sábado, 1 de enero de 2011

Año Nuevo

Después de la Noche Vieja, noche de jolgorio con que terminó el viejo año 2010, nos enfrentamos una vez más con la incógnita de un nuevo calendario. ¿Qué nos reservará 2011?

Hoy recibimos la felicitación de todas las personas conocidas con las que nos cruzamos en el ascensor, en la calle... Recibimos muchas llamadas telefónicas, incluso (los tiempos avanzan y las nuevas tecnologías también) e-mails. Todos nos deseamos feliz Año Nuevo.

Es el momento de hacer balances, también de nuestra vida, y reflexionar si el saldo es positivo o negativo. Si estamos satisfechos con la cuenta corriente de nuestros actos o necesitamos hacer algunos ajustes y cambios en nuestra manera de andar por la vida.

Hay muchas esperanzas, muchos anhelos que nos gustaría se vieran cumplidos: que se acabaran las guerras y el hambre en el mundo, que terminara de una vez la terrible crisis económica y que todos tuvieran un trabajo y un salario justo, que todos los niños del mundo tuvieran acceso a la educación en lugar de vivir explotados haciendo trabajos de adultos, y tantas cosas que sería largo enumerar...

Pensamos: eso no está en mis manos, son los gobiernos los que tienen que solucionar esos problemas. Y nosotros ¿no somos responsables? Hagamos examen de conciencia y acaso descubramos que también nosotros, en alguna medida, contribuimos a que las cosas estén como están.

Como queremos todo vaya a mejor, pongamos nuestro granito de arena y arrimemos el hombro para que entre todos podamos cambiar las cosas y construir un mundo más habitable, en definitiva, un mundo más humano donde se pueda vivir en paz y armonía.

Sin dejar atrás los buenos recuerdos del año que ya pasó, demos paso al Año Nuevo que está lleno de nuevos caminos que recorrer y nuevas metas por alcanzar.

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