En el convento de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, visitamos diversas dependencias y pudimos contemplar varios cuadros de la Madre Rafols alusivos a su trabajo durante los Sitios: recogiendo heridos, saliendo al campo enemigo para solicitar socorros, etc
Lo más importante en la casa, lo que las Hermanas tienen en más estima es un pequeño museo que contiene recuerdos de los fundadores. Allí vemos numerosos ramos de flores de tela, obra de la beata; Niños-Jesús cuyos vestidos fueron confeccionados y bordados por la Madre,; piezas de loza con el anagrama del hospital de Santa María de Gracia; instrumental quirúrgico utilizado con los heridos; el famoso cántaro milagroso que, a pesar de tener cortado el suministro de agua siempre estaba lleno para calmar la sed; documentos escritos de la fundación y del traslado de los restos; fotografías de la antigua ubicación de las tumbas, etc, etc...
Debajo de esta salita de techos bajos se encuentra la celda donde dormía la Madre Rafolx, con un ventanuco que comunicaba con la Inclusa desde donde vigilaba a los pequeños expósitos que estaban con las nodrizas. El mobiliario de esta pieza es muy simple: una cama de hierro, una mesita, dos sillas de enea, un lavabo, un baúl, unos sencillos cuadros religiosos y un crucifijo presidiendo la escena.Podemos ver en el pequeño museo una casulla confeccionada con telas de uniformes franceses (en tiempo de escasez todo se recicla), Encontramos también otra vestidura talar de monaguillo hecha con una sotana del Padre Bonal. Por lo que vimos no se tiraba nada. Esta parte baja está destinada especialmente a recuerdos del Padre. Allí está su biblioteca, un armario cerrado que contiene los libros que poseía. También está colocado un hermoso belén que perteneció a la familia Bonal.
Se conserva, igualmente una piedra de la puerta del Carmen.
En la actualidad el convento es un centro de formación de novicias que después serán destinadas a cualquier lugar del globo ya que tienen casas repartidas por toda la geografía.
Como punto final de la Ruta visitamos la iglesia y la cripta del hospital Nuestra Señora de Gracia en la que reposaron los restos de algunas de las heroína.
La iglesia es de una nave con una cúpula con relieves en las pechinas.En el retablo del altar mayor hay una pintura de la Virgen con el Niño, rodeada de santos. En las paredes y altares menores cuadros de María Magdalena, Virgen de los Dolores, San Juan Bautista, Cristo Crucificado, todos barrocos y muy oscurecidos. En la parte superior hay un órgano y, a los lados, celosías desde las que oirían misa las hermanas y algunos enfermos.
La cripta es muy austera. Se pueden ver los niños ocupados por los restos mortales de las hermanas que murieron durante los Sitios, están sus nombres y sus edades, comprobando que todas eran muy jóvenes. Durante esta época fueron muchas las monjas que murieron, por los destrozos de la guerra algunas y, las más, contagiadas por los mismos enfermos a los que cuidaban.
Se encuentran los niños vacíos en los que reposaban las heroínas que fueron trasladadas a la capilla del Portillo y la Madre Rafols y el Padre Bonal a la iglesia de Santa Ana.
Resultó una visita muy interesante y sirvió como recordatorio de la historia que, aunque fue escrita con sangre hace más de dos siglos, permanece en la memoria de todos los aragoneses. Todos los años, al comienzo de las fiestas pilaristas tiene lugar, junto al monumento de la plaza del Portillo, un homenaje a las Heroínas consistente en una representación, con trajes de época de aquellos sucesos.
A este acto acuden muchos zaragozanos y resulta muy interesante contemplar el espectáculo. Lo organiza la Asociación Cultural los Sitios.
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