flores, la hierba... Los sonidos, la música, siempre presente, el sonido del barrio. (los vendedores de periódicos)...Los aromas de las especias, la comida, los perfumes...El tacto de la porcelana, las sedas, los "marquesitos"...El sabor a hierro de las agujas de tricotar o del ganchillo, el sabor del agua de las fuentes...

    Es una obra madura, de introspección, penetra en el subconsciente y hurga hasta lo inverosímil en los sentimientos más profundos, haciéndose las preguntas del cómo y por qué. Profundiza en el conocimiento del yo y de las cosas "el ser por ser".
Narrada casi toda en primera persona , en unos largos monólogos de los personajes que ahondan en sus percepciones de la vida. Raras veces utiliza la tercera persona.
Es difícil su lectura, hay que leer despacio porque es muy reflexivo. Parece que juega con el lenguaje, las palabras, empleándolas, a veces, con distintos significados. Hace malabarismos.
Expresa la realidad social de la vida en un barrio corriente de Madrid de primeros del  siglo XX, en el Casco Histórico de la ciudad con la Plaza del Dos de Mayo y las calles adyacentes: La Palma, San Vicente, San Andrés, Espíritu Santo, calles estrechas que van a desembocar por el oeste a la anchurosa calle de San Bernardo.

    Es una novela de madurez en la que la autora vuelve a su infancia haciendo resucitar la memoria de aquellos años que nos marcan en la vida: el paso de la niñez a la adolescencia. Como lo vivimos o como lo recordamos.  .

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