viernes, 9 de marzo de 2012

´Visita a la Zaragozana



Visita guiada a la fábrica de cerveza la "Zaragozana"


Esta fábrica es Patrimonio Histórico de Aragón. Fue construida en 1900, empezando a funcionar al año siguiente, pues tuvieron que traer un maestro cervecero de la Alsacia ya que en España no existía personal competente.

Se instaló en unos campos, a las afueras de la ciudad, junto a una acequia, cuya agua servía en la fábrica. En la actualidad, debido al crecimiento de la ciudad, ha quedado encerrada dentro de un barrio populoso. Tanto es así que no ha podido ampliarse, y, las modernas embotelladoras han tenido que instalarse en el barrio de La Cartuja, en el extrarradio, a donde es transportada la cerveza en camiones cisterna.


Las visitas se realizan en grupos, previa solicitud, con la debida antelación. Después de ser amablemente recibidos en la Sala de Degustación, se proyecta un vídeo que nos adelanta lo que después veremos en el recorrido por el interior de las instalaciones. Para entrar hay que equiparse, y, todo el mundo debe ponerse una bata blanca y un gorro, que nos facilitan.

Primeramente, la guía nos explica, amablemente, un poco la historia de la cerveza a través del tiempo. Ya la conocían los sumerios y fue la bebida más común entre los egipcios. Antes, se tomaba en forma de sopa, hecha con unas tortas que se dejaban fermentar en un líquido y después se consumía todo. En España se introdujo con la venida del Emperador Carlos V y sus tropas desde Alemania, en el siglo XVI.


Para fabricar cerveza se necesita; cebada, agua, lúpulo y levaduras. Pueden añadirse otros productos como sémola de trigo o de maíz, para darle sabor, pero los básicos son los cuatro primeros.

La cebada que se emplea es la llamada cervecera, de dos carriles. Se utiliza la cosechada en la zona.

El agua es importante, pues le confiere un sabor especial, de forma que con el mismo proceso, cuando cambia el agua, la cerveza adquiere distinto sabor. Por eso es importante que el agua sea homologada.

El lúpulo es una planta trepadora que adquiere una altura de 4 ó 5 metros y que se cosecha anualmente, cuando las flores están maduras, cortando la planta por el tronco. Después se dejan secar y se aprovechan sólo las flores que no han sido polinizadas. Tienen una substancia, la lupulina, que le da el sabor amargo, y, también actúa como conservante, propiedad descubierta por la monja Ildegarda. En España se cultiva por la zona de León y Galicia.

Las levaduras se emplean para la fermentación, transformando los azúcares en alcohol.


Cuando entra la cebada en la fábrica tiene que pasar por distintas máquinas de cribado, para eliminar las impurezas, aprovechando sólo los granos de un determinado tamaño; los de calibre inferior se desechan, y, junto con otros materiales de deshecho del proceso, se emplearán como pienso para el ganado. Hay que lavar los granos y dejarlos en remojo para que germinen; en este proceso se producen enzimas que después serán necesarias para que actúen, debidamente, las levaduras. Después se procede al malteado, que le da el color a la bebida, más o menos intenso, según el grado de tostado. Ha de eliminarse también el tallo del germinado, pasando por otra máquina. Ya está lista para ser transformada en harina.

La harina tostada pasará a la Sala de Cocidas, donde, mezclada con agua, se le somete a unas temperaturas controladas. Actualmente se lleva a cabo en unos enormes depósitos verticales. Nosotros visitamos una sala con unas calderas enormes de cobre reluciente.

Hay que añadir el lúpulo, calculando las cantidades necesarias. Pudimos tocarlo, desmenuzarlo, ver una sustancia anaranjada y pegajosa e, incluso, comprobar su sabor amargo.

La Sala de Fermentación consta de una serie de depósitos abiertos, con unos tubos que lo rodean por dentro, y que servirán para controlar la temperatura. Aquí se vierte el líquido para su fermentación, agregándole las levaduras. Se forma un líquido espumoso que después será filtrado para eliminar la turbidez. La cerveza sufre también un proceso de esterilizado, para eliminar cualquier gérmen nocivo.-


Terminado el recorrido por la fábrica, pasamos, nuevamente, a la Sala de Degustación, donde nos desprendimos de la bata y el gorro y nos sirvieron, según preferencias, cerveza de las distintas variedades que fabrican, acompañada de un suculento picoteo.

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