Dentro de los actos festivos organizados para celebrar la fiesta mayor de Zaragoza, la Virgen del Pilar, hay algunos sobradamente conocidos en toda la geografía patria por hacerse eco de los mismos las distintas cadenas de televisión y ser noticia en la radio y en los periódicos, no sólo de la región si no a nivel nacional.
Entre éstos está la famosa Ofrenda de flores, que tiene lugar el día de la Patrona.
Empieza con el alba, a las 7,30 de la mañana y termina con las últimas luces del día.
Es una procesión interminable de grupos pertenecientes a Asociaciones culturales, Instituciones, Casas regionales y personas que, de forma privada, acuden con sus ramos a ofrecerlos a la Virgen.
En la Plaza del Pilar se monta un monumento en lo alto del cual se coloca la imagen de la Virgen y debajo un armazón que se va cubriendo con flores, formando un grandioso manto de varios pisos. En este entablamento se sitúan unos cuantos voluntarios que reciben las flores y las van colocando hasta completar todo el tinglado. La imagen lleva el manto que cubre la Columna formado por claveles blancos con la cruz en rojo. Este año también se forma la bandera de Nicaragua por ser el país hispano invitado.
Hay flores variadas: claveles, gladiolos, crisantemos, margaritas,.... Unos portan ramos, otros cestas o distintos arreglos florales, algunos con escudos, en fin, hay para todos los gustos.
Las comparsas salen de la Plaza de Aragón, recorren el Paseo de la Independencia, Plaza de España, Coso, internándose en la calle Alfonso I para desembocar en la Plaza del Pilar.
Es muy colorista pues los oferentes van vestidos con los trajes regionales, que se guardan para estas ocasiones. Se ven trajes de aldeanos y también los de fiesta. Es muy vistoso, por ejemplo el traje de las ansotanas. Hasta los niños de pecho que van en brazos de sus madres o en cochecitos de paseo van vestidos de baturros.
El traje masculino consta de camisa blanca, chaleco, calzón corto, medias blancas y alpargatas de suela de esparto atadas con cintas. No hay que olvidar la gran faja que cubre gran parte del abdomen y, por supuesto, el cachirulo - pañuelo de cuadritos que el aragonés se ata a la cabeza de forma original.
El traje de la mujer es más complicado ya que consta de "pololo" o calzón corto, rematado con puntillas sobre el que se colocan varias enaguas blancas y falda o faldas -que pueden ser más de una- , con un delantal artístico , adornado con vainicas y encajes. De cintura para arriba va cubierta con camisa blanca y chambra y sobre ellas el pañolón bordado, hábilmente colocado sobre los hombros, dejando ver el escote, Se adorna con largos pendientes y gargantilla al cuello. En la cabeza el clásico moño adornado con lazo de terciopelo negro. Completan el vestuario las medias de perlé blanco, con dibujos calados y las alpargatas, o bien, si es traje de fiesta, los zapatos negros.
Éste es el traje más frecuente pero después cada zona tiene sus particularidades, sobre todo los valles pirenaicos que por haber permanecido mucho tiempo aislados, han tenido menos contacto con otros lugares y han conservado sus características peculiares lo mismo en la vestimenta que en las costumbres y el habla.
En cuanto a las Casas regionales y los grupos de otros países -sobre todo hispanos- que participan en el acto, cada cual lleva el traje típico de su patria chica. Así vemos trajes de faralaes, de valencianos, de gallegos, asturianos, sorianos, mejicanos, peruanos, dominicanos, y ...etc, etc lo que da colorido y vistosidad al desfile. Son muchas las personas que presencian el acto a lo largo de la carrera.
Este año, según noticias, han sido alrededor de 500.000 personas las que se han acercado hasta la Virgen con su ofrenda, habiéndose colocado 8 millones de flores.
Es menos conocida del público la Ofrenda de frutos que tiene lugar el día 13, por la mañana, y que es de justicia resaltar ya que es un acto solidario de ayuda a los más desfavorecidos.
Este año han participado 72 grupos y se han recogido 8.000 kilos de alimentos.
Al igual que en la Ofrenda de flores los participantes se acercan con sus trajes típicos hasta la Basílica llevando alimentos que pueden ser productos de la huerta, frutas, aceite, pan , arroz, vino. café, dulces, embutidos...cada cual lo que se produce en su comarca.
Estos grupos pertenecen a asociaciones de pueblos de la región, empresas comerciales, casas regionales o de otros países y, siempre cerrando la comitiva, un carro lleno de productos que aportan los puestos del Mercado Central.
Cada grupo va pasando con sus cestos cargados de los diversos productos alimenticios, haciendo paradas en las que obsequian al público que presencia la comitiva con cantos o bailes del folklore de su tierra. Resulta también muy colorista y son muy aplaudidos.
Los grupos van llegando hasta el Pilar, entran en la Basílica pasando por delante de la Virgen para salir por la puerta que da al Ebro entregando su ofrenda a los voluntarios que van cargando furgonetas y transportándolas hasta la Hermandad del Refugio. Allí se distribuyen también a otros centros - comedores sociales de la ciudad- los cuales, hoy más que nunca son necesarios para dar de comer a tantas personas que, por efecto de la crisis, se ven obligadas a acudir a ellos.
El día 13, al atardecer, tiene lugar el famosísimo Rosario de Cristal. Con una antigüedad de 125 años procesionan 30 carrozas y numerosísimos faroles. Todos están fabricados en cristal y de ahí su nombre. Hay carrozas muy famosas como la que representa la Basílica o la de la Hispanidad que es una carabela.
Están los misterios gloriosos, gozosos, dolorosos y luminosos. Este año se ha incorporado en la procesión la Virgen del Rosario de Tauste. Cada misterio consta de una carroza alusiva al misterio que representa y los cofrades portan los faroles del Padrenuestro, Avemarías y Gloria. Salen también los faroles de las Letanías y el Ángelus. Los asistentes van cantando las distintas oraciones que también son emitidas por altavoces para que el público pueda seguir el rezo. Los que acompañan a la procesión llevan trajes regionales de fiesta, las mujeres con mantilla de blonda o de terciopelo.
Es un acto impresionante, seguido por mucho público que acompaña en el rezo de los 40 misterios. Tiene una larga duración pero merece la pena presenciarlo, si no todos los años, al menos una vez en la vida. Es emocionante y, sin ninguna duda, inolvidable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario