viernes, 20 de enero de 2012

El Palacio de Larrinaga



Lo mandó construir Miguel Larrinaga, empresario naviero vasco, cuya familia descendía de Mundaka. Miguel vino a estudiar a Zaragoza, donde conoce a Asunción Clavero, natural de Albalate del Arzobispo y de humilde condición. Surge el amor entre los jóvenes, llegando a formar una familia. Se establecen en Liverpool, donde tiene su sede la empresa del marido pero, las raíces tiran, por lo que deciden construir una mansión en Zaragoza, con el fin de fijar aquí su residencia, una vez llegada la jubilación. Compran fincas, en las afueras de Zaragoza, con una superficie de 11 hectáreas, junto a la carretera de Castellón. Allí se hacen construir una lujosa residencia, que fue conocida como "Villa Asunción", lo que hoy se conoce como Palacio de Larrinaga.


Encargó los planos al célebre arquitecto aragonés Félix Navarro. Se empiezan las obras en 1901, pero, sin haberse acabado, fallece, por lo que tiene que terminarlo otro arquitecto. El dueño no repara en gastos, utilizándose los mejores materiales.

El edificio es de planta cuadrada, con una torre en cada esquina. El estilo es historicista, ecléctico, es decir, mezcla de diversos estilos. Todo se ordena alrededor de un patio central, con columnas, como en los palacios renacentistas, cubierto por una linterna, para darle iluminación.

Los materiales empleados son el ladrillo y la piedra de Calatorao. La decoración es suntuosa con cerámica y yeserías. La cerámica está utilizada, sobre todo en las torres, con azulejos policromados, formando dibujos, predominando los colores azul y amarillo. En la parte superior de la fachada hay también un cartel de cerámica, con la representación de la Industria y el Comercio Marítimo.

La parte más monumental es la fachada, con doble galería de arcos: tres rebajados, en la planta baja y nueve, en la superior, todos sostenidos por columnas. En los capiteles de las mismas hay esculpidos motivos alusivos al mar, como quillas de barcos, cargados con frutas, caballitos de mar... Otros motivos de ornamentación son los lemas "Trabajo" y "Cultura". También aparecen aquí y allá conchas marinas. A ambos lados de la entrada se pueden ver tres manos enlazadas, que simbolizan la empresa, formada por tres socios. En la fachada posterior hay una rotonda, que en en un principio, estuvo cubierta por hermosas vidrieras, de las que sólo queda la estrecha franja superior.


El edificio consta de cuatro plantas: un semisótano, con la cocina y dependencias del servicio, dos plantas nobles y, en la parte superior, unos miradores, en las torres y, bajo el tejado, una planta con ventanas abuhardilladas.

Nada más franquear la entrada nos encontramos con un mosaico romano, con motivos del mar. El vestíbulo con columnas, unas blancas y otras de mármol negro, jaspeado. Los suelos son de maderas nobles, taraceadas, traídas de Cuba. En los dos ventanales, quedan las vidrieras originales, con las iniciales entrelazadas de los esposos "M L" y "A C". Fueron encargadas a "La Veneciana".

Los pisos tienen cinco metros de altura. En dos salas de la planta baja las paredes están forradas de madera de caoba, hasta una altura considerable. Encima de las puertas, chimeneas y en paredes, hay trabajos de estuco. Es impresionante la escalera y baranda, también de maderas nobles, que da acceso a la planta superior.


Los primitivos muebles fueron adquiridos en París, en la Exposición Internacional, en 1910. Se han ido vendiendo a anticuarios y, se les ha perdido la pista. Sólo está localizada la mesa del comedor principal. Los muebles, que existen hoy, son de Loscertales. Son magníficos, consolas con mármoles italianos. mesas con notables trabajos de taracea, espejos, lámparas, sillería, etc. Hay también pinturas de vanguardia y varios óleos, sobre bronce.


Por diversas razones, el Palacio no fue nunca ocupado por sus dueños. A su muerte, la finca fue parcelada y vendida. Una fábrica de ascensores compró parte, con la residencia, dedicando ésta a reuniones del Consejo de Administración y a otras funciones similares. Después pasó a manos de los Hermanos Maristas, que lo dedicaron a Colegio y Residencia de los religiosos. También ha servido de Parroquia, del barrio, una de sus salas de la planta superior.


En 1993, fue adquirido por Ibercaja, restaurándolo y dedicándolo a Centro de Documentación, albergando los fondos digitalizados del Archivo de la Corona de Aragón. De la misma forma está el Archivo Histórico Nacional y otros fondos que afectan a la Comunidad de Aragón.

También se guardan en él diversas bibliotecas, que han sido donadas o compradas, como la de Torralba Soriano, de arte moderno, la de Camón Aznar, de arte medieval, del profesor Lacambra, con fondos jurídicos, etc.


Este palacio, al no haber sido habitado, ha dado origen a leyendas románticas, pero que son, sólo eso, leyendas. Se dice que es un monumento homenaje al amor conyugal.

1 comentario:

  1. No se dice nada sobre si este matrimonio tuvo hijos, parece ser que no dado el destino de la casa. No he encontrado ninguna referencia sobre este punto. Si alguien conoce la historia agradecería lo publicase, simple curiosidad. Gracias.

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