sábado, 21 de abril de 2012

El Madrid de los Austrias



Paseo por el Madrid de los Austrias.


A través de la Universidad Popular, los alumnos de las clases de Animación a la lectura disfrutamos de una excursión a Madrid, magníficamente organizada. La mañana la dedicamos a pasear por el Madrid de los Austrias en una visita guiada. Primeramente nos explicaron la historia de Madrid desde su fundación por los árabes, allá por el sigloIX, como fortaleza estratégica.

El Madrid de los Austrias constituye el trazado medieval de la ciudad y la expansión llevada a cabo a partir de los primeros Austrias, sobre todo, a partir de 1561, fecha en que Felipe II la convierte en la capital de España. Este periodo comprende desde 1516, con Carlos I, hasta 1700 con la muerte de Carlos II, último rey de la dinastía.

Los árabes le dieron el nombre de Magerit, que significa abundancia de agua, y es que había en el entorno muchos arroyos y aguas subterráneas para abastecer a la población y regar sus huertas.

La primitiva fortaleza árabe, al igual que Toledo, fue conquistada por Alfonso VI de Castilla.

Antes de ser capital, la urbe constaba de la parte encerrada dentro de la muralla árabe-romana y de los arrabales, fuera de la misma. Al convertirse en capital empezó a crecer de forma vertiginosa, rebasando las murallas que ya habían perdido su función defensiva. Fuera quedaban lugares de recreo como la Casa de Campo, El Pardo y el Buen Retiro.


Comenzamos la visita a partir de la Plaza de Oriente. Pudimos contemplar el Palacio Real, mandado construir por Felipe V, un palacio barroco, a imitación de los grandes palacios franceses. La antigua fortaleza árabe fue remodelada en tiempos de Felipe II pero en 1734 fue pasto de las llamas por lo que el primer Borbón encontró la excusa para construir el nuevo palacio, en los solares del antiguo. Paseamos por los jardines en los que están ubicadas 20 esculturas, "los reyes godos", que estaban destinadas a las balaustradas del Palacio Real. Hay también una magnífica estatua ecuestre en bronce de Felipe IV, con las patas delanteras levantadas. Es obra de Pietro Tacca, sobre bocetos de Velázquez. Como era difícil la estabilidad de la misma, intervino también Galileo Galilei. En el aparcamiento de la plaza se pueden ver los restos de la antigua muralla.


La calle Mayor. Va desde el Real Alcázar hasta Sol. Fue una calle comercial, donde estaban situados los gremios de artículos de lujo. En ella pudimos contemplar el Palacio de Abrantes, o Casa de los Consejos, por celebrarse en ella las reuniones de los miembros del gobierno. Cerca está la casa de la Princesa de Éboli y una placa en el lugar donde fue asesinado Escobedo. También en la calle Mayor hay otro monumento conmemorativo, dedicado a las víctimas que murieron en el atentado contra los reyes Alfonso XIII y Victoria de Battemberg. el día de su boda. En esta calle vimos también la Catedral Castrense y la iglesia de San Nicolás de los Sevitas. con una torre mudéjar.


Plaza de la Villa. Estaba al lado de la muralla cristiana. Podemos apreciar en ella la Casa de la Villa; la Casa y Torre de los Lujanes, famosa porque sirvió de prisión al rey de Franciao I, después de la batalla de Pavía; la Casa de Cisneros, habitada por un familiar del Cardenal, con una fachada plateresca. En el centro hay una estatua, en bronce, de Don Álvaro de Bazán, que tuvo una actuación destacada en Lepanto. Es obra de Mariano Benlliure.


Plaza Mayor. En lo que era la Plaza del Arrabal, se empezó a construir en tiempos de Felipe II, terminándola su hijo Felipe III. Siempre ha sido un centro comercial y de convivencia de los madrileños. Es porticada, con arcos de entrada y, en su interior han tenido, y tienen lugar diferentes eventos. En ella se ubican la Casa de la Panadería, que sirvió de Lonja y la Casa de la Carnicería. En el centro, una estatua ecuestre de Felipe III. La última remodelación es de Juan de Villanueva. En su entorno están los establecimientos públicos más antiguos como la Casa Botín, la Posada del Peine, y, en el Arco de Cuchilleros la Cueva de Luis Candelas, lugar de visita obligada para los turistas.

Por la falta de viviendas, se promulgó la Regalía de Aposento, decreto por el cual los propietarios de casas de más de una planta tenían que albergar en ella a una familia cortesana. De aquí vinieron las "casas de la malicia", ocultación o distintos trucos para que pareciesen más pequeñas de lo que en realidad eran.


En las calles de San Justo y Sacramento podemos admirar casas nobiliarias de los siglos XVI al XVIII. En el solar de la iglesia de los santos Justo y Pastor, incendiada, se construyó la Basílica Pontificia de San Miguel, de fachada convexa, donde está la Nunciatura. También está en esta calle la casa de Iván Vargas, a cuyo servicio estaba San Isidro. Cerca se encuentra el convento del Corpus Christi o de "las carboneras".


Plazas de la Provincia y de Santa Cruz. Aquí está el Palacio de Santa Cruz, en ladrillo rojo y fachada de granito gris, que alberga el Ministerio de Asuntos Exteriores. Hay una copia de la fuente de Orfeo, no colocada en el centro. La escultura original se conserva en el museo Arqueológico.


Calle de Toledo. La calle va desde la puerta de Toledo hasta el puente del mismo nombre sobre el Manzanares. Encontramos aquí la Colegiata de San Isidro, que hizo las veces de catedral. Por aquí pasaba la muralla cristiana con la puerta de la Culebra, desaparecida por los ensanches.


Plaza de la Paja. Llamada así por el tributo, en forma de paja que tenían que pagar los madrileños a la Iglesia. Era un antiguo zoco. Encontramos en ella el palacio de los Lasso de Vega, en el que se alojaron los Reyes Católicos; el palacio de los Vargas; la iglesia de San Andrés; y, sobre todo, la Capilla del Obispo, con fachada plateresca.


Calle de Segovia. Era el antiguo arroyo de San Pedro. Albergó el barrio de la Morería. Encontramos San Pedro el Viejo, con torre mudéjar. Termina en el puente de Segovia.


Plaza del Sol. Es el centro geográfico y el kilómetro cero. Es un centro de encuentro, ("mentidero de la villa"), sobre todo en Nochevieja. Se encuentra el reloj más famoso de España. Actualmente está la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Hay una estatua ecuestre de Carlos III; el Oso y el Madroño, símbolo de Madrid y una copia de la Mariblanca (Venus).


Calle del Arenal. Discurre sobre el antiguo cauce de un arroyo. Nos encontramos con la iglesia de San Ginés, con torre mudéjar.


Plaza de las Descalzas Reales. Monasterio fundado por Juana de Austria, hermana de Felipe II. Alberga en su interior grandes tesoros artísticos.


Plaza de Isabel II, o de la Ópera. Era el límite urbano; estaba la muralla y los terraplenes de descenso hacia el río servían como foso. Aquí estaba la puerta de Valnadú. El Teatro Real, mandado construir por Isabel II limita con la Plaza de Oriente.


La visita terminó en el lugar donde empezamos. Cansados, pero felices, por conocer rincones que en una visita rutinaria serían difíciles de visitar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario