domingo, 13 de septiembre de 2020

El Embajador

    Este curso como no vamos a tener actividades programadas, fuera de casa, los mayores, podemos dedicar a la lectura todo ese tiempo que va a ser abundante y dedicarlo a todos esos libros que tenemos por casa y que no hemos podido leer en su momento. Ahora podemos dedicarles nuestro tiempo y de paso combatir la soledad que nos espera.   

    Hoy toca El Embajador, de Morris West. Aunque el autor sitúa su obra en un acontecimiento histórico ya nos advierte, al comienzo del libro, que todos los personajes son ficticios, producto de la imaginación

    La obra fue publicada en 1965 y sitúa la acción en el Vietnam del Sur, concretamente, en Saigón, su capital, hoy Ho Chi Min. Es la guerra contra la guerrilla del Vietcong, liderada por Ho Chi Min. Los Estados Unidos luchan también apoyando al Vietnam del Sur, último bastión de Asia contra el comunismo que imperaba en China, ayudando al Viet Cong. Los demás países fronterizos se declaran neutrales pero, a través de sus fronteras, permiten el contrabando de armas y hombres. Francia, antigua potencia colonizadora, también juega un papel importante pues  le interesa económicamente.  Estados Unidos sabe que es una guerra que no pueden ganar pero ayudan con dinero, armas y hombres que adiestran a los soldados nativos. También tienen que luchar y son muchos los soldados que mueren en el delta del Mekong o en la jungla. 

    Maxwell Gordon Amberley es el embajador de los Estados Unidos en el Vietnam del Sur. Antes había estado en el Japón, un país en paz, sin mucho trabajo en la cancillería. Entra en contacto con un monje budista, Musó Soseki, que le introduce en la meditación. Es requerido para ocupar el puesto de representante de su país en Vietnam del Sur, un pueblo en guerra, gobernado por Cung, un mandarín católico, soltero y solitario, que gobierna a espaldas del pueblo. A pesar de todo, el país va progresando poco a poco en su economía, gracias a la ayuda externa. Algunos generales descontentos intrigan y quieren derrocarlo, pero necesitan el apoyo económico y logístico de los Estados Unidos. El Embajador tiene que dar el santo y seña para que se ponga en marcha el complot. Pero ¿tiene derecho a intervenir en los asuntos internos de oto país?. El Embajador en una conferencia con el personal americano, pide la opinión sobre el tema. Todos están de acuerdo en la intervención, excepto Mel Adams que opina que ningún país extranjero tiene derecho a decidir el futuro de otro; allí están como invitados y pide se acepte su renuncia si el Embajador autoriza la sublevación. Maxwell, en un brindis, autoriza el complot de los generales pero con la condición de que se respete la vida de Cung y de su Gabinete. Esto no se cumple y el Presidente muere asesinado. Después del derrocamiento, el Gobierno del general Kieht resulta ser peor que el anterior y con más divisiones.

    La novela consta de doce capítulos en los cuales se van desgranando todos los acontecimientos narrados en la misma. Empieza y termina en el Japón, con el monje budista, por lo tanto su estructura es circular.

    Los temas que tratan  son las relaciones internacionales, muchas veces rayando en la hipocresía. También están presentes los tejemanejes de los Servicios Secretos que, faltos de moralidad, no buscan más que los resultados políticos aunque para ello tengan que mentir y cometer actos reprobables. "La conciencia es un lujo que no se puede permitir", es una frase de Harry Yaffa, jefe del CIA en esta parte del planeta. También se hace notar la ignorancia de Occidente sobre la filosofía oriental, su forma de ver la vida,  frente al individualismo occidental. Ésto hace que lo que es bueno y plausible en un lugar no sea lo adecuado en otra parte del mundo. El Embajador tiene que  negociar y, a veces, hacer caso omiso de la moral, buscando los resultados que se esperan de él. Los sentimientos humanos muchas veces no tienen cabida en estos negocios políticos. La soledad, la indecisión, la vacuidad están presentes en los personajes.

    La novela está escrita en primera persona. Es el Embajador quien, a manera de memorias, nos va narrando todos los acontecimientos. Max, después de un matrimonio afortunado con Gabrielle, ha enviudado y se siente muy solo. Es de mediana edad. Se siente atraído por Anne Beldon, su secretaria, también viuda pero no cuaja ese amor que ambos se profesan. Nos descubre sus dudas, indecisiones, su vacuidad, algo que tiene que ocultar porque allí es el representante de un gran país. 

    El tiempo de la novela transcurre durante la guerra del Vietnam en la que murieron muchos vietnamitas pero también gran número de soldados americanos y todo el pueblo contribuyó con sus impuestos en la ayuda a una guerra que sabían que no podían ganar. El tiempo que emplea el narrador, en general, es lineal, recurriendo alguna vez a recuerdos, sobre todo, de su matrimonio. Comprende unos meses mientras se prepara el derrocamiento del Presidente y después espera un año, un tiempo prudencial para que la responsabilidad por todos estos actos no recaiga sobre su país. Después deja el cargo y vuelve al Japón para visitar a su maestro.

    El monje, al principio le había propuesto un cuento sobre un cuclillo que no cantaba y le había formulado una pregunta para la cual entonces no conocía la respuesta.La pregunta era ¿qué haría cuando le pidieran que matara al cuclillo? . Al final entiende el cuento y responde que lo ha matado. No ha sido con sus manos pero al autorizar el derrocamiento del Gobierno se ha hecho responsable de todas sus consecuencias. Va buscando el perdón y el maestro le cuenta su propia historia. Cuando se perdone a sí mismo empezará a ver la luz.

    Después de haber leído otras novelas del autor como Las sandalias del pescador, El abogado del diablo, La salamandra, etc vemos que ésta no alcanza el nivel de aquellas. Un escritor que ha tenido grandes éxitos es difícil que otras obras vayan a superarlas. No obstante me ha entretenido y he aprendido mucho sobre las relaciones internacionales, algo tan difícil, donde se espera que las personas  se comporten como seres intachables  pero son humanas y cometen errores. Casi todos los personajes importantes, a excepción de Cung, son americanos. Se echa en falta la visión de algún vietnamita de más calado que nos introdujese en la vida diaria, los problemas, las creencias, las ilusiones y esperanzas del pueblo llano, al que pocas veces se tiene en cuenta a la hora de las grandes decisiones. Me han gustado los diálogos con el monje, hay algunas frases muy buenas. En fin, creo que, sin esperar mucho se puede recomendar. 

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