viernes, 13 de noviembre de 2015

Zaragoza en tiempos de Don Quijote

    El punto de encuentro es el monasterio de Santo Domingo, en la calle Echegaray y Caballero, lindando con el Ebro por el norte y muy próximo a la puerta medieval de Sancho. Por esta puerta entraban en la ciudad todos los viajeros que venían  por poniente.

    El monasterio es de estilo gótico-mudéjar. Construido en el siglo XIV, bajo el reinado de Jaime I, encargada su obra a la ilustre familia de alarifes los Bellito, que ya habían trabajado en la construcción de La Aljafería.
Está construido con ladrillo, yeso y madera, como la mayoría de los edificios mudéjares, ya que eran estos materiales los más abundantes y, por lo tanto, más baratos en el valle del Ebro donde escasea la piedra. Tiene la entrada actualmente  mirando al Ebro.
Este monasterio, como muchos edificios nobles de la ciudad sufrió los efectos devastadores de la guerra de la Independencia y quedó muy dañado. En la actualidad sólo se conserva el refectorio, las cillas y la iglesia, hoy perteneciente al Asilo del Amparo.

    El refectorio es una amplia sala formada por dos naves góticas, separadas por cuatro columnas, formando cinco bóvedas de crucería. Actualmente está sala está destinada a biblioteca.
Por una estrecha escalera cubierta por bóvedas de ladrillo con arcos apuntados formados por hileras de réjolas que se van aproximando a medida que se eleva el arco, se pasa a una sala, también de ladrillo pero formando arcos de medio punto. Unas pocas escaleras más y se accede a una sala de arcos y bóvedas ojivales: las cillas del monasterio.Presentan unos huecos por donde los monjes descargarían directamente los sacos de grano, harina y otros productos para proveer la cocina conventual. Hoy es una sala de reuniones para grupos de vecinos y asociaciones que lo solicitan.
Actualmente este edificio alberga la Biblioteca del Agua y Medio Ambiente, institución dependiente del Ayuntamiento y modélica en su género. Pese a los recortes presupuestarios, día a día va aumentando sus fondos. Aquí se puede encontrar información de cualquier tema relacionado con el Medio Ambiente. Sirve también de Biblioteca de barrio para la zona de San Pablo.

    Continuamos el recorrido por el Postigo del Ebro. Aquí existía una pequeña puerta por donde los vecinos y, especialmente los aguadores salían al río para abastecerse de agua ya que en esta época no había conducciones como en tiempos de los romanos.Los aguadores iban con sus cántaros por las calles vendiendo el agua que se consumía en las casas. Era un oficio como otros muchos que nos atestiguan los nombres de las calles de cualquier ciudad en su casco antiguo: cereros, curtidores, panaderos, carniceros, cuchilleros...
Muy cerca, en una placita se conserva una casa del siglo XVII, al menos la fachada de ladrillo rojo con una gran puerta de arco de medio punto. Tiene la planta baja, una planta noble y encima otra con una hilera de pequeñas ventanas. Hoy es una casa de vecinos.
Por estrechas callejas desembocamos en la de Predicadores, llamada así por el convento de Santo Domingo, de esta Orden. A estos monjes les estuvo encomendada la labor de la Inquisición y aquí estuvo situada su prisión. Era una calle importante pues por ella pasaba el cortejo regio que entraba en la ciudad por la Puerta de Sancho para dirigirse a La Seo.

    En esta calle se construyeron los duques de Villahermosa su palacio.  El título de este ducado data de 1476 cuando Juan II de Aragón se lo concedió a su hijo Alonso de Aragón, hermano de Fernando el Católico.
Es un palacio renacentista de considerables dimensiones. Su fábrica es de ladrillo con puerta de dos hojas, en madera, con herrajes metálicos, enmarcada en piedra, con el escudo de la casa sobre la misma. En la planta baja presenta grandes ventanales con rejas de hierro. En la planta noble vemos una hilera de once balcones, rematados por frontis. Hay otra planta también con balcones más pequeños, también rematados por frontis.Encima hay otra planta con óculos redondos, algunos ciegos. El alero, de madera sin labrar es sencillo y con poco voladizo. La fachada se remata con unas graciosas torrecillas en ambos lados. Estas, están formadas por dos cuerpos separados por una franja limitada por dos hileras con resaltes y vanos en los cuatro lados.

    Terminamos el recorrido en lo que hoy es la Escuela de Música, en la histórica calle de las Armas.
Es una casa-palacio renacentista, de los siglos XV al XVIII. Después de haber sido víctima de las expropiaciones en tiempo de las desamortizaciones, llega al siglo XX en un estado ruinoso y su dueño se encargó de reconstruirla y rehabilitarla. Con estas obras desapareció la escalinata que fue sustituida por una sencilla escalera de madera con barandilla.También desaparecieron los casetones que la cubrían.
Al exterior es un edificio sobrio pero con nobleza. En ladrillo, con una portada en arco de medio punto. Es un edificio de tres plantas, En la planta de calle las ventanas están enrejadas. En la planta noble hay ventanas que, probablemente han sustituido a otras con más solera o a balcones. En el ático presenta una galería de arquillos ligeramente apuntados.El alero, de madera no muy trabajado.
En la puerta el arco de ladrilo se apoya en jambas de piedra. En el interior hay un patio cuadrangular con columnas de alabastro, con tres lados arquitrabados y el cuarto, paralelo a la calle, con arcos un poco apuntados. En este patio hay una entrada a una sala con arcos trilobulados, con decoración mudéjar de ataurique, en yeso. En la planta noble se conserva un salón, dividido en dos con hermosas techumbres de madera policromada y vigas sosteniendo el alfarge mudéjar que está rodeado por  inscripciónes latinas.

    Como la visita tenía como objetivo un pequeño homenaje al Quijote en el cuarto centenario de la publicación de la 2ª parte, en cada uno de los lugares que recorrimos se leyeron pasajes del libro, espero que algunas de las personas participantes del recorrido, se animen a leer la obra cervantina completa en la seguridad de que van a encontrar placer en ello.

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